Crece el acervo pictórico de La Jornada Maya

Lilia Balam
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Domingo 7 de mayo, 2017

Fabrizio León Diez, director y editor del periódico, en compañía de Andrés Silva Piotrowsky, jefe de cierre de edición, recibieron [i]Danza No. 2[/i], obra pictórica del artista Ariel Guzmán, quien plasma la secuencia de una joven bailando salsa en un ambiente tropical de fondo, pintura que hoy constituye la número dos de [i]La Jornada Maya. [/i]

“Empiezo en la primaria, cuando descubro el olor del óleo. El olfato me lleva a la visión, a pintar. Desde entonces no lo he dejado de hacer”, describe el artista. Y aunque no tiene una cuenta exacta -pues sería imposible dado que pinta todos los días-, él calcula haber creado cerca de 5 mil obras. Y a ninguna de ellas calificaría como la más significativa “porque ya me hubiera muerto”, dice.

Las obras para él tienen un proceso: de contraste, de duda, de caos. También de narración de historias ya escuchadas, ya establecidas y replanteadas. Como las series que ha elaborado, una de ellas centrada en las espaldas humanas.

“La geografía de la espalda me gusta porque es como democrática, no hay protagonismo. El rostro miente mucho, el rostro sonríe, la espalda no sonríe, ni miente: se muestra, vulnerablemente. Por eso me gustan las espaldas. Porque se manifiestan tal cual, frescas, no saben cómo se ven”, explica Guzmán, cigarro en mano.

Es precisamente una espalda la protagonista del cuadro [i]Danza No. 2[/i], que de la comodidad de su recámara, pasará al confort de otra habitación creativa: la sala de redacción de [i]La Jornada Maya[/i].

En la velada, Silva recordó cuando hace dos años se comenzó a concretar el proyecto de la publicación: “Fabrizio me invitó a participar en el proyecto. Me subí al carro porque él pensaba que con este periódico hacía ciudadanía. Yo pregunté qué es hacer ciudadanía y me respondió un año después. Los primeros aliados del diario fueron los artistas: Rufino Tamayo, Francisco Toledo; ofrecieron obra para que el periódico se leyera y justo eso hacemos ahora. Queremos tener en [i]La Jornada Maya[/i] esa comunicación con la ciudadanía”.

Guzmán agregó que del espacio privado en que se encontraba, la obra donada pasaría otro sitio, ya no en intimidad. Vulnerable, como la propia espalda que se observa en ella. En un espacio para “hacer ciudadanía”: conservará su status democrático.

En medio del recinto y rompiendo el aire un tanto solemne, Fabrizio León no habló de vulnerabilidad, intimidad, ciudadanía, ni democracia. Simplemente agradeció a cada uno de sus colaboradores y subrayó que todos los días a lo largo de los últimos dos años ha ocurrido algo sorprendente: “Así ha sido este cuadro: el significado de su sensualidad, de su color, que lo haya escogido Andrés, que haya accedido Ariel a donarlo, tiene triple significado: no es una donación, es una impronta, una impronta de una amistad”.

Giovana Jaspersen, directora del Museo Palacio Cantón; Felipe Escalante Tió, jefe de la mesa de redacción de La Jornada Maya; Sabina León Huacuja, Israel Mijares Arroyo, directores de producción y operaciones del periódico, respectivamente, entre otros colaboradores de este medio, artistas y gestores culturales, fueron testigos de la donación de la obra.