Quintana Roo > Fauna nuestra
Miguel Améndola
11/12/2025 | Tulum, Quintana Roo
Nombre científico: Negaprion brevirostris
Tamaño: 3.5 metros
Esperanza de vida: 25 años
Dieta: Peces, cangrejos y moluscos
Amenazas: Pesca indiscriminada y actividades humanas que alteran sus hábitats
Localización: Aguas tropicales tanto del Atlántico como del Pacífico.
El tiburón limón (Negaprion brevirostris) es uno de los habitantes más discretos, pero fundamentales, de los ecosistemas marinos de México, dio a conocer Juan Jacobo Schmitter-Soto, especialista del Departamento de Sistemática y Ecología Acuática del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), quien explicó que esta especie forma parte natural de la fauna de la región y mantiene una presencia importante en varios hábitats del Caribe y del Golfo de México.
Su característica tonalidad amarillenta, que va del ocre al café claro, le ha valido el nombre común con el que es identificado tanto por científicos como por pescadores. Uno de los sitios donde se le puede observar con mayor frecuencia es la bahía del Espíritu Santo, dentro de la reserva de la biósfera Sian Ka’an, un santuario protegido por su riqueza ecológica.
Foto: Rafi Amar
Sin embargo, su distribución no se limita únicamente al Caribe Mexicano. Schmitter-Soto detalló que el tiburón limón habita aguas tropicales tanto del Atlántico como del Pacífico, adaptándose a una diversidad de entornos marinos.
Aunque se le identifica principalmente en zonas de mar abierto, posee una notable tolerancia al agua salobre y suele desplazarse hacia lagunas costeras, áreas cercanas a manglares y sistemas coralinos, donde encuentra alimento y refugio.
El especialista recordó que esta especie pertenece a la familia Carcharhinidae, el mismo grupo de los tiburones toro, animales robustos y de hábitos costeros. El tiburón limón no se queda atrás en tamaño: puede alcanzar longitudes cercanas a los 3.5 metros y vivir alrededor de 25 años, lo que lo convierte en un depredador relevante dentro de la cadena trófica marina.
Foto: Allison
Dijo que su dieta está compuesta principalmente por peces, aunque también consume cangrejos y moluscos, contribuyendo al equilibrio de las poblaciones de especies menores y manteniendo la salud del ecosistema.
En términos reproductivos, el Negaprion brevirostris da a luz entre cuatro y 17 crías vivas por camada, un rasgo característico de varias especies de tiburones; sin embargo, esta tasa reproductiva, aunque moderada, no compensa el impacto que tiene sobre sus poblaciones la presión pesquera y las alteraciones en sus hábitats.
De acuerdo con Schmitter-Soto, la carne del tiburón limón es apreciada en algunas zonas costeras y su piel puede curtirse para distintos usos, lo que aumenta su valor comercial. No obstante, la explotación descontrolada ha generado una disminución significativa de sus números a lo largo de las últimas décadas.
Foto: Andrewdavies9000
Por ello, la especie se encuentra catalogada como vulnerable a la extinción, y su comercio internacional está regulado para evitar una mayor presión sobre las poblaciones naturales.
Las amenazas no provienen únicamente de la pesca dirigida o incidental; la degradación de manglares, la contaminación costera y el deterioro de los arrecifes también afecta sus espacios de crianza y alimentación.
Los tiburones limón jóvenes suelen crecer en entornos protegidos como lagunas y bahías, donde la presencia de manglares es crucial para su supervivencia. La pérdida de estos ecosistemas repercute directamente en sus posibilidades de alcanzar la edad adulta. La importancia del tiburón limón radica no sólo en su papel ecológico como depredador tope, sino también en su valor como indicador de la salud de los ecosistemas marinos.
Foto: Rachel Crane
Schmitter-Soto subrayó que su presencia en áreas como Sian Ka’an es una señal positiva del equilibrio ecológico en esas zonas, aunque advirtió que es necesario reforzar los esfuerzos de conservación para garantizar su permanencia a largo plazo. Las áreas naturales protegidas, las vedas pesqueras y la regulación internacional del comercio son herramientas esenciales, pero deben acompañarse de una vigilancia continua y de educación ambiental para las comunidades costeras.
El especialista destacó que conocer más sobre las especies de tiburones que habitan nuestras costas es fundamental para derribar mitos y fomentar una cultura de conservación.
El tiburón limón, afirmó, no representa una amenaza significativa para las personas, pero sí enfrenta riesgos constantes debido al desconocimiento, la pesca indiscriminada y las actividades humanas que alteran sus hábitats.
Protegerlo implica asegurar la estabilidad de los ecosistemas donde cumple funciones vitales, como controlar poblaciones de peces y mantener la diversidad biológica. A medida que avanza la investigación científica y se fortalecen las estrategias de manejo ambiental, el tiburón limón se perfila como una especie emblemática para comprender la fragilidad y la resiliencia de los ecosistemas tropicales.
Su conservación, dijo, es un recordatorio de la interdependencia entre las actividades humanas y la vida marina, y de la necesidad urgente de adoptar medidas sostenibles que garanticen un futuro saludable para nuestros mares.
Edición: Estefanía Cardeña