Manejo de agua en granja de Homún, arriba de la norma

Paul Antoine Matos
Foto: Reuters
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Jueves 26 de octubre, 2017

La granja porcícola que se establece en Homún, con capacidad de 34 mil 848 cerdos, perteneciente a la empresa Producción Alimentaria Porcícola (PAPO) supera los estándares de calidad establecidos por la Norma Oficial Mexicana (NOM) para este sector, así como las exigencias de Kekén en materia de cuidado medioambiental, expresaron los representantes de PAPO en entrevista con [i]La Jornada Maya[/i].

Habitantes de Homún se han manifestado en contra de la granja porcícola por temor a la contaminación que los desechos de cerdo pueda ocasionar en el agua del municipio, así como que el mal olor pueda ahuyentar al turismo que visita los cenotes. Ayer al mediodía presentaron al gobernador Rolando Zapata Bello los resultados de la autoconsulta realizada por la asociación civil local Ka´anan Ts´onot hace unos días, en la que votaron apenas 784 (732 en contra de la granja, 52 a favor) de 4 mil personas registradas en el padrón electoral de Homún.

[b]Evitar contaminación[/b]

Jorge Antonio Zumárraga Novelo, representante de la constructora Ingeniería Civil, Estructural y Arquitectónica (ICEA) y de PAPO, explicó que las naves en las que estarán los cerdos serán de piso de concreto grueso completamente impermeable, para evitar que permeen en el suelo las aguas residuales y contaminen el manto acuífero, al igual que el canal por el cual los residuos bajarán a través de una tubería también impermeable hacia el sistema de tratamiento de aguas residuales.

[img]sis08qq8qtsm[/img]

Este sistema, dijo, consta de 11 pasos. Empieza con la recolección en el cárcamo de rebombeo, tanque en el que recolecta el agua residual de cada módulo de la granja, pasa después por una separación física y por un tanque de ecualización en donde se homogeiniza todo el líquido; el siguiente paso es un clasificador y por un reactor que realizan la separación de los sólidos para su secado y que puedan ser reconvertidos en composta orgánica para vender fuera de la granja y evitar que se piense que contaminarán. El tratamiento incluye también procesos anaeróbicos y aeróbicos para la eliminación de bacterias en tres reactores y biodigestores; el aeróbico está integrado con burbuja gruesa y realiza la desnitrificación (eliminan nitritos y nitratos). Posteriormente, al agua se filtrará y desinfectará por medio de clorificación y finalmente se filtrará una vez más por cáscara de nuez o carbón activado.

Entre el 30 y 40 por ciento de las aguas residuales serán reutilizadas en la producción de la granja. El resto será distribuido en una zona de riego de cultivo para consumo humano de 24 hectáreas dentro de la granja; dicha zona absorberá el 100 por ciento de los nutrientes del agua, evitando que estos permeen al manto freático.

Existirá un monitoreo trimestral por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), como indica la ley, aunque la empresa aceptaría la revisión de un colegio asociado por centros de investigación y universidades como el CINVESTAV, el CICY, la UADY y la UNAM.

Incluso, compraron una granja porcícola vecina con la que firmaron un contrato para evitar que contaminen la zona.

Para evitar los malos olores, la granja ocupará una parte de las 100 hectáreas del terreno perteneciente a la empresa PAPO, por lo que el área de influencia no traspasará la zona, ni llegará a los cenotes más cercanos, y mucho menos a la población, a siete kilómetros de ahí. Aún así, el cárcamo de rebombeo estará sellado, a diferencia de otras granjas, y se contará con un tanque anaeróbico de 25 millones de litros cerrado completamente con una geomembrana. Además de que los 2 mil metros cúbicos de gas metano que produzcan los desechos será quemado y usado como energía para la granja, en partes iguales, indicó. A unos 15 o 20 metros de la granja no se sentirán los olores, señaló.

Será conforme a la NOM 03, la más exigente, con respecto al parámetro máximo exigido de sólidos suspendidos, nitrógeno, fósforo, grasas y aceites, demanda bioquímica, entre otras características. Aunque para establecerse sólo les solicitan la NOM 01.

