Segunda jornada de la ExpoCampo en Mérida

Lilia Balam
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Domingo 5 de marzo, 2017

Al público lo recibe un elegante escaparate que pocos indicios brinda sobre lo que resguarda el salón Chichén Itzá del Centro de Convenciones Siglo XXI. Personas de todas las edades entran y salen del lugar. Se nota quienes parten por la peculiar carga que llevan: bolsas que pían, frascos de distintos colores y formas, todo tipo de botanas dulces o saladas.

Al entrar es fácil ubicar el amplio abanico de productos y servicios que se ofrecen en la ExpoCampo 2017: desde maquinaria especializada, seguros para protección agropecuaria, hasta las infaltables artesanías.

Por un lado, brillan podadoras, equipo de riego y variadas herramientas en [i]stands[/i] de empresas como “Infra Sur”, “Impulsora Hidráulica”, “Rivulis Irrigación” y la “Compañía Fernández”. Por el otro, se percibe la agitación de los asistentes entre los puestos de venta de artesanías, productos orgánicos, mieles artesanales, carne de venado y mariscos.

Los jóvenes se agrupan en el corredor de orgánicos, donde asociaciones y cooperativas promocionan sus productos libres de químicos. Productores de Sinanché, Chablekal y Mérida pregonan sus precios mientras exhiben sus mercancías en atractivas presentaciones.

Por otro lado, personas de diversos estados de la República recorren en incontables ocasiones los stands marcados con el logotipo de la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER). En ese pasillo se ubica el puesto de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) “Yuum Ba’alche ‘il” de Timucuy, donde Rubén Lara Chávez, criminólogo, perito y cazador certificado por la International Hunter Education Association (IHEA) y la Federación Mexicana de Caza (FEMECA), promociona carne y productos de venado.

Lara Chávez relata que la UMA fue conformada hace 15 años y añade que con la participación en las expos no sólo comercian, sino que asesoran a quienes quieren consolidar una UMA y promueven la caza responsable, pues considera que es una práctica peligrosa que no debe ser furtiva.

Unos metros adelante se ubica el [i]stand[/i] de la empresa Sandovalis, de Mérida, que se dedica a la creación de perfumes artesanales mediante el rescate de la etnobotánica maya y con base en relatos antiguos de Yucatán. José Miguel Sandoval, miembro de dicha empresa, comenta que es un poco difícil establecer en el mercado un producto tan singular. Señala que la burocracia es un gran reto para los emprendedores yucatecos, pero se mantiene positivo dado que en los últimos años el mercado se ha abierto a la mercancía que manejan.

Al final del pasillo, se encuentra doña Arminda Guadalupe Miam Ucán, quien forma parte de la asociación “Kanlol: mujeres mayas trabajadoras” de Teabo. Dicha agrupación elabora diversos productos orgánicos con Jamaica: mermelada, jarabe, licor, entre otros. Arminda Miam platica que el traslado a Mérida es complicado, pero se muestra animada cuando enfatiza que las han invitado a participar a diversas expos, donde obtienen más clientes y aumenta la venta.

La misma satisfacción se palpa al charlar con don Agapito Suaste, quien desde hace 11 años procesa miel en Sotuta. Él remarca que “no hay dificultades si te gusta lo que haces”. Sus productos tienen precios que van desde los 25 hasta los 100 pesos, costos que contrastan con los de los elegantes ternos que muestra Yazmín Estrada, de Peto, cuyos precios ascienden a los 10 mil pesos. Estrada se ríe mientras comenta: “Es un lujo usar terno, yo con trabajo llego a hipil”.

Otras muestras de vestimenta artesanal se exhiben en la Pasarela de la SEDER, donde el trabajo de 14 diseñadoras y modistas yucatecas fue admirado y fotografiado por los asistentes a la Expo. Los diseños de Martha Medina, Reyna May, Eulalia Medrano, entre otras, se caracterizan por los coloridos bordados hechos a mano y el empleo de telas ligeras “soportables al calor yucateco”.

Aunque los niños corren por todos los pasillos, se nota una multitud de ellos al fondo de la Expo, lugar donde se encuentra la granja interactiva y pueden acariciar a una llama, conejos, pollitos y ovejas.

Hacia las 7:30 de la noche los expositores comienzan a recoger sus mercancías, listos para retirarse a recargar energías para la tercera y última jornada de la Expo. En esta novena edición, la Expocampo agrupa a cerca de 200 expositores. Se realizan diversas actividades, entre degustaciones, conferencias y demostraciones de maquinaria.