Si se abre la temporada turística en Yucatán, no habrá camas: infectólogo

Graciela Ortiz
Foto: Juan Manuel Contreras
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Miércoles 24 de junio, 2020

“Estamos viendo un incremento de casos de SARS-CoV-2 (COVID-19) porque la gente está saliendo con mayor asiduidad, con mayor frecuencia y en mayor número, aunado a la apertura de comercios no esenciales, y si se abre la temporada turística, sin tomar en cuenta los casos de los últimos días, va a ser un desastre; no va a haber más camas”, expresó el infectólogo del Hospital Regional del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) Pensiones, Alejandro Guerrero Flores.

El especialista aseguró que, en el panorama actual, si se relajan las medidas de “quédate en casa” durante el verano, los casos van a dispararse. “A mí lo que me preocupa es que si hubo aumento de casos de movilidad debido a las lluvias, ¿qué va a pasar si hay movilidad por acceso a las playas y a las costas, si se permite el acceso libre, con las poblaciones que allí viven y con la gente que vaya?”.

Recordó que lo normal durante cada año de vacaciones era que la gente iba a quedarse en su casa de la playa durante la semana, “pero ahora no estamos en lo normal eso es lo que tiene que entender la población y las autoridades; nos quieren vender la idea de que esto es una nueva normalidad, pero no es la de antes. La nueva normalidad es no ir a la playa, no ir a pasear, aunque se tenga casa en la costa”.

“No vamos en una burbuja antivirus, nos movemos y llevamos el virus, entonces aquí el problema tiene que ser muy bien pensado, muy bien decidido por parte de los tomadores de decisiones, económicas, políticas, sanitarias porque la movilidad va a ser el riesgo”, advirtió.

Consideró que si seguimos en cuarentena esto podría aplanarse a finales de septiembre, “pero si se permite la movilidad va a haber un ‘picazo’ y pensar en que se aplane, no sé para cuándo si se abre la movilidad vacacional; no podemos volver a lo del año pasado, irnos a la playa, a Sisal, a Celestún, y dicen que ya están pensando en abrir las áreas arqueológicas; hay cosas que hay que pensar y meditar muy bien”.

Señaló que hace unos días se informó de un incremento del número de contagios por la movilización obligatoria que se llevó a cabo durante la tormenta tropical Cristóbal; “mucha gente tuvo que dejar sus casas, eso explica en parte por qué no se tomaron medidas adecuadas, porque si estoy inundado tal vez me salgo sin cubrebocas, pero la explicación más importante es haber pasado al semáforo naranja en lugar de haber permanecido en rojo, porque esto hizo que la gente pensara que ya veníamos para abajo y entonces comenzó a salir”.

Reconoció que hay mucha necesidad, “pero hay que tratar de balancear entre la necesidad y la seguridad para la salud, y algunos preguntarán si vamos a estar así un año más. No es lo que yo creo, es lo que hay que prevenir: una enfermedad que no tiene tratamiento, ni vacuna, que se dispersa tan fácilmente, que en cierta población es muy grave, aún en los jóvenes”.

Puntualizó que esta epidemia pone en evidencia todas las desigualdades sociales y económicas que hay en la sociedad, “yo sí puedo porque tengo casa, tengo yate y de ahí salgo, y yo no puedo porque llego en camión con una bola de pasajeros en el autobús de Progreso y veo ahí cómo le hago para comer el pescadito”.

“Las vacaciones para el yucateco que vive en Mérida son vacaciones democráticas, cada año hasta ahora: se quedan en la playa, comen su torta, pero si estamos en una contingencia sanitaria como ésta, no debería de haber permiso para nadie, porque es una situación muy heterogénea en la que a cualquiera nos puede tocar: rico, pobre, chico, grande, mujer, hombre. Entonces el distinguir porque yo tengo casa, pues no, no debería permitirse a nadie. Quédate en tu casa y ya cuando puedas, vienes”, concluyó.

Edición: Gina Fierro