Para la escritora mexicana Carmen Boullosa, las mujeres han sido pilar fundamental en la construcción de la tradición literaria mexicana: “Nadie puede negar que hemos sido contribuyentes esenciales”, aseguró; y esto, dijo, se debe en gran medida a los movimientos feministas que han pugnado por la equidad.
La también poeta y ensayista será galardonada con el Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco” que se entregará el próximo 11 de marzo en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey). Se trata de la cuarta mujer en recibir el reconocimiento desde que éste se instauró en 2014.
Cuando Carmen Boullosa se enteró a través de sus colegas Sarah Poot y Teresa Mézquita -directora de Uc-Mexicanistas y la Filey, respectivamente- que se había hecho acreedora al galardón, la invadió una inmensa felicidad.
“Fue una especie de abrazo colectivo e inmediatamente recibí felicitaciones de otras personas. Me dio una enorme alegría que a la fecha no se me quita. No me lo esperaba”, compartió la literata en entrevista con La Jornada Maya.
Será ella la cuarta mujer galardonada con el “José Emilio Pacheco”; y sin chistar sentenció que se trata de justicia divina:
“Solía ocurrir en México, cuando era yo muy jovencita, que en la foto de los becarios y premiados, había únicamente una mujer entre 20 hombres. Ahora esto ya cambió; y empieza a haber un poco de justicia”.
La escritora subrayó que nadie puede negar que las mujeres han sido contribuyentes esenciales para la literatura mexicana: “Sería absurdo afirmar que la historia de esta disciplina ha sido escrita por varones”.
“No es así, las mujeres no han sido marginales en la construcción de nuestra tradición literaria, pero sí muchas veces consideradas una excepción, algo anómalo; o simple y llanamente no consideradas”, condenó.
En sus tiempos, contó, una autora tenía que consolidar su prestigio hasta 10 veces más que un varón para ser considerada su igual: “Pero parece que esos tiempos se están quedando atrás”.
La también poeta recalcó que las mujeres siempre han estado ahí (en la literatura): “Tenemos desde Sor Juana; hasta María Enriqueta Camarillo; Enriqueta Ochoa; Rosario Castellanos; Elena Garro; Amparo Dávila…”.
“Han sido tantas las mujeres; y no es que ellas abran brecha. Es que el orden social no consideraba que fuésemos iguales, sino que las mujeres éramos ciudadanas de segunda, lo que desgraciadamente no solo ha ocurrido en México”.
En este país, reiteró Carmen Boullosa, las mujeres han sido escritoras y participantes de la formación de nuestra tradición literaria.
‘Tiene que lastimar los cimientos’
“Por los movimientos feministas ha habido cambios que no han sido fáciles, sino propiciados por revueltas y revoluciones muy fuertes en la vida social que todavía no terminan de consolidarse. No estoy cantando victoria”, aclaró.
La galardonada sostuvo que el país está transitando por un momento muy delicado; y prueba de ello, dijo, son los índices de feminicidios, la inequidad en los salarios y muchas otras situaciones que vulneran los derechos de las mujeres.
“Pero es esperanzador que mujeres obtengan los principales premios literarios de nuestro país, que es el caso también del ‘Carlos Fuentes’”.
Además, añadió, parecería que el tumulto de grandes escritoras jóvenes que han empezado a publicar en la última década en México y América Latina ha avasallado y conquistado el gusto de los lectores; y esto refleja, de nueva cuenta, una ganancia de los movimientos feministas.
“Y por ello, la virulencia de ataques en contra de las mujeres, porque no es fácil dejar ir a la mitad de la población que como decía Flora Tristán en el siglo XIX ‘vivían en condiciones de esclavitud’. Claro que la mitad del mundo lo eran de la otra mitad”.
Este cambio, remarcó Boullosa, no ha sido fácil, ya que ha habido muchas luchas, pero en la tradición literaria, sentenció, hay mujeres desde el siglo XVI señalando con toda claridad que las mujeres eran consideradas ciudadanas de segunda.
“La revuelta de las mujeres va más allá. Tiene que lastimar los cimientos de la construcción de la sociedad; y no está aislada de las otras luchas sociales para una vida más igualitaria para hombres, mujeres y seres de todo tipo”, expuso.
En ese sentido, Carmen Boullosa celebró que el movimiento feminista ya no sean manifestaciones minoritarias exigiendo igualdad: “Me parece muy conmovedor y alentador que el feminismo sea hoy, un movimiento masivo”.
Destacó que desde el 2017 se ha visto este despliegue en las calles; cuando en los años 60 “eran pequeñitos”. Ahora, en el siglo XXI, consideró, se han ganado espacios de insurgencia, revuelta y desobediencia: “De creer que hay un mejor mundo posible”.
Las letras de Boullosa
El interés en las letras de Carmen Boullosa fue detonado por su padre, a quien recuerda como un gran lector. De igual forma, asistió a una escuela de monjas que también describe como “fantásticas lectoras”; y también tuvo profesoras extraordinarias.
“Esto no me ayudó ni me tendió la mano; sino me dio la posibilidad de hacerme una columna vertebral y de crecer como escritora del lado de la literatura”, sostuvo.
Recordó que su madre falleció cuando era una niña; y mientras tanto se hizo mujer y creció bajo la convicción de que es escritora por su amor hacia la literatura.
“Crecí en un ambiente en donde había libros y gusto por ellos. A mi papá le encantaba leernos en voz alta por las noches; y yo ya quería leer por puro goce. Se hablaba de libros en la casa y estaban a la mano”, relató.
Carmen Boullosa afirma que los libros “no son adornos, ni bases para floreros”, sino el camino y la raíz para la construcción de una vida comunitaria posible y feliz.
Al cuestionarla sobre el futuro de la literatura mexicana, la escritora y ensayista “sacó su bola de cristal” y afirmó que el siglo XXI es el siglo de Las Autoras.
“Es el siglo donde ellas van a desideologizar los términos de autores; y van a permitir el cauce común de palabras y textos en donde no se tenga que encasillar, sino que atiendan a la calidad del texto y a las voces únicas”.
Ella ve, en su bola de cristal, que la literatura en México pinta muy bien; con luchas y oscuridades muy diversas. Con el ojo bien puesto en la temible realidad del presente mexicano; y con una actitud muy crítica.
“También con mucho entendimiento de lo que es la responsabilidad del texto literario, que no es un producto para compra y venta, sino una parte esencial de nuestra vida colectiva y privada”, concluyó la escritora.
Edición: Laura Espejo
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