Lilia Balam
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 17 de abril, 2017

Patricia Monsreal ya llevaba una docena de años como recepcionista en el Hotel Holiday Inn cuando tomó una llamada desde Brasil. Sus compañeros se la turnaron porque el cliente tenía una lista de requisitos muy especiales: necesitaba una habitación y una persona que lo apoyara, debido a una pequeña discapacidad.

Cuando el entonces desconocido cliente comentó al teléfono “voy a quedarme por un largo período”, ni Patricia, ni ningún otro colaborador del hotel imaginaban que estaban a punto de vivir una experiencia que marcaría al hotel para siempre.

Un día de 1995, tras hacer los arreglos para que el personal del recinto lo recogiera en el aeropuerto, arribó el doctor en física Roy Clouse. El catedrático de Harvard había dejado la casa de estudios después de haber sufrido un ataque, “pero siempre su corazón y sus sentimientos estaban ahí”, relata Monsreal con un dejo de nostalgia.

Clouse se hospedó en una habitación normal. Conforme transcurrieron los días, los trabajadores comprendieron que su estadía sería peculiar. “Nos empezamos a encariñar con él, era una persona muy sencilla, agradable. Podíamos platicar poco, pero él empezó a tomar clases de español, le buscamos maestro”, comenta.

La ahora gerente de división de cuartos cuenta que de una habitación estándar, Clouse pasó a una [i]suite[/i], pues le gustaba el área de la alberca. En su nueva recámara, que contaba con un jardín privado en aquel entonces, colocó plantas y camastros que él mismo compró. La adecuó como a su propia casa. Pronto contrató a una segunda persona para que lo apoyara. “En la mañana venía Arturo por ocho horas para que lo ayudara a vestirse, bañarse, desayunar, asesorar su alimentación y después entraba la otra persona con un turno de cuatro horas”.

Los colaboradores conocieron su rutina. Sabían que Clouse dormía solo y lo vigilaban constantemente. Hasta que un día le dio un infarto. Los mismos trabajadores lo llevaron a un hospital. Patricia permaneció a su lado: “cuando despertó me dijo ‘me quiero ir al hotel’”. El doctor no quería dejarlo ir, pero nadie lo podía retener. Preguntaron a Monsreal si era hija del paciente, pues podía firmar un consentimiento para que saliera. Ella contestó que no, pero firmó y el doctor Roy pudo regresar al hotel.

Pocos días después, Clouse entregó a Monsreal un documento sellado por notario en el que pedía que si pasaba algo no fuera llevado al hospital y no le colocaran aparatos. “Yo siempre pensaba: ¡Dios mío, que no le vaya a pasar nada!”, comenta Patricia, haciendo referencia a la enorme responsabilidad que implicaban dichos documentos. Asimismo, el doctor en física entregó a la entonces recepcionista un papel en el que describía que al fallecer, sus pertenencias debían ser donadas a la Universidad de Harvard, para becas y fondos de investigación.

Salvo para que le realizaran chequeos médicos en los Estados Unidos dos veces al año, Clouse no abandonó el Holiday Inn en diez años. Incluso sus hermanas y sobrinos acudieron a visitarlo: “él estaba enamorado de Mérida”, señala Monsreal.

Un día Clouse decidió que quería habitar una [i]master suite[/i]. Dichas habitaciones cuentan con sala, comedor, cuarto independiente, terraza, medio baño: es espaciosa. Sin embargo, al doctor no le agradaba la alfombra. Incluso ofreció dinero para que fuera cambiada. Patricia le planteó la idea a la entonces gerente, Maripaz Martínez, quien, debido a que el hotel se encontraba en remodelación, accedió a cambiar la alfombra. También quitaron la tina, para comodidad del huésped eterno. Dicha habitación fue la última en ser remodelada.

Mientras era renovada su nueva recámara en el año 2005, el doctor se fue a su tierra solo. Sus ayudantes no habían podido acompañarlo. “Yo estaba de vacaciones en Progreso y pidió hablar conmigo. Me dijo ‘Patty esto está terrible. Ya me quiero regresar’. Yo le dije que si regresaba antes lo podíamos instalar en otra habitación. Me quedé pensando en eso cuando me llamaron. Le había dado un ataque”, detalla.

Todos los colaboradores se entristecieron. Recordaron las festividades de cumpleaños, Navidad y Acción de Gracias que Roy celebraba con ellos. “Teniendo todas las posibilidades de vivir en otro lado, se quedó aquí”, señala Patricia.

“Yo creo que él sintió el calor de todos los colaboradores, gerentes y propietarios, porque todos tratamos con él, lo teníamos como parte de la familia”, es lo que opina la gerente de cuartos.

Y aunque para ella la historia del doctor Roy es icónica, reconoce que no es la única. Ha visto desfilar por el [i]lobby[/i] del Holiday Inn a familias por tres generaciones y aún tienen la confianza de localizarla para hacer reservaciones.

“Yo me siento feliz de saber que dejé mi granito de arena para que recuerden el hotel. Todos los clientes son importantes y nos da gusto que regresen, porque gracias a ellos estamos acá. Es un don que se tiene al servir a la gente: preocuparse por lo que necesitan, lo que requieren los demás y estamos aquí para cumplir sus expectativas”, concluye Patricia Monsreal, mientras sostiene un cuadro con diversas fotografías en las que posa a lado del huésped más memorable para ella: “el cliente que nunca se iría y, sin embargo, se fue.


Lo más reciente

Congreso de México analiza licencia menstrual para las trabajadoras: Esta es la propuesta

Las mujeres deberán tener el diagnóstico de un médico que avala la dismenorrea

Efe

Congreso de México analiza licencia menstrual para las trabajadoras: Esta es la propuesta

¿Y las mujeres?, la pregunta detrás del proyecto que repinta la historia de Uruguay

'Libertadoras' estimula la reflexión sobre las desigualdades de género en paredes del Museo Nacional

Efe

¿Y las mujeres?, la pregunta detrás del proyecto que repinta la historia de Uruguay

La humildad en su máxima expresión: Lavatorio de pies en el Cereso de Mérida

El obispo Pedro Mena Díaz representó a Jesucristo en este Jueves Santo

Astrid Sánchez

La humildad en su máxima expresión: Lavatorio de pies en el Cereso de Mérida

Linchan a mujer por presunto asesinato de una menor en Guerrero

Alrededor de 300 pobladores también arremetieron contra dos hombres

La Jornada

Linchan a mujer por presunto asesinato de una menor en Guerrero