AMLO es Noé; los animales políticos se suben a su arca

Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Miércoles 15 de marzo, 2017

A menos que suceda un “tiro de canto”, la sucesión presidencial del 2018 en México podría inclinarse a la izquierda; a la institucional, liderada por Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena o, por la social, representada por la candidata mujer, indígena y pobre, que el Congreso Nacional Indígena (CNI) propondrá en mayo próximo, declaró el coordinador de opinión de [i]La Jornada[/i], Luis Hernández Navarro.

Durante su ponencia [i]¿Para qué sirve la izquierda hoy?[/i], expuesta en La Carpa de la Redacción de [i]La Jornada Maya[/i], durante la Filey 2017, explicó que se debe a que el sistema partidocrático y su proyecto se acabó, no porque la élite lo quisiera, sino, en parte, porque fueron obligados con los recientes cambios en las políticas comerciales de Estados Unidos.

Otro hecho que provoca el fin del sistema partidocrático en México es que el país está ahogado por la corrupción, la violencia y las políticas neoliberales que han dañado a diversos sectores como el empresarial, el ecológico, los pueblos, dijo.

Aseguró que los tres elementos centrales de la situación actual en México son: la explotación salvaje con salarios miserables, el despojo de las tierras y los recursos naturales que pertenecen a las comunidades indígenas para privatizarlos y una discriminación terrible producto de un colonialismo interno en todo el país.

Con este contexto también se generó un cuarto elemento, que es la necesidad de defender la soberanía nacional. Hoy, señaló, hay posibilidad de seguir otras rutas. Así lo demuestran países como China, que se han preocupado por privilegiar el mercado interno a través del aumento de los salarios, así como el combate a la corrupción, explicó. Pero en México no ocurre así, por lo que “hay sectores que no se sienten representados”.

Afirmó que “el proceso de crisis y descomposición de esa partidocracia camina aceleradamente, para llegar al colapso como se vivió en Venezuela, Bolivia o Ecuador. No sé si tan profundo, pero esa tendencia va hacia allí”.

Declaró que con el Tratado de Libre Comercio (TLC) el sector empresarial fue “absolutamente golpeado”, porque “barrió con ramas enteras de empresarios de la confección, de la industria textil, del calzado y de los juguetes”.

Aseguró que el TLC “nos acabó convirtiendo en importadores de mercancías”, porque se compite en absoluta desigualdad en contra de los tiburones del mercado mundial, debido a que se negoció sin gradualidad ni compensaciones.

En torno a ese panorama, manifestó que la corrupción es un problema central, que necesita explicarse no como un asunto cultural, sino escarbando en sus entrañas: es un problema de explotación y acumulación de capital: multitud de funcionarios han usado las instituciones estatales para hacer fortunas y los políticos se vuelven empresarios súbitamente.

Enfatizó que, a diferencia de lo que piensa “nuestro señor mandatario” Enrique Peña Nieto, la corrupción no se trata de un problema cultural provocado por Moctezuma cuando intentó sobornar a Hernán Cortés para evitar la Conquista.

Entonces “no hay mejor forma de esconder la naturaleza de los problemas para presentarlos como si fueran culturales”, enunció el coordinador de opinión.

Ese "gran" proyecto de nación, en el que ser la gran ensambladora del mundo era una aspiración central, se acabó ahora que nos expulsaron de Norteamérica. Por lo que el gran reto de hoy es fortalecer las resistencias desde abajo que enfrentan a Donald Trump y sus agresiones, manifestó.

[b]Barcelona[/b]-[b]San Andrés[/b]

El marco para entender la crisis de la partidocracia y Los proyectos presidenciales rumbo al 2018 de la izquierda, tanto institucional como social, se remonta a 1996, cuando se pactaron los Acuerdos de Barcelona –en la Ciudad de México- y se descarriló el diálogo de San Andrés, en Chiapas.

En el caso de los Acuerdos de Barcelona, discutidos en la calle del mismo nombre de la capital del país, se generó el régimen de partidos, con una reforma del Estado para establecer la distribución del poder tripartito con el entonces Instituto Federal Electoral (INE) y los consejeros del PAN, PRI y PRD, y el Tribunal Electoral, explicó.

En las negociaciones participaron, por el PRD, Porfirio Muñoz Ledo y, después, Andrés Manuel López Obrador; por el PAN estuvo Felipe Calderón Hinojosa (presidente del 2006 al 2012) y el propio presidente en ese entonces, Ernesto Zedillo, quien tuvo las herramientas para establecer un poder transexenal, y levantar cortafuegos para frenar los ataques en su contra.

Andrés Manuel López Obrador es un personaje que creció políticamente en el marco de esos acuerdos entre los tres partidos, indicó.

Como candidato, describió, hay sectores de la clase política y empresarial que lo observan como una amenaza, pero hay otros que no lo ven así, incluso una parte del viejo Zedillismo estaría interesado en acercarse a él “en el marco de la devastación que vivimos”.

Explicó que una referencia para entender esa negociación entre Zedillo y López Obrador está en personajes claves de la administración del ex presidente. Cuando Zedillo salvó a Televisa y TV Azteca, colocó como jefe de información a Leopoldo Gómez en Televisa y como presidente de Fundación Azteca a Esteban Moctezuma (secretario de Gobernación y de Educación). Éste último forma hoy parte del equipo del líder de Morena, señaló.

