Sufren explotación migrantes del Programa Trabajadores Agrícolas México-Canadá

Texto y fotos: Abraham Bote
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Jueves 21 de marzo, 2019

Aunque la migración por medio del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México-Canadá (PTAT) ofrece un marco legal, a diferencia de migrar a Estados Unidos, los compatriotas sufren de varias situaciones: un trato similar al de la servidumbre por parte de los dueños de las granjas donde trabajan, no pueden enfermarse pues si lo hacen es probable que no los contraten nuevamente pues no son aptos para el trabajo, y se da un trato desigual con las mujeres, son algunas de las conclusiones que plasma Marie France Labrec en su libro, una investigación con migrantes yucatecos que acuden a este programa.

La investigadora presentó su obra “La migración temporal de mayas de Yucatán a Canadá: la dialéctica de la movilidad”, este 21 de marzo en el Gran Museo del Mundo Maya, en el marco del Festival Internacional de la Lectura Yucatán (Filey). Cristina Oehmichen y Pedro Fisher presentaron e hicieron comentarios del libro.

Mirar a Canadá, explica la autora, se hace dentro de un marco legal, y es promovido tanto por las autoridades mexicanas, a través de la Secretaría de Trabajo y Prevención Social y por el mismo gobierno del vecino país del norte. Existen reglamentos precisos y estrictos.

Por lo que se supone que hay menos riesgo para los paisanos que migrar, agrega, pues a diferencia de Estados Unidos, en Canadá el consulado y empresario los esperan al entrar al país.

Si uno tendría que escoger, es mejor ir a Canadá, compara la escritora, sin embargo precisa que hay varias cosas que hay que considerar. Por ejemplo, los migrantes pueden caer con un empresario que es generoso y que sí respeta la ley, pero otros pueden estar con quienes no respetan los derechos, sufren abusos.

Son tratados como niños o como esclavos. No les dejan salir, ir a divertirse en los bares durante los fines de semana. “Tratan a la gente como niños o menores de edad. Les dicen se van a portar bien porque mañana vamos a trabajar”, relata. No toman en cuenta que son adultos y pueden hacer lo que quieren.

“Nos tratan como si fuéramos esclavos”, manifiesta una de las personas que cita en su libro. Hay mucha similitud con la manera en la que trataban a nuestros antepasados, añade.

Muchos, añade, no permiten que el trabajador cambie si no está contento con su lugar de trabajo, no puede cambiar de empresa; y si de casualidad un trabajador se enferma o tiene un accidente, sí le dan atención médica, pero el año siguiente es probable que no lo seleccionen para regresar a trabajar.

Son un régimen. No tienen libertad de movimiento, llegan a la granja o empresa y ahí se quedan, y en algunas ocasiones sólo los llevan a un centro comercial luego de jornadas de 12 y 14 horas al día. Pero no pueden quejarse por temor a que no los vuelvan a “pedir” para trabajar. Hay una situación de explotación similar a la de la servidumbre.

[b]Desigualdad[/b]

Los empresarios escogen a hombres que tengan familias y sobre todo hijos pequeños, pues consideran que de esta manera la persona no se va ir, va a renunciar o dejar el trabajo porque tiene que mantener a su familia, pero si es mujer escogen a quienes no tengan hijos ya que ellas pueden dejar de trabajar por sus hijos si éstos se enferman o les pasa algo malo.

[b]No se consideran migrantes[/b]

Las personas que van a Canadá a trabajar muchas veces no se consideran mirantes, para ellos ser migrante es cruzar la frontera, enfrentar peligros y estar expuestos a muchos problemas, además no esperan acceder a la ciudadanía, o quedarse en dicho país; muchos solo van a trabajar por temporadas.

[b]Conclusiones[/b]

Sus conclusiones son que por lo general la gente no mejora sus condiciones de vida, el primer año que se van reembolsan las deudas que consiguieron por irse a Canadá, luego empiezan a comprar cosas, electrodomésticos o construir otra pieza para su casa, pero no invierten en el campo o un comercio. No logran cambiar de estrato social.

En 2011 había un registro de 307 yucatecos que estaban inscritos en este programa, hoy en día hay más de 350. En total hay más de 26 mil trabajadores mexicanos este año.