Luis Ibarra, tercer yucateco en obtener grado de gran maestro en la historia del ajedrez

“Mi entrenamiento fueron cuatro días antes de que empezara el torneo, hasta pena me da decirlo; por eso me siento muy emocionado, todavía no me lo creo. Sabía que el momento iba a llegar, pero no esperaba que fuera tan pronto”, dice el flamante gran maestro (GM) de ajedrez, el yucateco Luis Fernando Ibarra Chami, de 30 años, quien se convirtió en el tercer yucateco en obtener tal distinción, luego de Carlos Torre Repetto, quien la recibió tras su muerte, y Manuel León Hoyos, quien lo consiguió a los 18 años.

Ibarra obtuvo la máxima categoría en el ajedrez luego de concluir, en segundo lugar, con siete puntos en el torneo “GM Carlos Torre Repetto In Memoriam”, donde el cubano Carlos Albornoz Cabrera se proclamó bicampeón del evento.

El jugador yucateco necesitaba ganar o quedar entre los mejores del torneo para aspirar a la tercera norma de GM, que finalmente obtuvo tras su triunfo en la última ronda ante el cubano Dylan Isidro Berdayes, para llegar a los siete puntos.

“La receta en este caso fue trabajar cada partida como si fuera la última, porque siempre he sido un jugador muy relajado, me pasaba la mayor parte del tiempo parado; ahora me propuse que este torneo lo iba a jugar sin levantarme, me iba a partir el alma”, cuenta.

Si bien el abogado de profesión se había alejado del ajedrez debido a sus estudios, “ya tenía como meta volver a retomarlo y entrenar para conseguir este título, esta norma que me faltaba. Sin embargo no me lo esperaba porque no había entrenado”.

Indica que ser gran maestro abre muchas puertas, “ya te invitan a los torneos porque a las organizaciones les conviene que siempre haya un extranjero y gran maestro, porque eso llama la atención de la afición”.

Asegura que personalmente le va a ayudar a enfrentar los torneos más relajado, porque “ya no voy a tener esa presión de conseguir el título”.
Comenzó a jugar a los siete años, a instancias de su padre que era un jugador aficionado y con quien disputó sus primeras partidas; luego fue a una escuela de ajedrez, donde dio sus primeros pasos con el maestro Daniel Mena, y posteriormente con el maestro Ramón Huerta, “quien me enseñó todo lo que sé”.

Recuerda que su primer torneo lo jugó en Progreso, a los siete años y medio, y perdió todas sus partidas; se enojó y se retiró, pero su padre lo reprendió y le dijo: “Nunca más te vuelvas a retirar de un torneo.

“De ahí en adelante seguí entrenando, jugué mi primer Carlos Torre en 1997 y he participado en mundiales, panamericanos, mundiales de primera fuerza, olimpiadas, centroamericanos; he ido a 25 países a jugar”, comenta.


Sus metas

Su próximo objetivo es clasificar para las Olimpiadas de Rusia 2020. “Y yo me había estado clasificando en 2008, 2010, 2012 y 2014; en el 2016 y 2018 me aparté un poco del ajedrez por el estudio, pero ahora espero clasificarme para el 2020.

En Semana Santa acudirá a Villahermosa, Tabasco, donde se jugará un nacional que dará plazas para las Olimpiadas a los dos mejores mexicanos.

Posteriormente se disputará, a mediados de año, el Campeonato de México, que otorgará tres lugares más para el evento internacional.

Estuvo viviendo un tiempo en España y Francia, donde obtuvo varios torneos europeos en partidas rápidas, que son las que más le gustan, aunque en las competencias oficiales se juegan partidas clásicas. Su jugador preferido es el armenio Levon Aronian.

“Actualmente no he estado entrenando, por eso digo que me sorprende este resultado, pero ahora quiero dedicarle por lo menos dos horas al día, se me complica mucho por el tema del trabajo, pero voy a intentar hacerlo”.

No cree dedicarse por completo al juego. “El ajedrez lo llevaré siempre conmigo, pero siempre voy a priorizar el trabajo”, concluye.