Incertidumbre y ansiedad por un posible contagio genera compras pánico

Abraham Bote
Foto: Reuters
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Miércoles 18 de marzo, 2020

La imagen es la misma, viralizada en redes sociales y medios de comunicación, donde Yucatán no es la excepción: cientos de personas realizando compras de pánico en tiendas comerciales, ocasionado desabasto en muchos productos, como el papel higiénico.

Esto pese a que las medidas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de expertos de la Universidad Autónoma de Yucatán, y autoridades estatales y federales, son usar gel antibacterial, toallas desinfectantes y, sobre todo, lavarse las manos con frecuencia, o evitar eventos masivos, y mantener la calma.

[b]¿Por qué algunas personas reaccionan de esta manera?[/b]

Esto se genera principalmente por la incertidumbre y ansiedad que ha generado este virus en otras partes del mundo, lo que ocasiona miedo, aunado a la desinformación que abunda sobre este tema, además de conductas de imitación que orillan a muchas personas a seguir a otras, pero sin saber exactamente por qué, señaló Aarón Palomo Euan, neurosicólogo clínico, del Colegio de Psicólogos de Yucatán.

Ante este panorama, el experto pidió a la ciudadanía estar informados con datos oficiales de las autoridades de Salud, no creer lo que dicen páginas de redes sociales, ya que esto genera incertidumbre y ansiedad, temor, miedo, también dejar un rato las redes sociales y no saturarse tanto de información alarmista y falsa.

La sociedad no está acostumbrada a estar encerrada, entonces esto genera mucha ansiedad, por lo que recurren a realizar compras de pánico, pero deben hacer actividades aunque estén en casa, convivir en familia, a través de juegos, pláticas, y no saturarse de información o rumores de vecinos o grupos de whatsapp, que sólo generar alarma. "Que sólo reciban información específica de las fuentes oficiales", reiteró.

El integrante de la Sociedad Internacional de Neurosicología recomendó abonar al sentido común, no comprar cosas innecesarias y que las autoridades no han establecido que sea necesario. "No hacer compras innecesarias, y evitar salir a la calle", abundó.

[b]Conductas de imitación[/b]

El especialista indicó que esto también se debe a las conductas de imitación de los colectivos sociales, si alguien dice vamos a comprar cloro, todos lo imitan y compran cloro, aunque muchas veces no saben bien la razón. Hay desinformación, por lo tanto hay que ser razonables y salir a comprar con sentido común, insistió.

Agregó, si no hay orden, a la larga habrá más pánico, caos, altercados, una crisis colectiva de violencia por un producto, advirtió.

En conclusión, hizo un llamado a la ciudadanía a estar informada solo de fuentes oficiales, de periódicos, noticieros, radio, en las mañanas y en las noches, que no estén todo el día viendo cosas relacionadas con el COVID-19, hagan otras actividades, como leer, si no sólo generarán más incertidumbre y ansiedad. Y sobre todo, que no caigan en sicosis.


[b]¿Necesito un cubrebocas?[/b]

En estos días se ha observado a decenas de personas usando cubrebocas en las calles del Centro de Mérida, incluso algunas personas las venden en la calles, a 10 pesos cada una. Sin embargo, muchas no son las adecuadas para este tipo de contingencia.

La OMS indica que usar una mascarilla médica puede ayudar a limitar la propagación de ?algunas enfermedades respiratorias, pero el uso de una ?mascarilla no garantiza por sí solo que no se contraigan infecciones y ?debe combinarse con otras medidas de prevención.

Si alguien quiere usar un cubrebocas hay que cerciorarse que no sean los tradicionales que usan en hospitales y están a la venta en cualquier farmacia. La diferencia es la calidad y eficiencia del producto.

La OMS señala que el uso de mascarillas es oportuno cuando se tiene tos o estornudos o si se está atendiendo a alguna persona que podría estar infectada, pero también establece que las mascarillas solo son eficaces si se combinan con el lavado frecuente de manos. Es importante no tocarla mientras al usarla y desecharla en un recipiente cerrado.

Edición: Elsa Torres