Connie López
Foto: Infoqroo
La Jornada Maya

Cancún, Quintana Roo
Domingo 25 de marzo, 2018

"La descomposición (social) no es nueva, hace mucho tiempo se empezó a incubar y hoy por hoy está dando síntomas, hay síntomas más evidentes. Siempre ha habido vandalismo, siempre ha habido drogadicción pero los síntomas cada vez son más fuertes y no es que no funcionen los programas o estrategias, la cuestión es que nos está rebasando”, advirtió el especialista Soilo Salazar, ex director del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en Benito Juárez.

La problemática social en el municipio de Benito Juárez es grave, dijo, y las estrategias para combatirla no sólo han quedado cortas, sentenció.

Es necesario reconocer esta situación, dijo, porque siempre han existido dificultades sociales, aunque a últimas fechas se han agudizado.

El sicólogo se refirió a los hechos delictivos que frecuentemente se registran en el municipio y donde jóvenes ya están participando; en ese sentido reconoció que a pesar de las estrategias para combatir la problemática social, “necesitamos más recursos, implementar otros proyectos, yo creo que el afán no es de maquillar o esconder, como esconder la basura bajo la alfombra, porque aunque así fuera, ahí sigue”.

Dijo que es necesario aceptar que hay una ruptura social y urgen medidas para aplicarlas en la población que está siendo impactada ya en situaciones de agresión.

La descomposición social está integrada por varios factores, entre ellos la falta de oportunidades, la poca vigilancia de los padres, las ganas de salir de la pobreza y tener recursos para comprar lo que han carecido, por medio del crimen organizado, que puede significar ingresos económicos.

“Las situaciones van subiendo de tono, de pronto nos rebasan a las instrucciones el atender estos problemas y aunque se diga que todo está bajo control y que son casos aislados, la realidad es que no está bajo control”.

De igual forma opinó que la falta de reglas en los hogares, donde los padres no están al pendiente de la vigilancia de los hijos, provoca que los jóvenes sean vulnerables a involucrarse en "banditas", o caer en manos de la delincuencia organizada; lo que se traduce en los actos delincuenciales que son más que evidentes.

Un ejemplo, indicó, son los tres menores que descuartizaron a su compañero de vicios.

“Desafortunadamente no sólo se están quedando sin estudiar, se están metiendo en la drogadicción, no sólo están pisando la cárcel; también se están muriendo, se están matando entre ellos mismos”, enfatizó.

Soilo Salazar, señaló que los síntomas están, y la evidencia “son el número de asaltos, los atracos, los asaltos a casa habitación y los muertos”.
El entrevistado añadió que es necesario ser objetivos e implementar planes contundentes para revertir lo que está ocurriendo, antes de caer en la indolencia y ver los actos de manera común.


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