Marcha por la ciencia en Mérida

Danielle Barriga
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Sábado 22 de abril, 2017

En Mérida, los científicos usan tenis, zapatillas y chanclas. De short, sombrero y gafas gustan de compartir sus hallazgos, acompañados de sonrisas radiantes. En el Centro de Estudios Avanzados Unidad Mérida, por ejemplo, buscan conocer las comunidades de manglar en la península de Yucatán. Estos ecosistemas son de gran importancia, dada la cantidad de bióxido de carbono que almacenan y protección ante huracanes. Las estrategias de manejo dependen por completo del conocimiento que se tiene de sus dinámicas y composición. No obstante, los servicios que nos brindan, los desarrollos de turismo en masa van ganando la batalla.

El panorama actual para esta y otras investigaciones no es alentador. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en México sufrió un recorte presupuestal del 23 por ciento. Esto se ha visto reflejado, entre otras cosas, en la disponibilidad de becas para estudiantes de posgrado, ofertas laborales y salidas a campo, denuncian los participantes de la Marcha por la Ciencia, movimiento internacional que ha cobrado fuerza en los últimos meses.

Es así que este sábado 22 de abril, en coyuntura con el Día de la Tierra, científicos del mundo se han organizado en un acto sin precedentes para salir a las calles y resaltar la importancia que tiene la ciencia como pilar de la libertad y la prosperidad humana. En su mensaje principal, reconocen la poca participación que ha prevalecido hasta el momento desde el ámbito científico frente al descrédito de su labor y la elaboración de políticas que no contemplan el interés público. Argumentan que es momento de ciencia, no de silencio.

La cita fue a las 16:00 horas en el emblemático Monumento a la Patria de la Ciudad Blanca. María, estudiante de octavo semestre de medicina sostiene firme un cartel que reza “Menos política en la ciencia y más ciencia en la política”. Reconoce que en materia de salud, el acceso a información e investigación libre de intereses económicos dificulta y restringe su labor como médico. “La medicina es preventiva, no curativa, y la Secretaría de Salud debería actuar bajo ese principio”, comenta la estudiante. María sabe también que su formación futura depende en gran medida de los programas de inclusión por género. Lamenta el poco apoyo que hay para que estudiantes de pregrado estudien y asistan a Congresos y otras actividades académicas.

La Marcha anduvo alrededor de media hora por el Paseo de Montejo hasta llegar al Remate. Más a lo largo que ancho, técnicos, estudiantes e investigadores de la Universidad Autónoma de Yucatán, Cicy y Cinvestav, entre otros, hicieron suyas las consignas de apoyo al desarrollo de la ciencia por encima de una cuestión partidista. Clamaron así su lugar en la sociedad, como un ente que también existe fuera de los laboratorios y las aulas y que entra a la política aportando información valiosa para orientar la toma de decisiones.

En el Remate de Montejo civiles abrieron un espacio para la difusión del trabajo de los científicos interesados, mediante mesas improvisadas y megáfono abierto. El Comité de Organización de la Marcha por la Ciencia en Yucatán contabilizó alrededor de 43 participantes, aunque quizá el número sea mayor, ya que no se hizo un esfuerzo exhaustivo porque todos se registraran.

Este evento marca un hito en la participación de los científicos en la sociedad. Vale la pena preguntarse e indagar en los orígenes del movimiento y la incidencia que tendrá en tomadores de decisión para el desarrollo de políticas públicas. Además, es importante reconocer que el recorte presupuestal no afecta a todos los centros, ni líneas de investigación de la misma forma, por lo que también será importante visibilizar quiénes y de qué manera se llevan la peor parte de este escenario.