El Gran Museo del Mundo Maya, cuestionado desde el inicio

Graciela Ortiz
Foto: Sedeculta
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 29 de junio, 2020

Desde sus orígenes el Gran Museo del Mundo Maya (GMMM) ha sido cuestionado por su proceso de licitación y por dejar comprometidas las finanzas de cuatro administraciones estatales de Yucatán, sin embargo, el gobernador del estado, Mauricio Vila Dosal, anunció hace unos días que renegoció la deuda logrando una rebaja de mil 500 millones de pesos, por lo que ya se envió al Congreso la iniciativa de decreto para ser turnada a comisiones a fin de que los legisladores lleven a cabo el análisis, discusión y dictamen correspondiente.

En principio el proyecto se presupuestó en 410 millones de pesos, cifra que luego pasó a 500 millones y de ahí a 800 millones, un aumento de casi 100 por ciento en las finanzas yucatecas.

El contrato para su construcción y operación a 20 años se realizó bajo el esquema de Proyectos para la Prestación de Servicios (PPS), y a la fecha tiene aún 12 años de vigencia. En ese plazo se pagarán cuatro mil 485 millones de pesos que impactará directamente en los bolsillos de la ciudadanía, ya que es una obligación de pago del Ejecutivo aprobada por el Congreso, es decir una deuda de los yucatecos.

La deuda aumenta año con año y se calcula que, de no renegociarse, para el año 2032, fecha de culminación del contrato, se habrán pagado hasta seis mil 415 millones de pesos, según informó el gobierno del estado.

Este proyecto se financió a una tasa alta, con costos de operación y mantenimiento elevado, de hecho la secretaria de la Cultura y las Artes, Erika Millet Corona, reconoció que el esquema de PPS es oneroso y el gobierno paga actualmente 280 millones de pesos al año.

El proceso de licitación, a través del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos del Estado de Yucatán (Cultur), presidido por Jorge Esma Bazán, fue adjudicado a Promotora de Cultura Yaxché, de Carlos Rohn.

El documento se protocolizó el 14 de junio de 2011 y al día siguiente comenzó la construcción de la obra, aunque la idea era concluir hacia finales de mayo de 2012, problemas técnicos atrasaron el plan.

En 2010, cuando Ivonne Ortega pidió la autorización al Congreso para firmar el contrato de PPS dejando las participaciones federales como garantía, informó que la obra costaría 411 millones de pesos y el pago anual sería de 33 millones. Aunque la ex gobernadora se atribuye el mérito de la construcción, su gobierno solo pagó una mínima parte de su costo, ya que dejó el resto para el gobierno de Rolando Zapata Bello, el de Mauricio Vila Dosal y el próximo.

[b]Inauguración[/b]

La ex gobernadora, originaria de Dzemul, inauguró la obra el 24 de septiembre de 2012 con la presencia del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa. El museo no había sido terminado, pero la ceremonia igual se llevó a cabo, ya que faltaba sólo un mes para que la mandataria estatal dejara su cargo.

Fue inaugurado por segunda ocasión, el 21 de diciembre del mismo año, por el presidente priísta Enrique Peña Nieto y el gobernador de Yucatán en funciones, Rolando Zapata Bello del mismo partido.

El Gran Museo del Mundo Maya ocupa un predio de poco más de dos hectáreas a un costado del Centro de Convenciones Siglo XXI, sobre la avenida Prolongación Paseo de Montejo, al norte de Mérida. Diseñado por los arquitectos Josefina Rivas Acevedo, Enrique Duarte Aznar, Ricardo Combaluzier Medina y William Ramírez Pizarro, el recinto recibió el Partnerships Awards 2012 en la sección “Proyectos Innovadores para la preservación del patrimonio cultural y su divulgación”.

La arquitectura está basada en el árbol de ceiba, que es sagrado para la cosmovisión maya. Las cuatro salas de exposición permanente ocupan un área construida de dos mil metros cuadrados y las dos temporales de 600 metros cuadrados. Cuenta con alrededor de 800 piezas arqueológicas, provenientes del Museo Regional de Antropología de Yucatán Palacio Cantón.

