Durante 27 años el Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (MACAY) ha funcionado como un oasis en medio del bullicio del centro de Mérida: es el detonante de obras locales, nacionales e internacionales y también es un espacio abierto al público sin costo de entrada.
Este 29 de abril el MACAY cumple años en medio de una crisis económica y de difusión a causa de los recortes presupuestales y la pandemia por Covid-19, pero defiende su permanencia como un ente promotor de la cultura y como una institución que alberga un patrimonio artístico relevante para Yucatán.
“Los museos son parte de esa herramienta que mueve la economía del estado, Yucatán es un estado turístico e inmobiliario y en ambas cosas tiene aportación. Es una actividad no contaminante, no degrada el medio ambiente, genera empleo, educa, preserva el patrimonio y enaltece, no se puede pensar que una ciudad es de primer mundo si no tiene museos”, comentó Rafael Pérez y Pérez, director del MACAY.
Sin embargo, a pesar del escaso presupuesto que provocó el recorte de personal y el cierre de un ala, el museo permanece firme en su convicción de ser gratuito y de llegar al alcance de toda la ciudadanía.
“El objetivo es seguir funcionando sin costo de entrada, la Fundación (Cultural MACAY) no quiere poner un costo porque la labor de un museo es ser gratuito para educar. Todos los días son libres de pagos, no se quiere cobrar por acceder y no se quiere hacer diferenciación entre locales y foráneos. El patrimonio es universal y nace para compartirse”, menciona.
Actualmente, el recinto cuenta con tres exposiciones permanentes dedicadas a artistas yucatecos que han dejado huella en la historia de arte del estado. En una sala homenajea a Fernando Castro Pacheco, en otro espacio destaca las obras de Gabriel Ramírez Aznar y un espacio inamovible más es para Fernando García Ponce.
Además, hay salas itinerantes que funcionan como proyección de artistas consolidados y emergentes.
Apuntan a nuevas generaciones
Rafael Pérez y Pérez destaca que el MACAY es un lugar de referencia del arte contemporáneo en Yucatán y que el objetivo es llegar a público de todas las edades, por ello se han implementado estrategias de promoción en redes sociales y se proyecta que en un lapso no mayor a 10 años pueda hablarse de un museo interactivo.
La idea es poner tecnología al servicio del visitante, desde el acceso a una red WiFi, hasta obras interactivas que permitan que a través de un código QR se conozca la información de la obra y del artista.
“El MACAY no es un museo proyectado para 27 años, es un lugar que se espera que viva 300 años o más y nos tenemos que adaptar a las nuevas realidades, aunque sean costosas. Nos está ganando la juventud porque la juventud tiene otra forma de lectura”, menciona Pérez y Pérez.
La invitación con la pandemia aún activa
Las restricciones por la contingencia sanitaria se han reflejado en el número de visitas diarias que pasó de contabilizar 500, 600 y hasta 800 personas al día a un promedio de máximo 200.
Sin embargo, el director destaca que se tomaron en cuenta todas medidas de prevención que garantizan una visita con el riesgo mínimo de contagio.
“Tenemos la convicción de que los museos son lugares seguros, siguiendo el protocolo: no más de seis personas en la sala, usar el cubrebocas y cuidar a los visitantes así como al personal para asegurar un buen recorrido. Aquí nadie se ha contagiado porque somos muy responsables”, destacó el director.
En total, trabajan 12 personas en todo el museo, de las cuales ninguna tiene antecedentes de contagio.
En el día de su aniversario sigue vigente la exposición de la V Bienal de Pintura José Atanasio Monroy, que reúne alrededor de 63 obras de artistas de todo el país y fue organizada por la Universidad de Guadalajara y estará disponible hasta el 26 de junio.
Edición: Laura Espejo
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