Si desean rezar, deben hacerlo en lugares adecuados: Arquidiócesis

Texto y foto: Óscar Rodríguez
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 20 de marzo, 2018

La Iglesia católica se pronunció por que imperen el diálogo y la prudencia en el conflicto surgido entre un grupo de rezadoras que realiza una jornada de oración frente a la clínica de Servicios Humanitarios en Salud Sexual y Reproductiva de Mérida, que dirige la activista y defensora de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, Sandra Noemí Peniche Quintal.

Como hemos informado, la jornada de oración propició que la activista colocara frente a la clínica una imagen de una vulva en un retablo de madera, lo que generó la irritación de las llamadas “rezanderas”, quienes a su vez solicitaron la presencia de la Policía Municipal de Mérida (PMM), que confrontó a la activista para que retirara la figura por considerarla ofensiva, lo que al final no sucedió.

Tres días después, Peniche Quintal fue objeto de una agresión por parte de un sujeto presuntamente perturbado de sus facultades mentales. Sin embargo, la activista no descartó que ambos hechos estuvieran relacionados.

En entrevista, Jorge Martínez Ruz, vocero de la Arquidiócesis de Yucatán, desmarcó a la Iglesia de estar detrás de la campaña internacional 40 días por la Vida, que desde el 14 de febrero se realiza

“Nosotros estamos a favor de aquellos que expresen sus ideas, siempre y cuando sea pacíficamente. Si alguien va a manifestar algo que va a ser de agresión para otras personas no es correcto; nosotros estamos a favor de la paz”, dijo.

Emplazó a las personas que deseen rezar que lo hagan en lugares “adecuados”, de la misma manera que se deben conducir los ciudadanos que quieran expresar alguna protesta de manera pública.

“En este caso, la Iglesia no organiza esta actividad de 40 días por la vida. Nos han invitado a participar, algunas personas católicas han participado, pero no es una cosa de religión porque es un movimiento que va más allá”, precisó.

Insistió que las jornadas de oración deben ser pacíficas, pues al momento de exigir discordias o enconos, la manifestación de las ideas pierde su objetivo de manera inmediata.

“La invitación de la Iglesia es que haya diálogo, que sean pacíficos y si algo resulta ofensivo, canalizarlo a las instancias correspondientes. No podemos hacer justicia por nuestra propia mano, ni tampoco podemos buscar agredir a los demás”, finalizó el sacerdote.