Dibujo el silencio del pueblo: Marcelo Santos

Francisco Martín
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 4 de septiembre, 2017

Marcelo Santos, caricaturista de [i]La Jornada Maya[/i], abre las puertas de su estudio para compartir un poco de su experiencia como artista. En entrevista, retrata que su vocación se gesta desde la infancia y con el transcurrir del tiempo va encontrando su estilo, e incluso a sí mismo. El tema de la X´tabay y el pueblo son tópicos fundamentales en sus trazos.

La carretera 184 hacia Felipe Carrillo Puerto se abre hasta el final y aparece Lázaro Cárdenas, imponente y firme como el bronce que lo compone. Un pich frondoso y sano desemboca hasta clavarse en las piedras por donde está la entrada a la casa de don Marcelo Jiménez Santos.

Don Marcelo nos recibe con la tranquilidad que caracteriza al j´men, callado, sabio y con un gran sentido del humor: “mare los estuvo esperando Deira. Pensamos que aparecerían en las noticias como damnificados, ahí en Mahahual” expresa.

Reímos plácidamente imaginando la escena; posteriormente, pasamos a su estudio en la segunda planta, donde cinco perros anunciaban a todo ladrido el arribo a su núcleo creativo, que se encontraba en completo orden.

En 1974 empezó a estudiar más en talleres de pintura, inició con el acrílico, tenía como 13 años. Posteriormente, decidió probar un poco de las técnicas, pero antes ya era dibujante: “todos mis trabajos se publicaban en el periódico mural. Cuando salí de la primaria empecé con los talleres de dibujo y pintura, desde eso me familiaricé con las técnicas en diferentes materiales; trabajé con unos óleos que me regalaron, pintaba hasta con el dedo, aún no sabía la técnica, dibujaba los contornos y luego los rellenaba con óleo, así fue como empecé”, relata el artista.

[b]Usted lleva ya un buen rato con los monos, ¿cómo fue su acercamiento?[/b]
Trato de expresar lo que la mayoría del pueblo dice y la forma en que la gente de mi comunidad piensa su vida política, que a veces está lejos de lo que los poderosos piensan.

Me gusta dibujar eso que la gente del pueblo dice; por ejemplo, lo más recurrente en mis monos es una o varias calaquitas que son las que protestan por todo lo que no les parece de los políticos, porque la calaquita les dice sus cosas a los poderosos, que siempre están representados por personajes grandes, bien alimentados. Pocas veces hago retrato, siempre es algo en torno a lo que pasa, la realidad tal cual, los políticos dominan a las mayorías por la necesidad del pueblo, los controlan con una torta y un juguito, eso es lo que represento en mi caricatura, con el propósito de darle voz a los que no pueden ser escuchados, ni atendidos porque los políticos hablan en su propio código, entre líneas, por eso muchas veces la gente no quiere participar en el ámbito político”.

[i]Vemos que representa con fervor la imagen de la X'tabay.[/i]
El tema es reciente, hace cinco años se inauguró aquí en Felipe Carrillo el primer festival sobre el tema de la X´tabay. Comenzó cuando visité la Casa de la Cultura y miré la obra que dejé como préstamo para ser disfrutada por la comunidad; vi que tenía 15 años y organicé una exposición colectiva que la incluyera, además de temas en torno al género. Así nació el Festival de la X´tabay que incluye danza, música, teatro y pintura; el tema ha gustado y ha trascendido, me identifican con él.

[b]¿Es un enamoramiento a la estética de la mujer maya?[/b]
En difinitiva porque representa la resistencia de la mujer originaria a los esquemas impuestos por la Conquista y evangelización, la mujer maya rompe con los esquemas que se le imponen, al ser una mujer como cualquier otra, sexual, erótica y lo más importante: decide con qué hombre estar, es diferente a lo acostumbrado, ya que no se lo imponen. Es un elemento importante como resistencia de las mujeres originarias.

