Una lucha diaria por revalorizar la profesión de las y los periodistas culturales le valió a Virginia Bautista el Premio Nacional de Periodismo 2023. En el podio, la comunicadora se dijo consciente de que las secciones culturales no dan dinero a los medios de comunicación, pero sí prestigio.
“Es un premio, no solo para mí, sino también para el periodismo cultural”, sentenció la recipiendaria del galardón ante diversas autoridades. Con 37 años de trayectoria, emitió un mensaje a sus colegas en el marco de la feria de letras más importante de Yucatán.
“Crisis es una palabra familiar en el ejercicio periodístico, pero sobre todo en el periodismo cultural. Hay también otras palabras con las que hemos cohabitado desde hace varias décadas; y que no nos han asustado ni detenido: Censura, precariedad, menosprecio e indiferencia”.
Estas acciones, aclaró, no son exclusivas de las secciones culturales, pero en ese rubro, condenó, “detonan” de una manera especial.
“Con la cultura se parte de una premisa equivocada. Los propietarios y directores de los medios de comunicación esperan que aporte la misma publicidad que las secciones de espectáculos o deportes, pero esto nunca pasará, pues la cultura no da dinero, sino prestigio”, sentenció.
Para Bautista, es vital entender esto y así valorar “como se debe” los contenidos culturales.
“Las distintas crisis se han recrudecido y acrecentado en el último lustro. El retiro de la publicidad del gobierno federal a la mayoría de los periódicos; tres años de pandemia; y la consolidación de los portales digitales”, recordó
Estos elementos, condenó, han constituido “una tormenta perfecta” en la reducción de páginas, personal y presupuesto en las secciones culturales.
“Pero deseo echar luz a las dos crisis que más me preocupan y duelen: La crisis ética y la de la calidad de contenidos, tal vez una consecuencia de otra”.
Hoy en día, continuó Virginia Bautista, no hay tiempo de que los directores retroalimenten, no hay editores que guíen, vigilen y critiquen; equipos de trabajos solidarios, ni fuentes que sean leales.
“Tener que generar información de manera inmediata conduce a la maquila de notas, el reportaje ya no tiene espacio ni tiempo, la entrevista no rebasa la frontera de los 4 mil caracteres en la mayoría de los casos”, criticó.
Las fuentes, condenó al periodista, ya no atienden otro tema que no sea relacionado con la promoción misma de su trabajo: “Llámense empresarios; políticos o creadores, no responden las llamadas cuando es un tema crítico”.
La agenda propia, expuso, es algo que debe caracterizar a una sección que busca formar ciudadanos curiosos, creativos y críticos.
“Pero fieles a nuestra tradición de comenzar de cero cada vez que sea necesario, podemos remontar la crisis, de esto estoy segura; y lo haremos dando prioridad a los temas propios y nutriendo el periodismo colaborativo en el campo cultural”, concluyó la premiada.
Edición: Laura Espejo
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