No engendrar, otra manera de ser mujer

Sandra Gayou Soto
Foto: Enrique Osorno
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 10 de mayo, 2019

Elegir no ser madre forma parte de la realidad actual de las mujeres en México en un ejercicio de plena y absoluta libertad sobre sus cuerpos. Llegar a esta decisión es resultado de su historia y de la relación con sus madres.

[i]La Jornada Maya[/i] platicó con dos mujeres yucatecas al respecto: Rosaura Luna Herrera, de 27 años, artista dedicada al tatuaje y Jessica Olvera Cerecedo, de 25 años, sicóloga y sexóloga que trabaja dando acompañamiento a mujeres víctimas de violencia de género.

[b]La infancia, primer momento para pensar no ser madre[/b]

Ambas han decidido no ser madres y ubican la infancia como el primer momento donde se plantearon esta posibilidad. Rosaura relata que para ella esta opción estuvo presente cuando pensó por primera vez que no quería casarse. Sus padres se divorciaron “cuando yo tenía nueve años, justo estaba naciendo mi hermanito en ese momento y yo me hice responsable de él”.

Rosaura recuerda que el sacerdote que bautizó a su hermano le dijo “ya que tu mamá va a trabajar, tú vas a tener que ser como su mamá. Yo tenía 10 años y ese evento fue determinante”. Relata que se hizo responsable del cuidado y crianza de su hermano ya que su madre “estaba sola y uno de los miedos más grandes que yo tenía era criar un hijo por mi cuenta”.

Para Jessica, al inicio “fue sólo una respuesta contestataria” a lo que su madre le decía: “espero que me des nietos". Siempre me vi muy incómoda, ¿por qué voy a tener que hacer eso?, como si es algo que te debiese”, se preguntaba “¿por qué tengo que dar hijos?, no entiendo la necesidad de que yo tenga que ser madre”.

[b]Contradicción de la adolescencia[/b]

Ambas chicas coincidieron en que la adolescencia fue una etapa contradictoria, pues por un lado la familia, en el caso de Rosaura, le inculcaron temor por quedar embarazada, “era muy común antes que no se cuidaban con métodos anticonceptivos, mi mamá me confesó en algún momento que ella nunca los utilizaba”.

Esto hizo que Rosaura entendiera que su madre no quisiera que tuviera ningún tipo de relación sexual, “para ella es equivalente a embarazo”.

Cuando Jessica le dijo a su madre de su decisión, “comencé a sentirme mucho más cómoda. Es contradictorio, porque quieren que seas madre pero al mismo tiempo te están amenazando que si te embarazas te sacan de la casa”.

En el proceso Jessica, dice que le “daba pavor esto de la crianza, porque miraba que hay muchos patrones muy violentos que sesgan la autonomía de los niños”.

Se planteó cosas como la dificultad de generar un ambiente óptimo para el desarrollo de un niño, “fue todo un viaje mirar, no sólo alejarme del rol que nos han dicho, sino mirar a los niños como personas con derechos. No sé si estoy preparada para eso y miro al mundo y creo que no estoy preparado para eso”.

[b]Otra manera de ser mujer[/b]

“Esa decisión de no tener hijos ha sido explorarme a mí desde otra perspectiva distinta que no sea tener ese objetivo en la vida, si no es ése mi objetivo ¿cuál es?, ¿qué más puedo hacer?, ése fue el móvil, decidir la vida que tengo ahora, estoy 99 por ciento segura que no voy a tener hijos”, asegura Rosaura.

Jessica distingue tres etapas en su vida: una donde “huía del rol, donde sentía que es una gran responsabilidad los niños, su ambiente y su desarrollo, y ahora estoy en esta etapa en la que miro más allá del cuerpo de las mujeres. Está bien cañón cómo nos intentan controlar desde que sintamos que necesitamos gestar, por embarazarnos, por parir”. Reconoce la importancia que se le ha dado a esto a lo largo de la historia en diversas culturas “de tener un cuerpo capaz de dar otra vida, me lo sigo cuestionando”.

[b]Métodos de anticoncepción definitivos, deficientes en centros de salud[/b]

Rosaura y Jessica consideraron someterse a una operación para no tener hijos, la primera cuenta que al consultarlo de otras mujeres, supo que una de ellas con un hijo lo intentó en el momento de su parto, “no la dejaron porque le dijeron que su pareja lo tenía que autorizar. Conocí otro caso de una amiga que tiene problemas con sus ovarios, le causan quistes, intentó que le hicieran esta operación para quitarle la matriz, pero le dijeron que no porque era muy joven y tal vez iba a querer más hijos”.

Jessica dice que “sabiendo lo jodido que está el sistema de salud, me dio mucho temor ir a algún centro médico y que me digan que porque soy muy joven no puedo hacerlo. Me dije, yo no quiero vivir eso y tengo la capacidad de decidir, no voy a hacerlo. Desde entonces no se ha ido esa idea de mi cabeza,” sin embargo no es algo que piense constantemente.

[b]Discriminación por no ser madre[/b]

Jessica cuenta que sí se ha sentido discriminada por decidir no ser madre, “inclusive en poder abrir esta plática, no me siento con tanta libertad de poder expresar y compartir esta perspectiva”.

Para Rosaura, más que discriminación, sintió el rechazo inicial de su madre por esta decisión, sin embargo, con el paso del tiempo esto se ha modificado, “ya no me siento tan presionada”.