Hace 40 años, en 1982, iniciaron la radio de la voz maya: XEPET; tras una larga trayectoria y mucha historia por contar, continúan sumando esfuerzos para que las comunidades mayas sean visibles y la sociedad, sea o no de comunidades indígenas, reconozcan que el camino hacia el desarrollo tiene que darse en miras del bien común.
Para Bernardo Caamal Itzá, mejor conocido como El Arux, XEPET es mucho más que una radiodifusora, pues desde el año 1996 aproximadamente, cuando comenzó a laborar allí, su visión siempre fue visibilizar la vida del pueblo maya, un pueblo vivo y, hoy, como comunicador voluntario continúa sumando para que los valores de la comunidad maya, no solo sean conocidos, sino adoptados en la sociedad.
“Darle voz a la comunidad y cultivar esos valores mayas, cualidades que hoy en día, no todas las instituciones educativas le inculcan a los hijos del mayab, son muy pocas trabajan el tema de los valores mucho más en una sociedad donde se cultiva el individualismo y la hipocresía, ahora muchos son formados, por cuánta lana debes ganar y posicionar esa voz; es más, cuando ocupan un espacio de los suyos algunos se sienten iluminados y endiosan al partido o quien lo puso ahí y se le olvida sus raíces étnicos”, opinó.
El objetivo de la radio, sensibilizó, es promover el libre desarrollo de los pueblos indígenas con acciones de comunicaciones y, para él, es necesario analizar a qué refiere el desarrollo, pues en México estimó que de las 120 millones de personas que son, alrededor de 70 millones están en situación de discriminación y pobreza.
“Si más de la mitad de los mexicanos nos encontramos en condiciones paupérrimas, ¿qué significa? El modelo actual que se realiza a nivel internacional y nacional, en donde los mecanismos de vida dependen de la extracción al otro, no se piensa en el bien común”, lamentó.
Lamentó que las y los profesionistas se dedican “a extraer al pueblo”, provocando que el país viva en condiciones de desigualdad e injusticia social y, aunque reconoce que los medios de comunicación requieren de publicidad para autosustentarse, alertó de que muchos están “coludidos” como consecuencia, viendo por intereses que también olvidan el bien común.
Es así, dijo, que el nacimiento de los medios deberían ser un mecanismo para comunicarse entre las sociedades humanas y, en particular, aquellos públicos, deberían generar una riqueza cultural con valores.
“En maya se habla de plantas medicinales que posiblemente curen tal enfermedad, entonces es una transferencia de un conocimiento directo para un problema dado […] Los medios de comunicación indígena están promoviendo esos espacios en donde la propia sociedad vuelvan a entender que el tejido social se vuelve fundamental en el momento en que todos están unidos en un concepto: quiénes somos, para qué queremos vivir y dónde queremos estar”.
Abundó que cuando las personas llegan a vivir a Yucatán, aceptan las condiciones de la Península y esto impregna la cultura milenaria de la región, logrando la seguridad y otros temas que suelen resaltarse; es decir, expresó que es la propia gente la que crea estos espacios y no las acciones o promociones gubernamentales porque “la cultura milenaria tiene valores y los valores le dan sentido de identidad”.
Así empieza la promoción del maya, “pero no del maya romántico”, sino el que permite explorar opciones para una vida mejor, dijo.
Edición: Laura Espejo
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