Repunta trastorno de ansiedad en infantes y adolescentes de Yucatán: Cisame

El Centro Integral de Salud Mental (Cisame) de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY) ha registrado un importante incremento de infantes y adolescentes con trastornos de ansiedad a razón de la pandemia y las nuevas modalidades educativas, advirtió Leonor Albor Villanueva, directora de la institución.

En el marco de la segunda semana de la Salud Mental, la sicóloga reconoció que la contingencia ha tenido un fuerte impacto en el ámbito de los trastornos, principalmente por el confinamiento, el miedo y las pérdidas de vidas humanas.

De acuerdo a especialistas, dijo, “43 por ciento de la población del país ha presentado algún grado de depresión y 56 por ciento de ansiedad”. En este último rubro, mencionó que 40 por ciento de las personas ha padecido síntomas leves, 12 por ciento moderados y 4 por ciento graves.

En cuanto a lo local, la experta señaló que dentro en el Cisame se ha visto un incremento de estas situaciones -especialmente en jóvenes-, lo que les ha llevado a desarrollar diversas estrategias que permitan un mejor manejo de la situación.

“Ahora con el modelo de ‘todo en línea’, estos trastornos han aumentado de una manera impresionante. Los chicos reportan no poder controlar el momento en que tienen que subir tareas, incluso exponen que les afecta tener a la gente viéndolos y sentir que son el centro de atención”, detalló.

También hay investigaciones que dictan que, a nivel de estimulación cerebral, las luces de la computadora pueden propiciar ansiedad. El 97 por ciento de los jóvenes utilizan las redes sociales, y dentro de este grupo hay un alto porcentaje que ya presenta problemas emocionales.

‘Ha existido siempre’

Durante su plática “Características de la ansiedad en los niños y las niñas”, la maestra Albor precisó que, si bien es cierto que este trastorno se ha acentuado en el contexto de la pandemia, ha existido siempre en los infantes.

“La ansiedad es una emoción normal que todas las personas experimentan en algún momento de su vida. Forma parte de los mecanismos básicos de supervivencia y se usa como respuesta a situaciones que se presentan”.

“Si hay una situación amenazante, sorpresiva, nueva, o algo que nos causa emoción, la ansiedad nos da esa alerta para poder hacer las cosas. Es una emoción encaminada a la adaptación y la preservación de la vida”, expuso.

Cuando este mecanismo, explicó, se ve alterado y esto resulta en una respuesta desadaptativa, ocasiona una disfunción en la vida diaria; y es entonces que ya se podría hablar de un trastorno de ansiedad y resultar en un estado incapacitante.

En la infancia y adolescencia estos trastornos pueden ser habituales dependiendo de las etapas de desarrollo. Sin embargo, este síntoma como algo clínico, en esta última década ha registrado un aumento en menores de edad.

En muchas ocasiones, lamentó, los padres no se dan cuenta de cómo se manifiestan estos estados y se van “dejando” o tratando de diferentes formas que no siempre son las más adecuadas.

Síntomas de ansiedad

En cuanto a los síntomas, Leonor Albor aclaró que, en la ansiedad, no son algo que se pueda manejar a voluntad. Cuando hay un trastorno, es necesario saber que no son producto de la voluntad, sino algo que está presente y requiere de un diagnóstico.

“Son alteraciones químicas; y la mayoría de las veces tienen un componente hereditario”. Los síntomas también pueden deberse a niveles de estrés y al ser un trastorno, reiteró, deben ser tratados por un especialista.

El trastorno de ansiedad en infantes presenta una sintomatología diferente a la de los adultos; y uno de los primeros aspectos a considerar es que los niños y las niñas tienen a somatizar, es decir, expresar sus síntomas emocionales de manera física.

“Esto se da cuando hay una elevada preocupación por aspectos que la generalidad puede considerar insignificantes, por ejemplo, un niño que va a presentar un examen o que hace preguntas continuamente sobre eventos negativos”, dijo.

Cuando los niños son muy pequeños, agregó, hay ciertas diferencias en los síntomas a los que se presentan con niños ya mayores. Los niños muestran una inquietud motora que puede manifestarse en que se coman las uñas o se pongan a llorar sin razón.

Más sensibilidad

Una vez diagnosticado el trastorno de ansiedad, sentenció la psicóloga Albor, se debe entender que el modo de tratarlo debe ser multidisciplinario y haciendo uso de varios enfoques para hacer que el avance sea mejor: familia, especialistas y escuela.

“La terapia sicológica será algo muy importante para el tratamiento de la ansiedad infantil. Dependiendo de la edad del niño se trabaja con terapia de juego o conductual, buscando que se generen cambios que permitan un diálogo interno más positivo”.

“Que pueda manejar sus miedos, que desarrolle pensamientos más saludables, que pueda conocer, ver y comprender mejor sus emociones. Esto hará que pueda autorregular de una mejor manera sus reacciones”, abundó.

De igual modo, destacó la importancia de que los padres se involucren para que puedan entender mejor la realidad del pequeño. En la actualidad, la ansiedad infantil puede requerir tratamientos farmacológicos, pero eso es algo que un médico decidiría.

Finalmente, Leonor Albor exhortó a los padres de familia a sensibilizarse ante las necesidades de los niños y las niñas; y a no olvidar que ellos también pueden llegar a resentir los cambios que la pandemia del Covid-19 trajo consigo.

Edición: Laura Espejo