Armando Manzanero en Chichén Itzá

Katia Rejón
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Chichén Itzá, Yucatán
Sábado 3 de febrero, 2018

El polémico concierto [i]Celebrando a Armando Manzanero[/i] inició con una ceremonia maya ante cinco mil personas que asistieron a la zona arqueológica Chichén Itzá para escuchar las interpretaciones del homenajeado, en compañía de otros músicos.

"Bienvenidos a este lugar donde todavía está el eco de los ancestros. Vamos a pedir permiso para estar en este lugar", expresó un sacerdote maya, primer personaje en salir ante la audiencia.

Después de la música de caracol, a cargo de el x’men, Armando Manzanero interpretó los temas [i]Somos novios[/i] y [i]Aquel señor[/i]. “Estoy muy feliz por todas las cosas que se sortearon, y a todos mis amigos que intervinieron para que estuviera hoy aquí, con ustedes”, manifestó el compositor yucateco reconocido a nivel internacional.

Tras el primer dueto con la cantante chihuahuense, Aranza, tocó el turno de su hijo, Juan Pablo Manzanero a quien acompañó en el piano en la primera canción [i]Voy a pagar la luz[/i]. Y fue durante la interpretación de este último, que el audio comenzó a fallar hasta que dejó de escucharse.

El público comenzó a gritar “¡no se oye!, ¡no se oye!”, chiflar y gritar mientras Juan Pablo Manzanero continuaba con su interpretación. El concierto se interrumpió durante diez minutos mientras se arreglaban las fallas técnicas. Algunas personas, molestas, se levantaron de sus asientos y se dirigieron a la salida.

Trabajadores de la zona comentaron que eran los aluxes habían ocasionado el desperfecto o que quizá no habían hecho correctamente la ceremonia maya.

Al retomar el concierto, Tania Libertad interpretó un dueto y una pieza como solista; le siguió de Alex Lora, quien se empeñó en entusiasmar al público con gritos, aplausos e indicaciones para que cantaran e hicieran “la ola”.

Aunque las personas lo hacían sin mucho ánimo, parecían divertidas del cantante a quien corearon la canción [i]Triste canción de amor[/i], cuando se volvió a bajar el volumen por pocos minutos. Corearon al cantante, gritaron y rieron en cada una de las frases del artista.

“Me decían los del INAH hace rato que qué canción les iba a dedicar, y dije 'Las Piedras', a huevo”, expresó el cantante antes de interpretar la popular canción, con los ánimos del público un poco más altos.

“¿Ya ven por qué es mi amigo? Pancho Villa, de quien aprendí mucho, decía que los señores inteligentes no tienen mujeres feas ni amigos pendejos. Por eso quiero tanto a mis amigos”, compartió Manzanero con buen humor, actitud que mantuvo durante todo el concierto.

Carlos Rivera fue uno de los participantes que más entusiasmó al público. Interpretó con Manzanero al piano [i]Sabía usted[/i], y cuando se disponía a salir del escenario, la gente le pidió otra canción. En dueto, cantaron [i]Esta tarde vi llover[/i]. El cantante mexicano agradeció a Armando Manzanero y recomendó al público que lo disfrutaran mucho tiempo más.

Paquito D’Rivera, el Ballet Folklórico de Yucatán, Gaby Moreno y Eros Ramazzotti fueron los últimos participantes de la noche. Este último fue recibido con grandes aplausos por parte del público. Manzanero comenzó a interpretar las primeras letras de [i]Adoro[/i] en maya, para posteriormente cantarla a dueto con Ramazzotti en español.

“¿Tú eres de aquí?”, le preguntó el cantante italiano a Manzanero. “Sí, acá viví muchos muchos años”, contestó él señalando la pirámide.

La última participación fue de María Medina, quien comenzó con un bolero de trova yucateca, [i]Despierta paloma[/i].

Al final, todos los artistas, incluidos la Orquesta Típica y el Ballet Folklórico, interpretaron la canción [i]Felicidad[/i], mientras parte del público se retiraba a los camiones de regreso a Mérida, alrededor de las 2:30 horas del 4 de febrero.

Algunos de los asistentes manifestaron su alegría al final del concierto. “Maravilloso. Muchas felicidades a Armando Manzanero”, expresaron.

Sobre la pirámide, a un costado del escenario, se realizó un videomapping con visuales que simulaban un huipil, el cielo y otras figuras. La capacidad máxima para el concierto fue de cinco mil 200 personas, de las cuales acudieron cinco mil.

Como ya se ha dado a conocer, el precio de los boletos osciló entre los cerca de 15 mil pesos en las primeras filas y 600 para la entrada general.