La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Miércoles 19 de febrero, 2020
Juegos tradicionales como tinjoroch, tirahule, caza venado y kimbomba, conformaron un torneo regional organizado este miércoles por la Secretaría de Educación del Estado de Yucatán (Segey) y que reunió alrededor de 200 estudiantes de primarias indígenas.
La sede del evento fue la Unidad Deportiva “Kukulcán”, donde se dieron cita niñas y niños de Maxcanú, Valladolid, Tizimín, Ticul, Izamal y Yaxcabá, así como de algunas comisarías de estos municipios, que tuvieron como entrenadores a madres, padres de familia y docentes.
“En nuestra escuela enseñamos estos juegos, hacemos que los niños lo practiquen en educación física y es muy importante para que no desaparezcan. Este torneo es muy importante porque conviven con otros niños de otros lugares, socializan, salen de su pueblo y eso les motiva porque sienten que sus juegos tradicionales son importantes”, explica Guadalupe Carballo Casanova, maestra de la primaria “Juana de Asbaje”, de Tahdziú.
En una de las canchas del complejo deportivo, dos equipos compiten por el primer sitio de la justa, en el ya conocido caza venado. La primaria “Juana de Asbaje” venció ocho a uno a contrincantes de la región oriente de la entidad, quedando en la tabla inicial del medallero.
“Me siento feliz, me gustó jugar aquí, me emocioné mucho y ganamos”, dijo la estudiante Viviana Escamilla Kú.
“Se busca el rescate de valores; los juegos tradicionales son una forma de que las niñas y niños puedan cimentar el compañerismo, respeto y de impulsar valores. Muchos papás enseñan a los niños y ha sido muy gratificante esta actividad y están con sus hijos dándoles consejos”, sentenció Tania Vázquez Erosa, coordinadora del Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa en el estado (PIIE).
Dependemos en demasía de la electricidad; ¿qué pasa con esos rincones del mundo que viven en penumbra?
Rafael Robles de Benito
El instituto electoral deberá emitir una resolución al respecto
La Jornada
La censura intenta destruir la curiosidad humana, pero en los rebeldes, la alimenta
Margarita Robleda Moguel