Sandra Gayou Soto
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Viernes 6 de septiembre, 2019
Este jueves, el público yucateco se entregó a la experiencia escénica [i]Esquizofrenia[/i], un montaje de suspenso protagonizado por Rafael Perrín, quien mantuvo en tensión a los espectadores del Teatro Armando Mazanero, quienes participaban, mientras dudaban de su salud mental.
La audiencia juega un papel fundamental durante la pieza de una hora 10 minutos, “el público también actúa conmigo, juegan un juego que sin darse cuenta empiezan a vivir como una hipnósis colectiva”. En el papel de doctores, los asistentes “dan sus opiniones médicas, clínicas y se pone todo muy intenso”, detalla Rafael Perrín en entrevista telefónica con [i]La Jornada Maya[/i].
La situación planteada en [i]Esquizofrenia[/i] fue un ejercicio que el actor y director Rafael Perrín llevó a cabo en la vida real, cuando estuvo internado en un hospital siquiátrico por algunos días. En la obra “el experimento se sale de control y el público empieza a vivir una auténtica experiencia esquizofrénica”.
La obra, escrita por el mexicano Mauricio Pichardo y dirigida por Rafael Perrín, es una producción con efectos especiales y un diseño de iluminación que sumerge al espectador en la historia del siquiatra Emily Tuck.
En escena, Perrín saluda al público y los llama “colegas”, involucrando así a los asistentes. Un pizarrón, un escritorio y un perchero forman parte de la escenografía, donde el doctor Tuck, encarnado por Perrin, ofrece una conferencia en Londres, Inglaterra, en enero de 1914. El objetivo es compartir el experimento que realizó para encontrar la cura de la esquizofrenia.
La puesta de escena ha permanecido en cartelera durante dos años con funciones todos los martes en la Ciudad de México, y actualmente se encuentra de gira “desde Tijuana hasta San Cristóbal de las Casas”, señala el director.
Como parte del proceso creativo, Rafael Perrín estuvo internado durante dos semanas en un hospital siquiátrico con la intención de experimentar y vivir “cómo piensan, cómo sienten los esquizofrénicos, cómo miran lo que no existe, los sonidos que oían en las noches”. La experiencia fue “muy fuerte, muy angustiante, todo esto me sirvió para poder plasmar en escena todos los diferentes síntomas de las cosas que yo viví en el hospital”, detalla.
La función terminó con la ovación de la sala, el actor agradeció a los asistentes, al equipo técnico del Teatro Armando Manzanero y al equipo de producción presentes en la función. Asimismo, anunció que en el mes de noviembre regresará a Mérida con el clásico de terror [i]La dama de negro[/i].
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