La FIHM abre exposición ''150 años con dibujantes de historieta''

Este viernes abrió sus puertas la exposición "150 años con dibujantes de historieta", organizada por la Feria de la Ilustración y la Historieta (FIHM) y el Museo de la Caricatura y la Historieta MUCAHI-Bassoco, en Mérida.

La muestra rinde homenaje a 10 dibujantes fundadores de la historieta mexicana, hombres y mujeres, de los años 30 hasta los 50 que son artistas de bastante calidad, con una excelente creatividad que se reflejan en sus obras, pero que a pesar de su trayectoria, no son muy conocidos. Han sido olvidados y relegados por la historia del arte mexicano, explican organizadores.  

Las obras estarán disponibles hasta el 30 de junio en el Centro Cultural Punto Mid, ubicado en la calle 47 #479 entre 56 y 54 centro, luego se trasladará a El Templo, Gastro Barrio Restaurante, en el parque de Mejorada.  

Este día también se inauguró la muestra “Historieta e ilustración: nuevos ciclos” con obras de artistas locales como Lorena Porras, Teté de Loup, Manuel Lara, Oscar Mijangos, Joel Castilla, Hellbastard Art, Pinceladas Art, entre otros.

El primer personaje que encabeza la exhibición es Juan Bautista Urrutia, quien era también litógrafo, y es reconocido por ser quien separó, sin querer, a la historieta de los periódicos para que tenga un fin mercadotécnico. De hecho, a partir de su nacimiento, 1904, se cuentan los 150 años de esta exposición, explicó Camilo Solís Pacheco, coordinador de la feria.  

“La volvió más para uso comercial, para anunciar cigarros que se vendían en ese momento. Tiras cómicas sobre usos y costumbres de principios del siglo XX, can una finalidad publicitaria”, detalló.  

Otro arista que forma parte de esta exposición es Alfonso tirado, quien adaptaba a sus historietas personajes de horror que eran famosos en el cine, realizando historias largas de 32 páginas.  

Aunque no era común en esa época la presencia de mujeres, destaca la obra de Delia Larios, una de las mejores dibujantes por su famosos personaje, Adelita, quien es la imagen de esta exposición.  

Joaquín Cervantes Bassoco era de los más fantasiosos, así como José Cruz, quien inventó el mito de que El Santo peleaba contra vampiros y otros moustros, de ahí se basaron para hacer las famosas películas.  

Asimismo, en todo el lugar se puede apreciar los Alfonso Tirado, Salvador Pruneda, José Guadalupe Cruz Diaz, y su hermana Josefina.  

Aunque la historia del arte gráfico mexicano los ha relegado, todos estos dibujantes destacan por su creatividad y calidad para dibujar, destacó Camilo Solís, “cada uno tiene sus propios dibujos, que hasta ahora no son igualados, o intentan imitarlos”.  

Si bien, es frecuente escuchar hablar de otros maestros como Rius o historietas como Memín Pinguín de Yolanda Vargas, sin embargo, los protagonistas de esta muestra también son muy buenos. “Ellas y ellos sentaron las bases y fueron de los primeros en trabajar en la historieta formalmente, son los fundadores”, reconoció.  

Estos artistas retrataban la realidad del mexicano de los 30 a los 50, “todo con un humor que nos caracteriza, donde nos reímos de nuestra propia desgracia, pero con valor, sus personajes eran superhéroes de carne y hueso, sin super poderes que vivían situaciones cotidianas, trágicas, chuscas, felices o dramáticas”, explica Camilo Solís.  

La industria como tal se acabó en los años 80, indicó, actualmente los ilustradores trabajan de manera independiente, cada uno invierte para sacar sus propias publicaciones, y no dependen tanto de la dirección de un periódico. “Sigue vivo, pero ahora son historietas de autor, no hay editor, tú eres el dibujante, el guionista, y el que imprime”, comentó.

Por eso, este evento sirve para darles el valor y lugar que merecen en la historia de los comics mexicanos. Que las personas los conozcan y que ocupen un lugar en la historia del arte de México, al igual que otros artistas reconocidos a nivel mundial.  

Otras actividades  

15 de mayo 3pm: Mesas con impresos de artistas; 6pm: transmisión del contenido del Homenaje vía redes FIHM

Edición: Laura Espejo