Tortuga de tres lomos, una especie adaptable

Staurotypus triporcatus / TORTUGA DE TRES LOMOS 

Especie: Staurotypus triporcatus 

Tamaño: Aproximadamente 45 centímetros 

Dieta: Crustáceos, moluscos, ranas y peces 

Distribución: México y América Central 

Esperanza de vida: 50 años

La tortuga de tres lomos (Staurotypus triporcatus) es la especie de quelonio que a más ecosistemas se adapta y habita en toda la península de Yucatán.

Itzel Trujano, presidente del Comité Estatal de Protección, Conservación y Manejo de la Tortuga Marina en Quintana Roo, habló del peligro que representa el ser humano para esta especie y también del riesgo para ésta al salir de su hábitat.

Subrayó que la tortuga tres lomos, también conocida como guao, habita en cuerpos de agua dulce; prefiere los pantanos, lagos, pequeños charcos y estanques. Es una especie carnívora, es decir, se alimenta de algunos crustáceos, moluscos, ranas y peces.

Su hábitat principal es el lodo, por ello es normal que pasen horas en el fondo de los cuerpos de agua donde habitan, pues ahí encuentran el fango que tanto les gusta. A pesar de ser mayormente carnívoras, aprecian la vegetación la utilizan como escondite de sus depredadores, refugio o sombra, en el caso de la flora acuática.

La Staurotypus triporcatus habita desde el sur de Veracruz hasta el Caribe, toda la península de Yucatán y el norte de Chiapas, aunque también se le ha detectado en Guatemala, Belice y un poco en el norte de Honduras.

“Como su nombre lo indica, esta tortuguita presenta tres lomos o bien tres quillas en la parte de su caparazón y estas particularidades se presentan un poco más en individuos adultos”, detalló la experta. En algunas zonas a sus “lomos” les llaman crestas.

Además, expuso que el plastrón, que es la parte de la pancita de las tortugas, presenta una coloración blanca o beige y las líneas que dividen los escudos pueden estar un poquito más coloreadas de café a negro.

Comentó que sus miembros anteriores y posteriores no son completamente aletas como ocurre con las tortugas marinas, tampoco presentan unas patas tipo elefante como las terrestres, ya que sus extremidades tienen garritas y una membrana interdigital que las ayuda a desplazarse en el agua pero también les facilita el movimiento en tierra.

“El caparazón es fuerte, oscuro, puede ser Incluso un poquito gris; la cabeza es de tamaño grande y tiene unos apéndices como barbitas color gris oscuro”, detalló Trujano.

Para saber si son hembras o machos basta mirar su cola: los últimos presentan una cola larga y ancha y en la punta de ésta una especie de uña o garra, mientras que las hembras tienen una cola pequeñita.

La tortuga de tres lomos pertenece a la familia Kinosternidae, que agrupa a las tortugas de pantano, conocidas también como “tortugas casquito” por la forma de su caparazón. Normalmente son mucho más grandes que otras especies de tortuga de pantano, pues pueden alcanzar hasta 45 centímetros de longitud, siendo los machos mucho más pequeños que las hembras.

Precisó que esta especie por lo general pone seis huevos hasta tres veces por temporada reproductiva, mientras que el periodo de incubación dura aproximadamente tres meses y, a diferencia de otras especies, el sexo es dado por la genética y no por la temperatura de incubación.

Apuntó que la esperanza de vida estimada de estas tortugas es de 50 años, lo cual es una edad por encima del promedio entre las tortugas dulceacuícolas.

Esta especie se encuentra enlistada en la NOM059 de la Semarnat y su estatus es de amenazada, por lo que es importante reconocer y saber que es un animal que no se puede tener en casa como mascota.

La experta en quelonios dijo que esta especie puede encontrarse en muchas partes de Quintana Roo porque por fortuna aún hay gran extensión de selvas; sin embargo, el ser humano con sus actividades de devastación y hasta fines culinarios ha hecho que baje drásticamente su población.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Ana Ordaz