El lobito de río, destreza contra cocodrilos

Nombre científico: Lontra longicaudis

Tamaño: Entre 50 y 130 centímetros 

Alimentación: Pequeños mamíferos, aves, reptiles e insectos

Gestación: De 60 a 70 días.
 

La nutria del noreste o lobito del Río (Lontra longicaudis) es una especie que durante la pandemia se llegó avistar con más frecuencia y cerca de la mancha urbana, está en peligro de extinción y es importante conservarla, expresó Gonzalo Merediz Alonso, director Ejecutivo de Amigos de Sian Ka'an.

Explicó que se trata de un mamífero muy bello que vive en el sureste de México y en Quintana Roo lo tenemos en varios lugares como en Bacalar, en el Río Hondo y Sian Ka’an, por mencionar alguno.

Precisó que como parte de las excursiones o tours en zonas selváticas, como la biosfera de Sian Ka’an, para apreciar la flora y fauna, a veces se logra observar a estas especies nadando con una forma curiosa que llama la atención de las personas, también suelen pararse en sus dos patas traseras para ver sus alrededores o por situaciones de alerta.

Comentó que es un animal que para el ser humano es muy difícil de ver por vivir en las entrañas de la selva, es una especie rara y poco común.

Dijo que se alimenta principalmente de peces, moluscos y crustáceos que cazan debajo del agua, pero salen a comer en la superficie, aunque también se tiene información que comen pequeños mamíferos, aves, reptiles e insectos.

Viven en agua dulce como los ríos, arroyos y lagunas, cuyo comportamiento es diurno y nocturno. Son mayormente solitarios y a veces en manadas reducidas.

Entre sus hábitos y habilidades acuáticas, es que son excelentes nadadores y buceadores, puede usar cualquier cavidad o hueco disponible como refugio, aunque también realiza cuevas cerca del agua para refugiarse con sus crías y abastecerse de alimentos.

Resaltó que tiene la destreza de siempre salvarse del ataque de cocodrilos que son algunos de sus depredadores.

Platicó que algo muy interesante fue que durante la pandemia se llegaron a ver nutrias en los muelles de Bacalar, pues al no haber gente se acerca donde en tiempos actuales hay población.

Apuntó que no hay poblaciones muy grandes y es una especie en peligro de extinción, pues la destrucción del hábitat, la contaminación de las superficies terrestres y acuáticas, la cacería en el pasado la afectaron mucho sus poblaciones. Expuso que el crecimiento urbano ha alejado a esta nutria de muchos territorios.

En cuanto a su físico, comentó normalmente llegan a medir entre 50 y 130 centímetros de longitud y alcanzan el peso de 25 kilogramos. En especial los machos son entre un 20 y un 25 por ciento mayores que las hembras.

Además, señaló que el pelaje es pardo, de canela a grisáceo, con la nariz es negra, patas cortas y presentan garras fuertes con uñas robustas y membranas interdigitales y con una cola algo larga.

La reproducción ocurre generalmente en primavera, pero en ciertas regiones se produce en cualquier momento del año, donde la gestación se extiende por unos 60 a 70 días de la cual nacen de una a cinco crías, aunque lo más frecuente son dos o tres por camada.

Los partos ocurren en el interior de refugios ya existentes o en una nueva cueva excavada por la hembra.

Tras ello, las crías recién abren los ojos a los 44 días y alrededor de los dos meses comienzan a salir de la madriguera y explorar el entorno. Los jóvenes mantienen contacto con su madre a través de un silbido irregular e intenso. El macho no participa del cuidado de las crías, de manera que los juveniles se independizan alrededor del año de edad.

Se distribuyen desde el noroeste de México hacia el sur por todos los países de Centro y Sudamérica, salvo Chile, hasta Uruguay y el noroeste y noreste de Argentina, donde vive en ríos, arroyos, lagunas, esteros y bañados de zonas tropicales, subtropicales y templadas, prefiere orillas con barrancas y amplia cobertura vegetal, que proporcionan mayor disponibilidad de refugios.

Es muy versátil y tolera incluso ambientes modificados por el hombre. Desde el nivel del mar hasta los 2000 metros de altura.

Su comportamiento es diurno, pero puede volverse completamente nocturno en lugares alterados por el hombre. Si bien es solitario, los individuos se mantienen en comunicación mediante marcas y señales olfatorias a través de las heces que deposita en sitios visibles como rocas y troncos que afloran del agua; también suelen emitir gruñidos y sonidos agudos y fuertes en señal de alarma.

En el agua se mueve con habilidad y gracia, mediante movimientos ondulatorios del cuerpo y la cola; con frecuencia bucea por períodos de no más de 30 segundos. Descansa en sitios muy variados como cuevas, huecos de árboles, camas de vegetación y oquedades del terreno; los refugios generalmente no están a más de 150 metros de la costa. Cuando está en tierra suele pararse en dos patas para examinar el entorno a mayor distancia. Intercala sesiones de alimentación, seguidos de largos períodos de aseo del pelaje y descanso.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala! 

Edición: Estefanía Cardeña