Fátima Castillo y José de la Cruz iniciaron en conjunto su proyecto U lu'umil Kuxtal en Maní, pues vienen de familias campesinas y han notado que en los últimos años se están perdiendo muchas tradiciones y, desde su hogar, decidieron rescatar y promover el Solar Maya.
"Es un sistema agrícola tradicional de gran importancia, sobre todo en seguridad alimentaria: nos brinda comida fresca, sana, de calidad y la tenemos disponible todo el año".
En la actualidad, opinan, aunque las casas cuentan con el espacio suficiente, las familias ya no se integran para crear este tipo de espacios sustentables y beneficiosos para su alimentación.
"El solar es el espacio donde vive la familia y alrededor tiene diversos componentes que lo hacen sustentable", conforme este pierde componentes, explican, también va disminuyendo su característica de sustentabilidad.
Entre los elementos que están presentes en un solar, están las plantas medicinales, de ornato, condimentales, árboles forrajeros y maderales, hortalizas, abeja melipona, cerdo pelón, pollo, pavo.
En la antigüedad, expusieron, los solares antes tenían entre 100 y 150 especies, mejorando la calidad de vida gracias a la alimentación diversa que les provee.
Aunque ahora no saben con exactitud cuántas especies albergan en su solar maya, cuentan con 45 árboles frutales en producción, al menos 30 variedades de hortalizas y gran cantidad de plantas medicinales y ornatos; también cuentan ya con animales como gallinas, gallos, cerdo pelón; en su diversidad encuentras seis especies de abejas nativas.
Al abrir este espacio para todo público, su intención es propiciar que otras personas quieran empezar su propio solar, durante las visitas realizan recorridos guiados con las que dan a conocer los componentes del solar para sembrar la semilla y que puedan recrearlo en sus hogares.
Por si esto no es suficiente para quien desea iniciar su solar, también cuentan con capacitaciones para que puedan hacerlo.
Durante el recorrido, pudo apreciarse, no solamente la diversidad que existe en el lugar, sino también la sustentabilidad, pues desde unos Crocs hasta llantas pueden verse convertidas en el hogar de diferentes plantas.
Además, no utilizan ningún tipo de fungicida o plaguicida, sino que llevan un proceso en una "biofábrica" que, con seis estaciones, recrea lo que la propia naturaleza hace para que las plantas estén fuertes y se defiendan por sí mismas.
"Lo que hacemos es traer esos microorganismos del monte, los reproducimos e inoculamos nuestro suelo para tener todo el consorcio de microorganismos aquí en nuestro solar y que, de manera natural, haya un control biológico".
Utilizan también los desechos de los animales para crear abono y, en particular, el excremento de los cerdos pelones, lo usan para crear gas en un biodigestor, con el que dotan de electricidad entre cuatro y cinco horas al día.
Con todo este aporte sustentable, la familia encuentra que también se están integrando y uniendo, lo cual ya no siempre es tan frecuente en los hogares, pues todo el trabajo lo realizan entre sus integrantes.
Al abrir el espacio para el público fue necesario contratar personal, por lo que actualmente están brindando empleo a cuatro personas y también han comenzado a comercializar productos derivados de la miel como shampoos, jabones e incluso helados, así como algunas artesanías.
Para visitar este espacio pueden comunicarse al Facebook o al número 997 128 7200, agendar la visita es recomendable si desean comer en el sitio los platillos que ofrecen directamente del Solar Maya luego de realizar el recorrido por el Museo Vivo que permite conocer diferentes especies de abejas nativas, plantas y un estilo de vida sustentable que provee seguridad alimentaria.
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