Más de 16 cantantes acompañados por la orquesta Siboney rindieron homenaje al maestro Ricardo Ragués en el teatro Armando Manzanero, en una emotiva velada que contó con la presencia de Rubén Albarrán como invitado especial, familiares y amigos del extinto músico se congregaron para honrar su legado.
La noche comenzó con un video en el que se recordó la vida y obra del arreglista cubano que llegó a Mérida hace 32 años para contraer nupcias con la señora Ana Elvira Ortiz. El material transportó a la concurrencia a los tiempos en los que la música de Ragúes engalanaba los centros nocturnos más emblemáticos de la época.
Tras la proyección -poco después de las 20 horas- el telón del Manzanero se levantó para revelar a la orquesta Siboney, orgullo del maestro Ragués. No dejó de subrayarse que 15 días antes de su deceso, el homenajeado vio materializado su sueño en el escenario del teatro Peón Contreras, en donde presentó su ópera prima.
El primer bloque del tributo, titulado Corazón gigante, arrancó su paisana Alina Vila (“la diva”, como solía llamarla) y su interpretación de Quimbara, luego le siguieron Marionel Reyes y Pablo Fernández con su versión de Lágrimas negras. A mi manera, una canción cubana, corrió a cargo de Adalberto y Maqui Pinzón.
Siboney, pieza que dio nombre a la orquesta del maestro sonó en la voz de Julia Arcudia; y acto seguido el cantante Lázaro González hizo lo propio con Vereda Tropical. Después, el trío Embajadores se apropió del escenario para tocar Mérida de mis amores, canción que luce los arreglos de Ricardo Ragués.
Chelo Medina, Enrique Claro y Damián Salazar interpretaron Noche cubana; New York, New York; y El cuarto de Tula, respectivamente. Esta última pieza puso de pie y a bailar a todo recinto, pues se trata de una de las canciones más emblemáticas que vio nacer la isla; y la gente, emocionada, la coreó con las manos en el aire.
El cantante, icónica canción originalmente interpretada por el puertorriqueño Héctor Lavoe, corrió a cargo de Víctor Martínez; para luego dar paso a la Bemba colorá en la voz de María Teresa Gómez. Posteriormente, la yucateca Lenny Sánchez interpretó La faraona y Corazón gigante, conmovedora pieza que puso nombre al homenaje.
La sorpresa de la noche fue la señora Ana Elvira Ortiz subiéndose al escenario para interpretar la canción favorita de su esposo, Ricardo Ragués. Luego de una prolongada ovación, la mujer empuñó el micrófono y cantó 20 años, logrando que de nueva cuenta la audiencia se levantara emocionada de sus butacas.
Sin lugar a dudas, Rubén Albarrán fue el plato fuerte de la noche. Faltaba poco para las 22 horas cuando el líder de Café Tacvba se irguió frente al público meridano para presentar sus respetos a su entrañable amigo. Con la fuerza de su voz, el artista cantó piezas como Perfume de gardenia y aunque no sea contigo.
“Con todo el corazón se las dedicamos en donde se encuentre. Seguro que nos está viendo, está sonriendo y bailando; agradecemos su presencia, porque su alegría se la mandamos a él y a doña Ana con todo nuestro corazón, para que sienta el calorcito del público que tanto quiso a don Ricardo”, sentenció Albarrán.
Edición: Emilio Gómez
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