“Yo fui uno de los principales críticos de ese Museo porque afea el paisaje y no tiene nada que ver con Yucatán, más bien parece una torre de Pemex o una torre de teléfono, fue una obra demasiado ostentosa”, expresó el antropólogo especializado en arqueología Sergio Grosjean Abimerhi.

[b]Elefante blanco[/b]

Desde su inauguración el museo fue considerado un “elefante blanco” debido a su alto costo anual y a la incapacidad de generar los ingresos mínimos para pagar su mantenimiento y operación.

De acuerdo con la Cuenta Pública de 2017, el museo tenía ingresos diarios por 23 mil 640 pesos y egresos por 605 mil 870 y la mayor parte de sus ingresos no provenían de los visitantes, sino por la renta de sus locales para conferencias y eventos sociales.

Grosjean opinó que se sabía perfectamente que ese museo no iba a generar recursos para poder pagar una deuda de esa magnitud.

Por otro lado, los especialistas afirman que no resulta atractivo como museo, ya que tiene muy pocas obras de valor en exhibición. “Tiene algunas obras interesantes, pero no he visto nada sobresaliente que amerite tal inversión para el contenido”, indicó el antropólogo Grosjean.

En su momento, Millet Corona señaló a [i]La Jornada Maya[/i] que el edificio era improductivo y que tenía instrucciones del gobernador del estado, Vila Dosal, de darle un giro a las actividades, muestras museográficas y presencia institucional para tratar de recuperar su presencia y capacidad, el flujo de turistas y alternativas para hacerlo realmente un sitio de interés.

Sostuvo que se buscaría establecer la operación del video mapping que dejó de funcionar, y las áreas y espacios del museo para que tuvieran mayores rendimientos económicos y culturales.

La directora general de Museos y Patrimonio de la Secretaría de Cultura y las Artes (Sedeculta), Ana Méndez Peterson, informó que tras un diagnóstico de seis meses concluyeron redefinir los intereses y objetivos del museo.

Por su parte, la titular de Sedeculta aseguró que durante la administración de Vila Dosal la asistencia de usuarios locales aumentó 200 por ciento, debido a que fue activada el área para niños y abrieron espacios para actividades artísticas y culturales.

Antes de que se hiciera el cambio de administración, comentó Méndez Peterson, se realizaron cerca de 40 exposiciones y actividades entre el 2014 y 2018 pero ninguna fue gestión propia del museo. La sala temporal tuvo una única exposición desde que se inauguró en el 2012 y se desmontó hasta enero del 2019. El número de visitantes era notable para nacionales y extranjeros pero no de usuarios locales.

Millet Corona afirmó el año pasado que el GMMM ya no era un “elefante blanco” debido a que la Dirección General de Museos y Patrimonio y la directiva técnica del GMMM reactivaron los espacios del inmueble, aunque admitió que aún no genera ingresos propios suficientes para su mantenimiento.

El GMMM fue sede del tercer debate presidencial, en junio de 2018, cuando se enfrentaron los candidatos al Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador (Morena); José Antonio Meade Kuribreña (Pri-Panal); Ricardo Anaya Cortés (PAN) y el independiente Jaime Rodríguez Calderón [i]El Bronco[/i].

Albergó también el Festival Internacional de la Cultura Maya (FIC Maya) y eventos de La Noche Blanca, así como foros y conferencias.

Durante la pasada administración, el edificio funcionó como sitio de eventos políticos y administrativos y sede de la oficina de Museos y Sitios, además del espacio museístico, con una mínima captación de turistas y un elevado costo operativo burocrático.

[b]Exposiciones temporales y premios[/b]

Albergó varias exposiciones temporales como la Bienal de Pintura de José Atanasio Monroy; Los Inicios del México Contemporáneo; El Arte Mural de las Niñas y Niños de México; Descubre Yucatán; Reliquias de Buda y Chicxulub el fin de los dinosaurios.

Entre los galardones que recibió figuran el Premio Seeer, por la Sustentabilidad y Eficiencia Energética en Edificaciones y Recursos, México 2015; Premio al Mejor Destino Cultural Emergente, otorgado por la Leading Cultural Destinations Awards, Londres 2015; Gran Premio Bienal Internacional de Arquitectura, Costa Rica 2014, y Social Deal of the Year de la World Finance Magazine, Estados Unidos, 2013.

Edición: Elsa Torres