Abraham Bote
Mérida, Yucatán
Sábado 5 de octubre, 2019
Rafael Chimal Hau aún recuerda a sus cuatro hijos e hijas, a quienes no ve desde hace ya 25 años. Todavía los ve en su casa en Peto, jugando, corriendo, ayudándolo en el campo y riendo. Aunque su ausencia dejó un vació en el hogar y en su corazón, siempre supo que era lo mejor, que en el pueblo y en este país, iban a estar destinados a una vida de carencias.Sin embargo, ahora, luego de más de dos décadas de no verlos, por fín se reencontrará con sus hijos, su rostro se ilumina sólo de pensar qué les va a decir, aunque tiene muchas palabras en su mente, hay algunas que retumban más: "Ya los quería ver" "los extrañe".
Don Rafael es parte de los 97 beneficiarios, de 23 comunidades, del programa "Reencuentro de padres y madres con sus hijos migrantes en Estados Unidos de América", conocido como “Cabecitas Blancas”, quienes podrán visitar a sus familiares en 12 ciudades del vecino país durante dos meses, luego de más de 20 años no verlos; regresarán en diciembre de este año.
El gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, informó que además de este programa, a mediano plazo, abrirán en Estados Unidos, unas oficinas del gobierno del estado para atender exclusivamente a los migrantes yucatecos; la primera estaría en San Francisco, donde hay más yucatecos, y la segunda en Los Ángeles, paulatinamente se instalarían más en otras ciudades, aunque no precisó cuántas.
Esto con el fin de atender las demandas y necesidades de los migrantes yucatecos que están en el país del norte, solucionar sus problemas legales, con trámites, así como para conservar y preservar las tradiciones con la comunidad, para que sus hijos que nacieron ahí, conozcan de sus tradiciones yucatecas, entre otras cosas.
"Seguiremos trabajando para que puedan ver a sus hijos, conocer a sus nietos, a sus nueras"; indicó el gobernador a los asistentes en la Sala Mayamax del Gran Museo del Mundo Maya.
Además de volver a ver a sus familiares, los adultos mayores podrán conocer lugares y atractivos de las ciudades de Estados Unidos, y disfrutaran de diversas actividades para ellos en compañía de sus hijos.
En su mayoría, hace más de 20 años que no ven a sus hijos, incluso muchos no conocen a sus nueras o yernos, o sus nietos. Bajo esas miradas ya cansadas por el paso del tiempo, se vislumbra una sonrisa, ojos con luz, con nostalgia y con ganas de ver a sus seres queridos.
Chimal Hau va solo, su esposa murió hace unos cinco años y ella no alcanzó a volver a ver sus hijos, pero la lleva en el corazón y mente. "Ya me acostumbre a estar solo, salgo de mi casa a mi trabajo, en el día no me doy cuenta, estoy trabajando", admite el señor.
Sin embargo, indica que cuando sus hijos se fueron los primeros años sí fue difícil porque los extrañaba mucho, pero se siente orgulloso porque ellos están ahora en un lugar mejor, en el campo de Peto no había nada para ellos, señala
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