Rubí Narváez es una joven trans que, luego de cerciorarse que la manifestación de este 8M en Mérida es transincluyente, decidió sumar su voz a estas protestas para exigir sus derechos como parte de la diversidad de mujeres que existen.
“Nosotras somos mujeres, hay muchos tipos de mujeres, hay mujeres estériles que no se pueden embarazar, hay mujeres rubias, asiáticas, mujeres con síndrome de Down y nosotras somos una rama del abanico de mujeres que hay en este mundo”, expresó.
Este 8 de marzo, para Rubí, la marcha significa sororidad. “Estamos unidas, existimos y siempre vamos a luchar por nuestros derechos, porque se nos respete nuestra libertad de expresión y necesitamos ser nosotras mismas sin que se nos oprima”.
En esta su segunda protesta, señaló que levanta la voz para exigir que como mujeres trans tengan oportunidades de emplearse sin ser discriminadas o estigmatizadas por su forma de vestir, preferencia sexual o identidad de género.
“Hay mujeres que son maestras, pero también son trabajadoras sexuales y las condenan”, hasta la fecha, dijo, continúan otorgándole estigmas a las mujeres dependiendo de a qué se dedican, sin darse cuenta de que pueden ser lo que decidan.
Hoy en día, la situación económica es difícil y necesitan encontrar la forma de solventar sus gastos, “lo que tenemos que erradicar en Mérida es el prejuicio”.
Lamentó que ella misma ha sido víctima de discriminación en kick boxing, deporte al que se dedica. Sin embargo, siempre ha sido puntual, cumplido con sus pagos y mantenido su rendimiento; “en eso tenemos que batallar mucho, hay que erradicar esa forma de pensar”, sin importar a qué te dediques o qué decidas hacer con tu vida personal, opinó.
Muchas de sus amigas trans deciden no ir a las manifestaciones como ésta “porque tienen miedo de que no las acepten, se burlen de ellas o las saquen”, continuando con la discriminación y estigmatización.
Invitó a las mujeres cis a reconocerlas diciendo: “somos mujeres, mejor nos unimos”.
Edición: Ana Ordaz
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