"Un Yucatán de sueños y no de pesadillas", ofrece Sahuí

Paul Antoine Matos
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Sábado 23 de diciembre, 2017

Mauricio Sahui Rivero no logro que dos mil priístas exclamaran "unidad, unidad" al registrarse como precandidato unido del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para la gubernatura de Yucatán.

En la Casa del Pueblo la gente no se coordinó para gritar "unidad, unidad" en simultáneo. Las dos mil voces no corearon la consigna que funciona como pegamento para reparar las fracturas del PRI, cuando el partido se quiebra en busca del candidato único.

El maestro de ceremonias fracasaba al iniciar las exclamaciones de "unidad", "vamos a ganar", "arriba Mauricio Sahuí". Funcionaba más cuando pedía a la gente que agitara sus globos verdes y rojos, los cuales se movían como parásitos intestinales. La batucada explotaba con los tambores.

"Un Yucatán grande", declaró Mauricio Sahuí en su discurso. Eso es lo que quiere. Subido en la mesa de mantel rojo, con el micrófono agarrado, el priísta expresó que la sociedad yucateca está ávida de propuesta e ideas.

La sociedad quiere "tener una visión de un Yucatán que construye y no destruye, un Yucatán que une y no que divide, de un Yucatán de sueños y no de pesadillas". Un Yucatán grande, enfatizó.

"Yo no quiero que en 10 años la improvisación, la falta de capacidad y experiencia probada en el ejercicio de gobierno, la ocurrencia, hagan perder a Yucatán las oportunidades que tienen", expresó.
Declaró que quiere que sus hijos "salgan a las calles, jueguen en las calles y no vean a sus mamás y abuelitas preocupadas porque la violencia ya entró por la tierra que quieren".

"Estamos convencidos de que somos la mejor propuesta de Yucatán", expresó y la gente se unió al "vamos a ganar, vamos a ganar".

Los priístas llegaron a la Casa del Pueblo desde antes de las 10 de la mañana. El registro comenzó a las 11. En el parque de La Mejorada, los jóvenes, liderados por el registro Alfonso Seguí y el militante Ariel Zapata, caminaron con guayaberas blancas y pantalones de mezclilla las cuatro cuadras.

Ariel Zapata declaró que se disfrute el acto porque es una fiesta. "Vamos juntos, porque somos el equipo de Mauricio Sahuí". El regidor declaró que la precandidatura única de Sahuí es "el fruto de años de esfuerzo". Los aproximadamente 50 jóvenes, dijo, será la gente cercana cuando sea gobernador, por eso tendrían la tarea de "contagiar" con entusiasmo a la Casa del Pueblo.

Mauricio, hijo del precandidato, se aferraba a la pierna derecha de su padre. Sus cabellos son rubios, rizados y despeinados. Su madre, Yamile, lo sostenía y cuidaba a sus dos hermanos, con la misma fisionomía de chelitos yucatecos. La familia, dijo Sahuí Rivero al tiempo que le pedía permiso a su esposa para la campaña de los próximos seis meses, es importante para mí y para Yucatán. Hay madre de familia que forman a los hijos de Yucatán, a los jóvenes se les deben dar los espacios para desarrollarse, señaló.

Recordó que hace seis años, la gente confió en Rolando Zapata Bello para ser el gobernador de Yucatán. Hoy, agregó, la entidad está en los primeros lugares del país en seguridad, calidad de vida y buen gobierno. La gente aclamó: Rolando, Rolando, Rolando.

Hombres y mujeres llegaron de Yucatán y las colonias de Mérida para el registro de Sahuí Rivero. Campesinos henequeneros de Motul, mujeres colonias de ese municipio, de Pero, de Progreso. Llegaron en autobuses, dijeron. Líderes de manzanas, taxistas, obreros, jóvenes, más campesinos, sindicatos. Era la gente del PRI. Los brazos fuertes del partido.

"No quieren que me caiga, pero tengo la confianza del PRI, me sostengo en el PRI", expresó en un momento cuando la mesa sobre la que se paró se tambaleó.

Los descartados del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín, Víctor Caballero Durán, Roberto Rodríguez Asaf, Pablo Gamboa Miner, Jorge Carlos Berlin Montero, Felipe Cervera y Liborio Vidal entraron por el pasillo humano a la mitad del teatro. Alcanzaron a Sahuí cuando éste terminaba su discurso. Siguieron los abrazos.

Más de media hora tardó Sahuí en subirse a su camioneta. Las selfies de los priistas yucatecos, los abrazos bañados en sudor y las felicitaciones eran correspondidas.

El maestro de ceremonias expresó en el micrófono que "por favor, no se olviden de Panchito". Unas mujeres jóvenes, camisas polo color sandía, repitieron la consigna. Una de ellas preguntó "y quién es Panchito". Otra respondió "no sé".