A un año y cuatro meses de la muerte de Karla Gutiérrez, una joven pasante de Medicina, su madre señala que a la fecha no hay justicia por parte de las autoridades estatales de Salud, de la Fiscalía de Tekax, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), y ni la Comisión Estatal de Derechos Humanos (Codhey) ha emitido alguna recomendación la respecto.
Las autoridades no han entrevistado a ninguna persona que tuvo contacto o vio a Karla los últimos minutos de su vida, reveló su madre María Guadalupe Kú Cobá, quien insiste: “Mi hija no se suicidó”.
Las autoridades no han aportado pruebas que comprueben que su hija efectivamente se quitó la vida, dice.
Ella tenía sueños, afirma su madre. “No puede ser que le quiten los sueños a los médicos, mi hija soñaba con ser ginecóloga… Mi hija tenía sueños, hablé con ella horas antes, me dijo que estaba estudiando mucho, me dijo: ‘Mamá, quiero que sepas que te amo y te dedico mi título’”.
La madre comenta que su hija amaba a sus sobrinos, a su perrito, a la vida, y por eso duda de que se haya suicidado.
La señora María dice que no quitará el "dedo del renglón". Agrega que aunque se sienta devastada físicamente, su espíritu “sigue intacto”, en “pie de lucha” para lograr justicia en memoria de su hija; añade que no sólo por ella, sino para que no haya más personas que sufran por malas condiciones en su servicio social.
Kú Cobá comenta que Karla pidió ayuda, que soportó estar en un lugar inseguro, donde ya había señales de violencia contra personal médico, y que realizó sus labores en medio de una pandemia mundial, sin la protección necesaria. Karla fue encontrada sin vida el 15 de septiembre del 2020.
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El 1 de febrero del 2021, estudiantes y pasantes de la Facultad de Medicina de la UADY, de Universidad Anáhuac Mayab y la Universidad Marista se manifestaron para exigir justicia por Mariana, Karla y todos los profesionistas que han perdido la vida, han sido asesinadas y sufren de violencia.
Kú Cobá dice a La Jornada Maya que ha exigido avances en las investigaciones sin tener éxito. Y que a pesar de dar nombres, “me sorprende que después de todo el tiempo transcurrido, no han citado a las personas que estuvieron con mi hija sus últimas horas”, indica
María añade que se ha sentido moralmente y emocionalmente devastada “No sé si pretenden que yo me canse, que me enferme y desista, las autoridades se olvidan que soy madre de familia”.
Señala que en su familia muchas personas han caído en la depresión por esta situación, ella se sostiene que vive colgada “de Dios las 24 horas, y cuando me siento mal, clamo el Señor par que me dé fortalece”, comparte.
Añade que: “Parece que se lavan las manos y cada quien se echa la culpa…La UADY dice que ya no es responsable porque ya no le pertenece, ¡mentira! La mentira más grande y cruel que puede decir es que no tiene responsabilidad con un médico que presta su servicio social”, sentenció la madre.
La Universidad “sí es responsable” porque los estudiantes hacen su servicio para poder recibir su título, precisa.
Tanto la escuela, como Salud estatal deben garantizar que los estudiantes hagan su servicio social, internado y prácticas profesionales en un lugar seguro, y velar por su salud física y emocional, sentencia.
Por último, pide las autoridades ser más empíricos y que cuiden a los médicos y así ni una madre viva “como yo, al año y cuatro meses. con la incertidumbre, las noches sin dormir, a mi hija ya no la van a poder ver, pero sí podemos hacer algo por los nuevos médicos”, concluye.
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Edición: Estefanía Cardeña
