Katia Rejón
Foto: Especial
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Lunes 15 de enero, 2018
Darío hizo del mestizaje un ejercicio de libertad y de mixtura por el que la imaginación del latinoamericano se proyecta como algo maravilloso, explica el poeta José Díaz Cervera, representante de México en el XVI Simposio Internacional Enseñanzas que nos dejó Rubén Darío en su obra, que organiza el Instituto Cultural Rubén Darío en Nicaragua y que se realizará del 16 al 20 de enero próximo.
El jueves 18 de enero, aniversario del nacimiento del poeta, Díaz Cervera ofrecerá la conferencia Rubén Darío y las orillas de un discurso herético, una disertación sobre el poemario Azul, a propósito de los 130 años de su primera edición. “En ella trato de documentar la agudeza y el alto sentido crítico con los que Darío miraba su mundo a pesar de su juventud, pues tenía 22 años cuando publicó el libro”, comenta en entrevista.
El miércoles 17 comenzarán formalmente las conferencias y las mesas redondas en la sede de León, de la Universidad Autónoma de Nicaragua (UNAN). Entre las actividades está el estreno de la película La princesa Paca (2017) que retrata la relación entre Rubén Darío y Francisca Sánchez.
Al preguntarle su opinión acerca del legado de este autor nicaragüense a la poesía hispana contesta “No es una opinión mía, sino un hecho contundente y claramente observable: Darío fue el gran renovador de la poesía en lengua española. Desde tiempos de Garcilaso y Boscán, en el siglo XVI no había otra renovación formal hasta Dario”.
Añade que el poeta fue un gran hermeneuta, pues comprendió que los latinoamericanos tenían algo en común, y sin dejar de ser nicaragüense “era también el ciudadano de un mundo convulso”.
Jueza adscrita al penal estatal de Chalco amplió a octubre la etapa del cierre de investigación
La Jornada
Unos 3 mil productores serán beneficiados con sistemas modernos y eficientes
La Jornada Maya
Robert De Niro recibirá una Palma de Oro honorífica en el evento
Ap / Afp
Amenazó con suspender bienes y salarios a los más de 10 millones de indocumentados
La Jornada