Cuando llegaron los conquistadores nos hicieron creer que una mujer no vale nada si no es pura, casta, santa. Yo creo que la X´tabay representa lo contrario de lo que se impone por el sistema cristiano.

[b]Usted ha logrado conjugar representaciones o símbolos de la historia de la pintura occidental, con los elementos costumbristas mayas. ¿De qué se trata?[/b]
Como cultura maya tenemos derecho a compartir, sobre todo en estos tiempos de globalización en el que tenemos la oportunidad de interactuar con otras culturas de todo el mundo, y podemos apropiarnos de esos elementos; se trata de una convivencia enriquecedora, pues nosotros hemos aportado mucho al mundo y también tenemos que tomar lo que nos aportan otras culturas; de lo clásico europeo hasta los valores locales, con la representación de lo local para que haya una interculturalidad, nutrirnos como artistas, para una vida más armónica y en paz.

[b]¿Qué es lo que más ha influenciado en su pensamiento como creador?[/b]
La influencia más fuerte está en mis raíces, no importa lo universal del tema, siempre planteó un indicio de mis raíces, trato de tener una raíz profunda y viva abierta al concierto mundial; todos cabemos en este espacio, no podemos cerrarnos, hay una realidad latente, vigente y lo único que nos queda es involucrarnos, pero sin perdernos, sin ser una masa sin rostro, sino poder decir estoy entre todos, pero tengo este origen, esta cultura, esto que puedo compartir con el mundo.

[b]¿Qué lo ha llevado a encontrarse en la pintura?[/b]
Es una situación de poder establecer, un estilo; al principio reproducimos lo que los demás pintan y lo que nos puede distinguir es buscar un estilo para ser diferente a los que te rodean. Es como en la música, cuando escuchas unas tonadas ya sabes quién es, una vez que logras eso creo que has avanzado bastante, pero aun así debes seguir trabajando para desarrollar tu estilo.

En mi caso cuando gané la Bienal en 1980, una de las que integraban el jurado era Raquel Tibol, reconoció mi pintura y el que haya sido una de las críticas de arte más reconocidas, fue cuando comprendí y analice mi obra; empecé a trabajar más mi estilo. No creía ganar porque muchos de los que ganaron decían, en sus conferencias, que estaban llegando de Europa y que habían expuesto en no sé dónde; y yo aquí en mi pueblito , por eso cuando vi al día siguiente mi premio y diploma, dije: “creo que sí gane”. Porque me pudo haber pasado lo que a muchos “oiga no era usted, hubo un error”, de nuevo las carcajadas se nos hicieron presentes, “ vi mi premio y dije: ahora aunque se confundan no lo devuelvo”, sentenciaba en ese momento, mientras el humor permeaba el ordenado estudio que sirvió para entrevistarlo.

A partir de ahí me di cuenta que podíamos participar en cualquier ámbito, que nos habíamos creído lo de la Conquista, se nos puso ese chip, ese de que somos pobres y que somos excluidos. Nos decían no puedes y nos creímos eso. Sin embargo, a partir de la premiación me di cuenta que no son extraterrestres, son gente de carne y hueso, de aquí son como yo, por lo que empecé a fortalecer mi actividad y mis propuestas.

[b]¿Se considera un ser universal en el sentido pictórico?[/b]
Creo que hemos avanzado mucho, pero aún falta; no hay un final, lo más importante es continuar la producción. Estoy tratando de producir mucho porque es lo mío, lo que me gusta, es parte de mi ser, mi vida y siempre estaré produciendo.

Caminamos a través del salón en medio de los bastidores llenos y vacíos de pintura, recordó uno de sus cuadros de pintura favorito antes de salir, así que regresó sobre sus escasos tres pasos para sacarlo: “esta es Deira cuando era niña”, dice orgulloso mientras platicamos de la niña que ahora se va a Brasil a estudiar su doctorado. En ese momento resultó imposible detener el impulso de obturar mi cámara y registrar la escena, única para un artista que sigue aprendiendo con cada impulso de su creatividad.