Mérida es ejemplo de cómo no deberían crecer las ciudades: en 10 años ha tenido un crecimiento exponencial, de forma descontrolada y no planeada, principalmente hacia las periferias y de no atender sus problemas la ciudad podría “colapsar” en unos 10 años, advirtieron especialistas durante el foro regional para la construcción conjunta de la Estrategia Nacional de Movilidad y Seguridad (ENAMOV), que realizó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) en el Centro de Convenciones Siglo XXI.
De acuerdo con los panelistas, los lotes de inversión, la especulación de la tierra ejidal que no tiene aptitud urbana y el auge de los desarrollos inmobiliarios es reflejo de este crecimiento desordenado que “están acabando con el sistema urbano de la ciudad”.
Aunado a que en Mérida, al igual que en la Ciudad de México, se puede observar un efecto de “tráfico inducido”, es decir, que se apuesta más por las obras de infraestructura vial que sólo incentivan el uso de los vehículos motorizados, lo que afecta la calidad de vida y la movilidad sostenible de la ciudadanía.
Además, en la ciudad no garantizan la accesibilidad urbana, se construyen nuevas colonias en la periferia que carecen de servicios urbanos básicos, como el transporte; por lo tanto, especialistas opinaron que las empresas desarrolladoras e inmobiliarias deben tener la responsabilidad de garantizar el acceso a estos servicios y destinar recursos para asegurar lo anterior.
“Mérida es el caso de ejemplo para cómo no deben crecer las ciudades; con todo el fenómeno de especulación del suelo, de ocupación del suelo periférico, estos lotes de supuesta inversión están acabando con el sistema urbano de Mérida”, sentenció José Alfonso Iracheta Carroll, director general del Instituto Nacional del Suelo Sustentable INSUS).
A su vez, el especialista expuso que desde hace 10 años, la ciudad ha experimentado un crecimiento muy grande hacia las periferias con nuevos fraccionamientos, aunque el principal problema, según señaló, son los llamados lotes de inversión.
“Que no es otra cosa que suelo no productivo, que era sólo ejidal, que no tiene aptitud urbana, o sea, no debería ser urbanizado y sin embargo, por hacer un negocio, hay gente que se está aprovechando para vender estos supuestos lotes de inversión con un impacto terrible sobre el territorio”, indicó.
Para el titular del INSUS, de no tener un control sobre este crecimiento periférico, que solamente está dañando el territorio y el sistema urbano Mérida, “la ciudad tiene un riesgo importante de colapsar en los próximos 10 o 20 años”.
Además, agregó, este crecimiento desordenado sin planeación impacto sobre el territorio y la calidad de vida de la población, pues no se les puede proveer servicios, no tienen accesibilidad, ni una movilidad.
“Solamente es un negocio inmobiliario de corto plazo que va a dañar a toda la comunidad”, apuntó.
Por lo tanto, indicó que las autoridades de los tres órdenes, sobre todo el local, deben emprender acciones para evitar que la ciudad colapse, “todavía estamos a tiempo”.
¿Qué es el tráfico inducido?
José Alfonso lo explica así: “la solución que a veces nos imaginamos de construir más infraestructura vial en el largo plazo genera problemas de ineficiencia, que terminan reduciendo la propia capacidad del sistema vial”.
Es decir, explicó, en muchas ciudades, como Mérida, una alternativa para solucionar la congestión vial es construir más infraestructura vial, calles, puentes, agregar carriles,
pasos deprimidos, pero esto genera un incentivo para usar más el automóvil.
En el caso de Yucatán, este problema se puede ver palpable que se ha pensado construir un segundo periférico, pero eso lo único que va a lograr es ampliar la frontera urbana y generar un mayor caos vial y un mayor número de vehículos circulando, una mayor congestión y un problema de tráfico de contaminación muy grave.
“Pareciera que se toma como el modelo a seguir de la Ciudad de México, de hacer más calles, más puentes más periféricos y debería ser justo lo contrario”.
Lo que se debe hacer es destinar mayor inversión para el transporte público, la infraestructura peatonal y ciclista, para que la gente pueda optar por dejar el vehículo y utilizar el transporte.
Desarrolladoras deben contribuir
Por su parte, Gonzalo Peón Carballo, director ejecutivo del Instituto para la Política de Transporte y Desarrollo (ITDP) México, señaló que la expansión urbana de Mérida está complicando mejorar el sistema del transporte público, aunque destacó varios aciertos, como el uso de tecnología digital para los cobros en nuevas unidades y la implementación de las rutas nocturnas.
Ante este problema, el especialista resaltó la urgencia de revisar los permisos de uso de suelo de construcción en las zonas alejadas de Mérida y municipios aledaños; sólo otorgar a quienes compensen las necesidades de servicios, como el transporte, “que quien desarrolle este tipo de fraccionamientos, contribuya a pagar los servicios de transporte, agua y electricidad”.
“Porque están haciendo muy difícil aprovechar los servicios y están alejando a las personas de las oportunidades de las ciudades, están contribuyendo a que sea más caro dar el servicio de transporte”, manifestó.
Edición: Laura Espejo
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