Los microorganismos son un cosmos desconocido: Marcela Gamboa

Especial: Mujeres, luz y saber

Desde pequeña, en su natal Conkal, la doctora Marcela Gamboa Ángulo, demostró un interés por las plantas, los cultivos, incentivada por la labor de su padre, quien era campesino y trabajaba el henequén entre otros plantíos. 

Actualmente tiene más de 30 años de labor dedicada a la ciencia dentro del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), uno de sus trabajos es analizar especies de plantas nativas del estado, para conocer su posibles funciones y usos en beneficio farmaceúticos y en la agricultura,  además de investigar diversos microorganismos y hongos, un cosmos de diversidad, desconocido, pero lleno de hermosura y de vida.

Su labor es fundamental sobre todo hoy en día, pues esta biodiversidad se ve amenazada principalmente por los grandes desarrollos, centros urbanos y plazas comerciales que depredan los espacios verdes. 

Gamboa Ángulo tiene una larga trayectoria académica y labora; es Química Bióloga Agropecuaria, con Maestría en Ciencias Químicas, ambas por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), además, tiene un doctorado  en Ciencias Químicas, por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

¿Por qué se interesó por la ciencia?

La investigadora comenta a La Jornada Maya que viene de un origen humilde, su padre era campesino y su familia era de ocho hermanos; a pesar de no tener muchos recursos, su madre y padre velaron para que no faltaron los estudios. 

“La parte agrícola la tengo inherente de por vida, mis padres trabajaban el henequén, tenían su parcela y cultivamos maíz, sandía, calabaza, tenías cochinitos”; comentó. 

En su época era común que las mujeres que decidían estudiar una carrera se enfocaran más en la docencia, sin embargo ella no quería seguir esa misma línea, durante su estancia en la prepa aprendió mucho de biología, lo que la impulso a estudiar esta ciencia; no obstante en ese momento no existía la carrera por lo que optó por química. 

Independiente de su especialidad; tenía claro que ella quería estudiar las plantas, investigar la producción agrícola de plantas. 

En su carrera, el maestro Carlos Castillo le abrió más el panorama, la motivó a leer artículos científicos en inglés. “Fue una persona que nos dio un gran valor de conocer y explorar otras cosas”, reconoció. 

Su hambre de conocimiento no paró y siguió estudiando otras carreras y posgrados, su familia siempre la apoyó al ver su ambición por el conocimientos y superación. 

Durante su camino se topo con mucha discriminación por su género, y por venir de un pueblo; aunque en ese momento estaba tan normalizado, que no se dio cuenta, ahora ya comprende más todo. 

Obstáculos

En cuanto a los obstáculos que ha enfrentado, el primero es el económico. Uno de sus sueños siempre fue estudiar en el extranjero, pero por falta de recursos lo veía muy lejano, “Para ir al extranjero no basta con una beca, tienes que tener dinero para el viaje, hospedaje, comida, y con mi familia, con hermanos…era imposible pensarlo”, relata. 

Continúo su doctorado ya estando casada y con hijos; después de mucho esfuerzo, obtuvo una beca por parte de la American Chemical Society y  Academia Mexicana de Ciencias para hacer una estancia en la Facultad de Química de Iowa, Estados Unidos. 

Tiempo después formó parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid, España. Con estos viajes, por fin pudo concretar su anhelado sueño de interacciones, conocer otras visiones y colegas. 

“Me sentí muy bien, la gente te respeta en el extranjero, mucho más que en el mismo país”, expresó.

Desarrollos y ser humano, amenaza

Por otro lado, la investigadora indicó que en el estado existen más de 2 mil especies de plantas, pero estimó que solo  se conoce un 10  por ciento de ellas; que no se les conoce su uso. “Somos demasiado ignorantes, conocemos muy poco”, afirmó. 

No obstante, las contracciones y el crecimiento desordenado de la mancha urbana ponen el peligro de esta biodiversidad. “Todo ese boom de las casas, desparecen los terrenos, las plantas y no sabemos para qué sirven”; subrayó. 

Entonces, explicó que se investigación; en aplicaciones biotecnológicas en farmacia y agricultura de productos naturales obtenidos de la flora nativa de la península de Yucatán, promocionando su propagación, conservación y uso sostenible y adiciones al estudio de los hongos microscópicos tropicales con potenciaal biotecnológico en farmacia y agricultura, consiste en analizar estas plantas que pueden tener usos para la agricultura, control de plagas, o farmacéuticos, aunque se necesita más apoyo para poder concretar estos estudios que pueden llevar hasta 15 años. 

Hongos 

A la par, también estudia los microorganismos, de hecho  encontraron una nueva especie y  género de hongo en un cenote en un terreno de Chablekal, al cual llamaron Minteriela cenotigenam aunque por falta de recursos no pudieron estudiar intensamente. Y en el lugar donde encontraron la especie ya hay una vivienda. 

La doctora demuestra un amor profundo hacia estos microorganismo y las plantas ¿Por qué le apasionan tanto?

“Los microorganismos tienen formas preciosas; biosintéticamente  son capaces de producir muchas estructuras químicas con funciones que no conocemos, se adaptan al sitio donde están, al alimento que tienen y despiertan genes dormidos y van cambiando sus estrategias para sobrevivir y reproducirse”, indicó. 

Las plantas, por su parte, agregó, tienen un proceso simbiótico maravillosos, en los cuales se ayudan, se protegen, y son exitosos. No pueden correr para defenderse, pero secretan metabolitos que las ayudan a defenderse y, además, los seres humanos vivimos gracias a ellas. 

Por eso recalcó la importancia de poder preservar estas especies, de contar con reglamentos y leyes que portean las áreas verdes, para poder seguir estudiando las diversas especies de plantas, hongos, sus posibles usos y además las personas deben también cultivar, plantar en sus hogares y áreas verdes de sus colonias y así proteger el conocimiento y así otras generaciones puedan continuar con las investigaciones. 

A las mujeres que se piensan dedicar a la ciencia les manda este mensaje: No se den por vencidas, sigan aprendiendo, preparándose, estudiar inglés es importante para este ramo; además que todo su conocimiento también sirva para el bienestar de la comunidad, del estado y del país y seguir los valores.

Visibilizar el trabajo de las mujeres y las niñas en la Ciencia debe ser causa común y permanente. Con ese fin La Jornada Maya y sus colaboradores te invitan a leer el especial ‘Mujeres, luz y saber’ con entrevistas, reportajes y opiniones que retratan los obstáculos que éstas afrontan para estudiar o trabajar en el campo científico, sus aportes profesionales a la vida cotidiana y el porqué son modelos a seguir.

 

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Edición: Laura Espejo