Activistas exigen justicia climática en Yucatán

“¿De qué sirve sembrar una hectárea de árboles si por atrás están deforestando 50 para poner casas? No vamos a quedar en ridículo, vamos a hacer cosas donde protejamos a los ecosistemas, blindemos la deforestación de manera indiscriminada, regular los cambios de uso de suelo y estructurar todo lo que tiene que ver con manejo territorial y de la biodiservidad”, Salvador Castel González.

Este 24 de septiembre el Monumento a la Bandera, desde las 9 horas, recibió a jóvenes con carteles e insignias que se unieron a la Huelga Global por el Clima, donde pidieron fuertemente justicia al medio ambiente, uniéndose al movimiento mundial contra el cambio climático.

Julia Bracamontes Cetina, directora de Fridays For Future Yucatán, tomó la voz para decir su exigencia: justicia climática a nivel mundial. 

Refiriendo que la emergencia por el cambio climático lleva al colapso ambiental, destruyendo ecosistemas y la muerte de diversas especies, personas, entre ellas.

“Exigir justicia climática es también justicia social, racial”…, por ello, en esta ocasión enfocan su lucha hacia Petróleos Mexicanos (Pemex) a través de los hashtag #PEMEXNoTeAma y #DesenraizandoElSistema “porque sabemos que no puede haber un cambio favorable en el clima, sino un cambio completo del sistema”.

Apuntó hacia Pemex como una empresa ecocida, que llegó a estar en el top 9 a nivel mundial en emisión de gases de efecto invernadero; la activista aseguró que el gobierno de México está impulsando a dicha compañía, “cuando en estos momentos lo que más tenemos que evitar es seguir quemando combustibles fósiles”.

Por tal razón, tanto a nivel estatal como nacional, piden la Declaratoria de Emergencia Climática para que prioricen las acciones como restauración, conservación, concientización y educación en todos los sentidos con respecto al tema.

Dijo que la declaratoria sería una aliada para informar a la población porque, aunque resaltó que el tiempo es poco, “hay esperanza” si se concientiza a la población; y apuntó que en este momento 18 estados de la república están declarados con falta de agua, aunque Yucatán cuenta con cenotes, “no estamos cuidando los recursos” y el vital líquido no está limpio; además, señala que no hay acciones gubernamentales hasta el momento.

Ahora están a la espera de la aprobación de la Ley del Cambio Climático en el Estado, a pesar de ello, considera que faltan más acciones, por lo que invitó a la población en general a convertirse en personas de acción.

Con eso, destacó que el aumento de la temperatura en el último año ha sido de 1.1° Celsius a nivel mundial y “tenemos que evitar llegar a 1.5, imagínense cuánto tiempo tenemos para accionar y evitar eso”.

Salvador Castell González, director del Consejo Internacional de Agenda 2030 desde la Sociedad en América, biólogo y activista desde Va por la Tierra, señaló que esta manifestación da pie a las actividades de la Red por el Futuro Yucatán.

Su visión, apuntó, es unir las luchas sociales, ambientalistas, feministas, “todos buscamos lo mismo, vivir en una sociedad justa, una sociedad sustentable, un desarrollo al que todos tenemos derecho, a vivir de manera íntegra en nuestro sano y pleno desarrollo”.

Esta cultura para la sustentabilidad, con la nueva red, la llevarán hasta el último rincón, dijo, con un consumo más responsable, repartición justa de recursos, bienes y servicios, entre otros temas.

Detalló que el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que los cálculos que se pronosticaban para el 2050 o 2080, podrían presentarse desde el 2030. “Esto significa que tenemos menos de nueve años para cambiar radicalmente la manera como estamos haciendo la acción climática”.

Un primer paso para quienes quieran aportar desde su responsabilidad social, recordó que los usuarios finales de gobiernos y empresas, es decir, la sociedad en general, tiene que dar la pauta de lo que desean que se les ofrezca tanto en servicios como en productos.

Por eso, las R’s de la ecología dejaron de ser tres y se convirtieron en nueve, citando a la más importante “rechazar”, recomendó analizar antes de comprar algo “¿lo necesito?” con la intención de reducir la huella ecológica; en caso de necesitar el producto, sugirió analizar cuál es la opción con menor impacto ambiental.

Enfatizó con mucha fuerza que la última R es reciclar, “esa no puede ser la solución, el reciclado debe ser la última opción después de que no pudimos reducir esa gran cantidad de residuos”. 

Por lo cual, en vez de continuar con campañas de reciclaje, pidió migrar a un consumo responsable y consciente del impacto.

Informó, además, que “el ambiente es la parte no viva de un ecosistema”, situación que apuntó para pedir la protección, no de ambientes sanos, sino “del todo, junto con sus especies, las plantas y todo lo que vive”, su intención es cambiar el concepto del derecho a un ambiente sano, por el derecho a la naturaleza.

“Queremos que las acciones se lleven a un hecho de alto impacto que sea una realidad y que podamos realizar soluciones basadas en la ciencia y la tecnología, en los derechos humanos […] Al final de cuentas vivimos en el mismo lugar y si se cae este planeta, todos vamos a vernos afectados”.

Edición: Estefanía Cardeña