Texto y foto: Sandra Gayou Soto
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Viernes 1º de septiembre, 2017
El compositor tamaulipeco Jaime López ya está en Mérida, y promete ofrecer un concierto “con todo”. Después de una larga y caótica mañana en el aeropuerto de la Ciudad de México, y con más de una hora de retraso en la salida, López aterrizó en la capital yucateca la tarde de ayer al filo de las 14 horas.
Ya lo esperaban en el aeropuerto para llevarlo a donde será su morada las siguientes 2 noches; ahí se convierte en turista, y enfundado en un par de bermudas, playera roja y chanclas, llega al bar La Negrita a tomar “dos como la gente”.
Acompañado por Fred Hatchondo, dueño del estudio “If6was9”, comienza oficialmente la visita de Jaime a Mérida.
La plática va desde anécdotas y recuerdos familiares, pasando por datos históricos de la ciudad, del lugar, mientras las cervezas rolan en la mesa. Minutos después, aparece el compositor José Elorza; se encuentran con una gran sonrisa y tras un fraternal abrazo, se une a la mesa, en la que de pronto ya había cuatro personas más.
De comer, Jaime pide papadzules, bebe cerveza artesanal y cierra con un Xtabentún, mientras sigue la plática entre los compositores; cae el atardecer y con ella, Jaime deja la cantina, para continuar el día más relajado.
El resto de la tarde transcurre en una larga plática entre Jaime, Fred y Emiliano Buenfil, los tres seres de música; comparten anécdotas, experiencias, gustos y disgustos, y uno que otro chisme de la farándula rolera.
De Leonard Cohen a Bob Dylan, llegan a la charla The Beatles, los Rolling Stones, las octavas abajo y los si bemoles; López ofrece, involuntariamente, una cátedra de rock, blues, literatura y periodismo.
En la plática, se escuchan frases como “Nosotros haciendo rock en español, ellos (The Beatles) haciendo boleros en inglés”, los “corridos” son periodismo cantado, y “Dylan raya en el simple periodismo, pero Leonard Cohen es poesía”.
Así transcurre el primer día de Jaime López en Yucatán, entre amigos, charlas y cerveza; esta noche, el Delorean Bar lo recibirá por primera vez con su doceava y una sexta (guitarras) y cuarenta años de canciones a cuestas, trae preparado un repertorio de una hora, quizás dos, quizá más, ni él mismo lo sabe.
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Miguel Améndola
