“Las autoridades y los procesos legales nos están quedando a deber mucho”, expresó Maritza Gargallo Ramos, asesora jurídico del sindicato de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), durante el evento protocolario realizado previo al inicio de una marcha pacífica que el colectivo de mujeres sindicalistas de esta organización realizó el pasado lunes en Puerto Aventuras para exigir justicia para Lucely y otras mujeres que han sido víctimas de feminicidios.
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En el caso de Lucely hay una persona vinculada a proceso, de acuerdo a las investigaciones e información que el hotel Bahía Príncipe pudo otorgar a las autoridades, “pero no olvidemos que hay otros casos en total impunidad, donde no hay asesino a quien castigar o perseguir; peor aún, hay familias que siguen llorando la desaparición de sus mujeres y nunca tuvieron de regreso un cuerpo para confirmar la muerte o una tumba a la cual visitar”.
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Maritza Gargallo subrayó que a la contingencia por Covid-19 se suma la pandemia de violencia contra las mujeres y niñas que continúa dejando cifras alarmantes en México. Debido a lo anterior, las mujeres sindicalistas alzaron la voz en una marcha pacífica que inició en el parque Lol Be, en el fraccionamiento Puerto Maya, y se trasladó hasta el acceso al cenote de esta delegación para colocar una ofrenda floral en memoria de Lucely.
También guardaron un minuto de silencio en honor a las mujeres que han muerto víctimas de feminicidios.
Aunque el movimiento fue para alzar la voz por los feminicidios que se han registrado en la zona, Maritza Gargallo subrayó que debe levantarse también para exigir la igualdad de los derechos de las mujeres en el mundo.
Por su parte, María de los Ángeles Hernández López, coordinadora del programa social contra la violencia en la CROC, destacó que pese a los feminicidios registrados, las autoridades no hacen nada: “es una triste realidad”.
“Todas las mujeres aquí estamos pidiendo justicia, seguridad para que las mujeres puedan caminar sin miedo”, agregó.
El colectivo de mujeres sindicalistas de la CROC portaba cartulinas en las que destacaban mensajes tales como: “El paraíso huele a sangre”, “No más violencia contra las mujeres”, “No estamos todas”, “Vivas nos queremos”, “Ni una más”, “Disculpe las molestias pero nos están matando”, “Las trabajadoras queremos llegar con vida a nuestro hogar” o “Quiero caminar libre sin miedo”.
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Edición: Estefanía Cardeña
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