El Rally Maya, viaje de redescubrimiento

Texto y foto: Luis López Morton
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Miércoles 30 de mayo, 2018

La quinta edición del Rally Maya, que dio inicio el 23 de mayo en la isla Cozumel y que hasta el martes sumó 6 días de recorrido por la península de Yucatán, ha reunido familias de todo el mundo en este hermoso lugar de mi país.

En el caso de mi familia, ésta se encuentra en una aventura memorable en la que hemos compartido momentos de mucha emoción y nos hemos redescubierto en lo que pensábamos que sería sólo una exploración geográfica.


1. El viaje de la escudería de Morton Subasta comenzó hace más de dos meses cuando llevamos el Mercedes 220, del año 1964, a revisar por el mecánico para prepararnos para la expedición.

Este esfuerzo se vio concretado cuando lo vimos subido en una grúa que recorrería más de 1200 kilómetros desde la Ciudad de México hasta Cozumel. Trayecto que incluyó otro singular transporte de la compañía Ultramar. Una embarcación marítima capaz de transportar a los 120 autos de la competencia, hasta la isla.

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2. Una vez en el destino, no contábamos con que llovería. Estábamos expectantes ante el famoso calor del Caribe, pero no de sus periódicas tormentas.

Nada nos detuvo. Continuaba la emoción, sobre todo, de estar juntos.

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3. De vuelta en el continente el clima tuvo una mejora. Entonces pudimos disfrutar del sol y de San Felipe. Es increíble la riqueza natural de nuestro país y la amabilidad de nuestros compatriotas que con una sonrisa y amplia preparación reciben a los viajeros que vienen desde todos los rincones del mundo.

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4. Camino a Mérida visitamos Valladolid. Un lugar para deleitar los ojos. Los participantes empezamos a conocernos y a ser amigos.

En los viajes, que son como vidas breves, las relaciones se entablan con rapidez. Personas que conoces durante pocos días se convierten en amigos para toda la vida. Para los aficionados al automovilismo ésta ha sido una oportunidad de disfrutar de nuestra pasión de coleccionar obras de arte de la ingeniería. Hablar de nuestra experiencia y compartir. También competir, que para eso estamos aquí.

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5. ¡En nuestro país está una de las ocho maravillas del mundo! Lo sabemos, pero no podemos dimensionarlo hasta estar frente a frente con la magnificencia de la pirámide de Kukulkán. En Chichén Itzá redescubrimos la sabiduría del pueblo maya y nuestro pasado ancestral que nos hace sentir orgullosos.

Es un punto de energía espiritual que sorprende desde el intelecto por su conocimiento del cosmos y su capacidad de abstracción.

También nos da sombra la Ceiba, árbol sagrado que conecta el inframundo con el mundo terrenal y el de los dioses.

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6. La Blanca Mérida es un sosiego. Un descanso. Un respiro.

Luego de transitar más de 300 kilómetros en pruebas de precisión que implican el Rally, mi familia y yo podemos descansar. Disfrutar de la gastronomía del estado y dar una caminata por el bello paseo Montejo.

Aquí el público, que nos ha apoyado durante todo el viaje, pudieron visitar la exposición de autos clásicos. Así pudimos compartir nuestros coches con ellos.

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Se dice que nunca se vuelve igual de un viaje. No será la excepción.