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Ana Ramírez
23/09/2024 | Cancún, Quintana Roo
Los socios conductores de Uber hicieron un llamado al gobierno del estado para que se ponga orden en la movilidad, porque ni siquiera la Guardia Nacional los escucha, y ha permitido amenazas, abusos y violaciones por parte de “piratas”.
“Lo que sí es un hecho es la protección que tiene esta gente por parte de la autoridad, esta gente no podría hacer eso si no estuviera protegida, perdón, pero no y se supone que la Guardia Nacional está dentro del aeropuerto justo para poner orden, y la seguridad de los turistas, de los ciudadanos, de todos, cosa que no está pasando… No sé qué tenga que pasar para que la autoridad tenga que poner orden”, expuso Águeda Esperilla Soto, vocera de los conductores de Uber en Cancún.
Hizo énfasis en que todas estas acciones son graves, hay ciudadanos denunciando a los piratas porque creen que son Uber “y algo tienen que pagar”, impactando directamente la imagen del turismo, del destino y urge parar toda esa avalancha de violencia.
Lo que piden, insistió, no es nada extraordinario, solamente su derecho al trabajo, entrar a los aeropuertos, algo que ya ocurre en otras partes del país, pero aquí por intereses no les han permitido.
Pero además ahora surge acoso directo, privación de la libertad y un intento de relacionarlos con situaciones de otra índole, al menos contra ella, por lo que ya interpuso una denuncia ante la Fiscalía contra quien o quienes resulten responsables.
“Estuvo corriendo en redes una narcomanta donde me amenazan directamente de muerte a mí y a otras personas. Ese día tuve un problema muy fuerte en el aeropuerto, somos conductores de Uber, pero también tenemos una vida privada, yo fui al aeropuerto a recoger a unos amigos”, especificó.
Relató que primero recogería a su amigo que se hospedaba en el hotel frente a las terminales y después a su esposa que aun no llegaba y el guardia del hotel amenazó que tenia que avisar a los demás, pero no avisó a la Guardia Nacional, sino a los piratas, quienes llegaron de inmediato.
Posteriormente llegó la Guardia Nacional, la amenazaron con multarla, pero ella le llamó al capitán de la Guardia a quien explicó que no estaba prestando ningún servicio, verificaron que no era pasaje, la dejaron ir y fue en la noche en donde apareció una manta con amenaza.
Ya presentó los videos como pruebas para que se vaya identificando a las personas que participaron ese día en rodearla y a quienes hace responsables directos de cualquier cosa que le pase a su familia o a ella.
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Edición: Fernando Sierra