Otro indicador que mencionó es que es el candidateable con más espacios en los medios de comunicación, cuando antes le estaban vedados. Parte de su fuerza creciente puede medirse en la llegada de grandes empresarios a sus mitines, algunos de dudosa reputación, como ocurrió en Chiapas, con 30 mil personas, y la presencia del empresario más rico de dicha entidad, el presidente del Tribunal de Justicia y el hijo de un ex gobernador priista.

“Es como un arca de Noé. Está claro que está el diluvio, Andrés Manuel es como un nuevo Noé, que invita a todos los animales de nuestra fauna política a subirse a la nave. Está claro que si quieres ganar las elecciones tienes que sumar a todos. Pero si subes a elefantes e hipopótamos juntos, te hundirán el arca”, advirtió.

Consideró que López Obrador es un hombre honrado, que se mantiene al margen de la corrupción, pero que “en la apuesta para ganar se está jugando muchas cosas, porque para ganar elecciones hay que tener la mayor cantidad de votos y aliados posibles, pero al hacerlo corre el riesgo de que su proyecto se desnaturalice.

Señaló que “ha hecho esfuerzos importantes para moverse al centro del espectro político, amarrar relaciones con grandes empresarios, vaciar al PRI que parece como un edificio en proceso de demolición”.

Pero “el riesgo de una apuesta de esa naturaleza es cuando uno acaba perdiendo su alma por hacerlo, y siendo asimilado y desvirtuado. La mejor forma de evitar que eso suceda es construir la autonomía y organización por la vía de la propia gente”.

[b]La otra izquierda[/b]

Al mismo tiempo que en la calle de Barcelona se generaban los acuerdos de la partidocracia; en San Andrés, Chiapas, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) negociaba otra reforma con el Estado para establecer un esquema de construcción y representación política totalmente diferente, que buscaba una vía para acabar con el régimen de partido de Estado, a través de referéndums y remoción del mandato, entre otros, expresó.

Sin embargo, “el punto de la democracia y justicia fue descarrilado” por el gobierno federal y los partidos.

Con ese contexto, Luis Hernández consideró que la propuesta que hará el Congreso Nacional Indígena en mayo de promover una candidatura de una mujer indígena “tendría como uno de sus objetivos visibilizar las resistencias que hay”.

Eso “permitiría construir una fuerza que, independientemente de los resultados del 2018, tenga una inserción, una presencia y una mayor visibilidad en la política nacional”, aseguró.

Para llegar a ella, el CNI organizó una consulta en más de 550 comunidades, por lo que esa candidatura se trata de “una fuerza nacional, real, de los movimientos que están luchando”.

Este proyecto representará a la “izquierda social”, que es pocas veces visible, pero se traduce en los movimientos sociales, muchos de ellos con una participación importante de los pueblos indígenas, expresó.

“Hay centenares de comunidades luchando por la defensa de sus recursos, del medio ambiente; lo que podemos caracterizar como el ecologismo en los pobres”.

El periodista indicó que ha documentado cerca de 300 luchas socioambientales en todo México que se oponen a proyectos económicos y de infraestructura, que destrozan su modo de vida, y que impulsan la depredadora agricultura industrial. Incluso, reveló que en el país hay alrededor de 350 mil personas que laboran en condiciones de esclavitud.

“Hay una izquierda, que tal vez no se asume como tal, que resiste. Indígenas que recomponen su identidad, recuperando su idioma, con literatura, reinventando su tradición de muchas maneras”.

También existen “empresarios que buscan otra manera sobrevivir a aquellos que se los quieren devorar”, declaró.

Señaló que los indígenas son defensores de la tierra, el agua y los bosques, del territorio, pero no se trata de una posición pachamamista, sino que tienen una reserva moral, con un germen de futuro muy importante para desarrollar, al lado de otros.

Expresó que es falso que los zapatistas aparezcan sólo en periodos electorales. En cuanto a la labor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la defensa de los indígenas. En diciembre de 2012 el gobierno federal preparaba su gran proyecto, La cruzada nacional contra el hambre para ser lanzada en Chiapas, el zapatismo salió a las calles de San Cristóbal de las Casas con 40 mil personas, mientras los turistas esperaban el fin del siglo maya.

“Independientemente de esa muestra de fuerza, convocatoria y capacidad de adición de las comunidades, hay una realidad que no vemos, porque no es suficientemente documentada, que es la existencia de las Juntas de Buen Gobierno”, declaró. Pero el zapatismo “existe, está ahí”.

[b]Educación[/b]

Hernández Navarro declaró su creencia en los maestros mexicanos. “Los he acompañado en comunidades y son lo defensores de la educación pública, los responsables de que las cosas no sean peores de lo que son. Esos maestros, son verdaderamente ejemplares. Veo en ellos un elemento para construir la transformación del país”, afirmó.

Indicó que los jóvenes universitarios han salido con procesos renovadores como el #YoSoy132, con miles de estudiantes que cuestionaron al poder conocido, la partidocracia.

“De ahí, desde universidades públicas y privadas, esa juventud generó los cimientos para acompañar muchos movimientos”.

Durante las mesas de San Andrés, recordó, la iniciativa de la izquierda social fue descarrilada, pero la derecha la ha recuperado en busca de una nueva representación política por esa vía: “el fenómeno de candidatos independientes”.

Preguntó si el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco “¿es realmente eso o un enojo de los empresarios de Nuevo León por una candidatura que no era la de ellos?”

Las candidaturas independientes son una vía abierta por muchos frentes, concluyó.