Liliana Andrade y Jesús Cabral están cada vez más cerca de cumplir su sueño de convertirse en padres. La semana pasada se cerró formalmente la carpeta de investigación en la Fiscalía General del Estado (FGE) para pasar al proceso de adopción de un pequeño que se encuentra en uno de los albergues estatales de Mérida.
Como hemos informado, la pareja ha pasado los últimos dos años sorteando diversos obstáculos institucionales. El camino ha sido largo y sinuoso para ellos, pero hace unos meses conocieron a una mujer que consideró que eran la opción ideal para criar a su hijo. Ambas familias están felices a poco tiempo de dar inicio a la etapa de integración del menor.
“Él vive desde hace un año en el albergue y está habituado a su rutina. Queremos evitar que siga sufriendo con situaciones emocionales que le afecten. Se quedará un tiempo más en el sitio y lo visitaremos a menudo para que se familiarice con nosotros”, explicó Liliana.
Recientemente los adoptantes tuvieron un encuentro con al titular de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa), Teresita Anguas Zapata, quien les informó de dos opciones: que le entreguen al niño cuando termine el proceso legal; u otorgarles un permiso especial para que permanezca en el albergue y reciba visitas periódicas de su nueva familia.
“Consideramos que esta última es la mejor opción, por el impacto emocional para él, porque aún no nos conoce ni sabe de nosotros”, detalló.
En ambas opciones existen riesgos, aseguró, pero la pareja considera que la más adecuada es la segunda, la cual firmarán la próxima semana en conjunto con la madre del niño, tras una entrevista interdisciplinaria que le practicarán como parte del protocolo.
Es una entrevista de primera intención, explicó, en la que le preguntan a la madre -con ayuda de traductores, pues tiene discapacidad auditiva- si es consciente de lo que representa la adopción y si quiere que Liliana y Jesús reciban al menor.
Posteriormente, seguirá el proceso de adopción directa, que normalmente toma un mes antes de su ratificación frente al juez; aunque a razón de la pandemia, se podría demorar un poco más de lo estipulado, es decir, dos meses.
“En el mes de junio se llevaría a cabo esta ratificación, que es cuando la mamá legalmente cede sus derechos”, añadió Liliana.
En el transcurso de esos dos meses, la familia adoptante podrá visitar al niño en el albergue en el que se encuentra actualmente. La procuradora sugirió a la pareja “dejarse guiar” por el personal del albergue para hacer el proceso lo más llevadero posible.
Finalmente, agradecieron al titular de la FGE, Juan Manuel León; al secretario técnico David Cetina; y a las titulares de la agencia 29, Patricia López y Yamile Arteaga por su sensibilidad, compromiso y disposición para resolver de la mejor forma la carpeta de investigación.
“Estamos vueltos locos de felicidad, pero con la realidad en la mano. Todavía nos falta un largo trecho que es la adaptación, un proceso delicado para el que hay que tener paciencia. Él no nos conoce y tendrá que asimilar y construir el amor de hijo hacia nosotros. Trataremos que sea lo más pronto, siempre respetando sus tiempos emocionales”, concluyó.
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