[b]Vinculación con la comunidad[/b]

El proyecto porcícola también tiene programas sociales para crear lazos de comunidad y fortalecer el tejido social, reconocieron. Serán reforestación, mejora de vialidades hacia los cenotes turísticos, señalización y equipo de seguridad (chalecos salvavidas, primeros auxilios) en los cenotes, promoción en medios de comunicación del turismo de aventura en Homún. En noviembre se presentará un programa, aunque prefirieron mantenerlo en sorpresa.

Aunque debe concluirse a finales de este 2017, la granja porcícola comenzará a funcionar cuando “esté al 100 por ciento lista, cuando la última piedra se coloque”, declaró Enrique Ortiz García, director de PAPO.

Ricardo Díaz Montes de Oca, miembro del Consejo de Administración de PAPO, expresó que el proyecto de la granja porcícola comenzó desde febrero del año 2015, cuando buscaban alternativas para ofrecer a la empresa Kekén, la cual es su aliada, para establecerse. En mayo se decidió Homún, tras realizar la Factibilidad Urbana Ambiental (FUA).

Díaz Montes de Oca explicó que se establecieron en Homún porque la ley lo permite. Además la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) en la que se encuentra establece un límite de al menos cinco kilómetros entre granjas, por lo que no podrán haber nuevas, dado que con la de PAPO se llenó el cupo.

Se delimitaron las medidas del terreno, el cual se trataba de una propiedad privada, un predio que se encontraba intestado y para lo que debieron realizarse todas las operaciones legales para su normalización; el Catastro municipal pidió firmas a los predios colindantes para rectificar las medidas.

Señalaron que tanto el alcalde de Homún como los líderes ejidatarios (comisario, secretario y tesorero) tenían conocimiento del proyecto desde mediados del 2016.

Durante un año se hicieron los trámites ecológicos, sociales y urbanos correspondientes ante las dependencias municipales, estatales y federales, de los cuales La Jornada Maya tiene acceso. En mayo pasado la construcción inició.

[b]Homunenses rechazan diálogo[/b]

Díaz Montes de Oca declaró que el proyecto de la granja porcícola será a largo plazo, incluso a 50 años, porque la inversión que se realiza es millonaria. Entonces, su interés está en proteger el medio ambiente y a la comunidad de Homún, por lo que están abiertos al diálogo y la colaboración constante con los habitantes del municipio.

Pero los homunenses en contra del proyecto han rechazado todo intento de diálogo con la empresa. En la junta del 24 de julio, moderada por el secretario general de gobierno, Roberto Rodríguez Asaf, manifestaron su desinterés en conversar sobre la granja porcícola, a pesar de que PAPO acudió con un ingeniero y una bióloga para explicarles el proceso ecológico.

Los contrarios a la granja expresaron su inconformidad a través de gritos y consignas en la junta con Rodríguez Asaf.

En esa reunión, aliados de los homunenses llevaron a científicos para comprender la situación, pero al presentar su análisis del conflicto, fueron ignorados. Una fuente que pidió el anonimanto y que apoyó a los homunenses declaró a La Jornada Maya que “he decidido alejarme porque no están abiertos al diálogo. La empresa se acerca para escuchar propuestas, pero rechazan”, y mencionó que detrás del grupo hay dos ex alcaldes del municipio.

Díaz Montes de Oca consideró que no se ha llegado a un acuerdo porque existe un “problema de gobernanza” para llegar a un consenso. Enfatizó en su interés de tener soluciones que beneficien a ambas partes, se abrieron los puentes, pero no han querido evaluar las alternativas, ni siquiera reabren las conversaciones.

Señaló que el gobierno ha fallado en la promoción del diálogo, a pesar de que como empresarios se acercaron con las autoridades estatales, antes que con los homunenses, para discutir el tema y que el los funcionarios públicos fungieran como intermediarios. Consideró que los habitantes de Homún sobrepasaron a la autoridad.

Expresó que los homunenses contra el proyecto “buscan la división, no el diálogo”. Mientras que Enrique Ortiz manifestó que “nunca jamás hemos sidos invitados a las asambleas”.

Reiteró que “estamos dispuestos al diálogo, a presentar el proyecto, demostrar las condiciones ecológicas y platicar”.