Familia meridana comparte su testimonio tras "salir del closet"

Texto y foto: Juan Manuel Contreras
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Domingo 1 de marzo, 2020

“Cuando los papás ‘salen del closet’, los hijos se liberan”, aseguró Nelia Díaz, madre de Víctor, quien es homosexual. La familia Campos Díaz compartió su testimonio del proceso de aceptación que implicó la preferencia sexual de sus dos hijos, en el marco del Día de la Cero Discriminación, celebrado este domingo.

La mesa panel tuvo lugar en la sala capilla del Museo Palacio Cantón y estuvo moderada por el activista por los derechos de la comunidad LGBTTTI, Alex Orué. Durante el encuentro, la familia relató cómo fue el criar a un hijo perteneciente a dicha comunidad, sus aciertos, errores; y cómo los enmendaron.

“Lo primero que hicimos fue abrazarlo”, señaló Víctor Campos, el papá, que no puede evitar emocionarse al recordar aquel momento de su vida. El empresario se dijo agradecido que haya sido su esposa Nelia quien “tomó al toro por los cuernos”, ya que así, fue mas fácil para el aceptar la inminente situación.

[b]Mérida insensible[/b]

De igual forma, reconoció que la sociedad meridana, en muchas ocasiones, es insensible ante estas temáticas y existe un enorme tabú en torno a la homosexualidad o cualquier otra preferencia distinta a la tradicional. Con aplausos, los presentes secundaron sus declaraciones.

Víctor Campos destacó que desde el año 1973 la homosexualidad dejó de ser considerada una enfermedad, por lo que tildó a la capital yucateca de doble moralista, “me gustaría regresar el tiempo y hablar a mis hijos sobre diversidad sexual”, admitió.

Ante este panorama, Campos aconsejó a las familias en general a informarse respecto al tema de la diversidad sexual y documentarse sin temor. Asimismo, celebró que los tiempos que vivimos son distintos, y poco a poco va habiendo más apertura para platicar sobre este y otros tópicos importantes para el respeto a los derechos humanos.

Alex Orué añadió que pareciera que los grupos anti derechos han “monopolizado” la palabra familia, “es momento de que nos apropiemos de esos conceptos”, advirtió antes de aseverar que la comunidad LGBTTTI “no pide permiso para existir”, sino que se encuentran en todos lados, por lo que la garantía de sus derechos es una obligación del estado.

[b]La ignorancia, primera barrera[/b]

Por su parte Eric, el hijo de la familia Campos Díaz lamentó que la primera barrera para la aceptación de los homosexuales es la ignorancia, pues en muchas ocasiones así es como los progenitores son criados en el seno de la iglesia y el catecismo.

“Somos solo una pequeña muestra de una situación que pasa todo el tiempo”, subrayó y relató cómo fue vivir “en el closet” durante su adolescencia, la cual consideró que fue reprimida y derivó en numerosos problemas emocionales.

Cuando su hermano se declaró abiertamente homosexual, Eric sintió que sobre sus hombros recaía la responsabilidad de “ser el heterosexual de la familia”, lo cual lo lastimó de sobremanera y ocasionó que él también lastime a quienes le rodeaban.

[b]“Fui bendecida con dos hijos homosexuales”[/b]

A Nelia Díaz se le hincha el pecho del orgullo que siente al hablar de su descendencia. En su participación, condenó que en la sociedad machista en la que vivimos, no se hable de sexo con los hijos y mucho menos de diversidad sexual.

El haber criado a dos jóvenes homosexuales le amplió el panorama sobre el tema. “Fue un proceso difícil”, admite, sin embargo, “también ha sido una experiencia maravillosa”. Ella ha acudido a diversos grupos de apoyo para superar el impacto que le generaba el ver a sus hijos con sus parejas tomados de la mano.

En ese sentido, exhortó a las familias a ser valientes ante la situación y a ignorar el “que dirán”, pues a fin de cuentas únicamente se lastima a los hijos cuando no se les acepta indistintamente de sus preferencias sexuales.