Más de 30 mujeres que han estado en algún refugio por ser víctimas de violencia colaboran directamente con la marca yucateca Piñuela para que puedan tener autonomía financiera.
La marca elabora artesanalmente velas, jabones, cremas faciales, shampoos, entre otros productos.
“Nos vamos rotando entre 25 mujeres porque también empleamos a mujeres de maternidades con bebés pequeños, ya que muchas, por las necesidades de los hijos, no pueden cumplir un horario laboral completamente en el taller, entonces decidimos llevar todo a sus casas para que puedan trabajar ahí”, señala Leticia Jiménez Ramos, creadora de la marca yucateca Piñuela.
Las mamás etiquetan, empaquetan, entre otras actividades, sin la necesidad de salir de sus hogares. “Miden sus propios tiempos, pero lo mejor es que son apoyadas durante este periodo tan complicado que es la maternidad en solitario”.
Para formar parte de Piñuela hay ciertos criterios, como que hayas estado en refugios y contar con las ganas de salir adelante “saberse conocedoras de que pueden salir adelante, ya con eso, nosotros damos el segundo paso de abrazarlas e incentivarlas a tener un trabajo”, explica.
Piñuela es una marca que se convirtió en emprendimiento con causa social en el camino, ya que emplea y empodera a mujeres que estuvieron en algún refugio por alguna situación de violencia.
Jiménez Ramos compartió que desde hace cuatro años trabaja en la cosmética natural, sin embargo, hace un año cambió el enfoque.
Rconoce que iniciar un emprendimiento es muy difícil, pues no sabes por dónde empezar, pero asistió a un taller que impartió en Instituto de la Mujer y surgió la propuesta laboral de trabajar directamente con mujeres en los refugios.
En los refugios impartía cursos para hacer jabones, “me topé con un primer contacto a la violencia y me di cuenta que la violencia es mucho más de lo que puede significar”.
La idea del emprendimiento social surge debido a que durante la pandemia por Covid-19, Leticia Jiménez estaba embarazada y trabajaba como nutrióloga en el Hospital de Alta Especialidad y al pertenecer a un sector de la población en riesgo, no pudo trabajar, además, atravesó depresión durante su maternidad.
“Decido emprender con los jabones, porque en uno de los productos que más se necesitaban durante la pandemia, todo resultó mejor de lo que esperábamos porque ahora podemos ayudar a mujeres”.
El taller donde laboran es una casa que poco a poco fueron adaptando según sus necesidades, “empezó en la sala y después terminó convirtiéndose en cocina, cuarto y todo siendo parte del taller, era nuestra casita, entonces ahorita prácticamente toda la casa es el taller”.
Uno de los retos que enfrentan las mujeres que han atravesado por alguna situación de violencia extrema es la afectación a su autoestima, dificultando su propia visión de salir adelante.
“Salir de una situación de violencia es difícil, muchas veces están acostumbradas a que no puedes elegir qué comer o cómo vestirse incluso. Piñuela ofrece un espacio seguro para que puedan sentir que su voz es tan válida como la de cualquier otra persona”.
Cabe recalcar que no sólo laboran mujeres yucatecas, sino que también mujeres extranjeras.
“Son mujeres que han dejado su país de origen y aquí se desatan los episodios de violencia, porque justo es el escenario perfecto de un agresor, estás lejos de tu familia y no tienes círculos de apoyo”, expresó.
Campaña con causa
Con olores a pino, manzana canela o ponche de frutas, las velas con causa son decoradas también con motivos navideños, el costo es de 270 pesos, de los cuales, 15 por ciento va dirigido a mujeres sobrevivientes de violencia extrema.
“Para ellas este dinero va a ser un aliciente porque justo en esta temporada de fiestas navideñas necesitan como todos una cena y qué comer en la casa”.
Edición: Estefanía Cardeña
Visión Intercultural
Francisco J. Rosado May
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La Jornada
