Labor de los zoológicos, esencial para evitar la extinción de especies: Monsreal

Graciela Ortiz
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 18 de febrero, 2020

“La labor de los zoológicos hoy en día en el mundo es sumamente importante porque trabajan sobre la conservación de las especies, cosa que muy poca gente entiende y sabe porque creen que allí viven encerrados y que los se los saca de su hábitat natural y se los mete a una jaula, pero no es así”, explica Carlos Monsreal Rodríguez, médico veterinario zootecnista especializado en reproducción y nutrición animal, quien es el encargado de supervisar que los animales del zoológico de Tizimín se encuentren en óptima condiciones, en un área provisional resguardada hasta tanto finalice la obra definitiva del parque La Reina.

El también ex director del parque Centenario, afirma que 90 por ciento de los animales que habitan en todos los zoológicos del mundo no se sacan de la naturaleza, sino que nacen en ese medio, y que gracias a ello se han podido reproducir y se ha evitado la extinción de muchos, como ha ocurrido en la vida silvestre con muchas especies, “la extinción ha avanzado a pasos agigantados por la depredación del ser humano”.

[b]Labor en Tizimín[/b]

El especialista, quien también participó activamente en la creación de Animaya, señala que lo más importante cuando se remodela un zoológico es cuidar la dignidad y la salud del animal.

“Para ello hay que destinar áreas adecuadas donde colocar a los animales provisionalmente mientras se terminan sus hábitats definitivos y todo ese tiempo tenerlos en el más cuidadoso estado físico y de salud”, indica.

Explica que deben permanecer en un espacio donde estén completamente aislados de todo lo que se refiere al proyecto, lejos de maquinarias, golpes, ruidos, pasos de personas, entre otros estímulos.

En el zoológico de Tizimín se destinó una zona que en el futuro se convertirá en un área botánica, o sea jardines y juegos, reservando toda la otra parte para área zoológica.

Los animales son trasladados a ese hábitat transitorio a través de contención física o química, “por ejemplo, si se trata de un mono araña, la contención es física se lleva a cabo a través de una red, se sujeta y se pasa a su nuevo encierro, si se trata de un tigre se requiere contención química, por medio de un dardo anestésico”.

Posteriormente tienen que ambientarse, “dejarlos un tiempo tranquilos, primero en sus jaulas nocturnas para que coman, tengan agua y se sientan seguros, luego se sueltan a su exhibidor definitivo”.

Las jaulas nocturnas son cajas en donde entran por la noche a dormir y comer. Esos espacios se utilizan por varios motivos, “primero porque allí no tienen ninguna distracción, segundo porque los encargados se fijan si la comida fue consumida al 100 por ciento; si no hay sangre en el piso, que puede ser por una herida; si no hay vómito, diarrea; si la orina tiene un olor natural. Todos esos son signos que van indicando con tiempo que el animal puede presentar una enfermedad”.

Afirma que si todo eso se hiciera en el exterior donde hay jardín o tierra, no se podría detectar, ni siquiera saber si terminó o no su comida. Si un animal que no come toda su comida es un signo de alerta.

[b]Conservación[/b]

Monsreal manifiesta que, sin duda, el animal más peligroso que existe en el mundo es el ser humano, ya que ha depredado especies marinas y terrestres, pero “gracias a los zoológicos las especies se han reproducido, y hay documentos en las instancias federales de que gracias a ellos se han liderado especies a su hábitat natural”.

Al respecto, narró varias anécdotas, como cuando estando él como director del Centenario, a fines de 2007, se liberaron a la naturaleza una cantidad considerable de pecaríes, o el caso del zoológico de Puebla, Africam Safari, que logró rescatar el lobo mexicano, merced a una hembra que se la fue trabajando con un cuidado extremo, y ya ha liberado una gran cantidad de esos animales en el norte, al tiempo que ha donado ejemplares a otros zoológicos como préstamos reproductivos para que otras instancias hagan lo propio.

En cuanto a Yucatán, informa que se está trabajando en la reproducción de los tapires, una especie nativa e ícono del estado, declarada extinta hace 10 o 15 años, “a través del zoológico de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se logró la donación de un tapir que es el que vive hoy actualmente en el zoológico de Animaya, “y sin temor a equivocarme puedo decir que en el estado de Yucatán es el único tapir vivo que existe”.

“Hace como mes y medio estuve en Tuxtla Gutiérrez tramitando con el zoológico de allí una pareja de tapires para el zoológico de Tizimín, que en lengua maya significa lugar del tapir”, refiere.

Existe además en Yucatán un control de venados cola blanca que se hallan en peligro de extinción, “y en ocasiones ha habido liberaciones de cocodrilos, que también han sido muy depredados porque han ido acabando el manglar”.

Comenta que también se trabaja mucho con guacamayas para su reproducción, aunque no son nativas, al tiempo que puntualiza que la gente tiene diversos animales salvajes como mascotas tales los casos de monos araña, que muchas personas luego de matar a sus madres tienen a los bebés seis u ocho meses en sus casas, “se fastidian y los entregan maltratados, amarrados, con marcas de sogas o cadenas, mal alimentados”.