Este sábado 25 de mayo se llevó a cabo la edición número 17 de la Noche Blanca en calles del centro de Mérida en la que miles de personas disfrutaron de la participación de mil artistas en 300 actividades gratuitas realizadas en 72 sedes como parques, museos, teatros, foros alternativos y galerías, entre otros.
En las inmediaciones del parque de Santa Ana, sobre la calle 60, galerías de la zona cerraron sus calles y dispusieron mesas donde hubo actividades para niñas y niños, así como eventos posteriores para toda la familia. Los museos cercanos y el Remate, tuvieron actividades durante toda la noche.
La ya conocida celebración incluía a todos las galerías, museos, restaurantes y negocios de la zona, y también convocaba a vendedores con puestos ambulantes de ropa, joyería o arte, así como puestos de comida callejera.
De los eventos más esperados de la noche fue la obra Muaré Experience, en el Remate de Montejo, un espectáculo aéreo con música de rock interpretada por la banda Duchamp Pilot, con producción de Voalá Project.
El show está inspirado en el rotorelief, del artista plástico de vanguardia Marcel Duchamp, que busca generar dos patrones de movimiento que, al ser combinados, puedan generar un nuevo patrón aleatorio, el cual es accionado por 12 acróbatas.
El espectáculo inicia con el ascenso y descenso de una burbuja blanca en la que, en su interior, hay un cuerpo que va asomando sus partes poco a poco, se deja ver la silueta de un brazo, la circunferencia de las piernas, la sombra del rostro que, en el descenso, llegan a tocarse con el público. Este sistema de vuelo funciona con la ayuda de arneses controlados por una grúa que va levantando o bajando a los acróbatas.
El grupo de rock Duchamp Pilot va amenizando la puesta en escena y en concordancia con los acróbatas, intensifican la experiencia. El sistema del rotorelief, o la experiencia Muaré, es un disco giratorio que cuenta con otros discos más pequeños atados cada uno a los arneses de los acróbatas, los cuales hacen girar el sistema produciendo un movimiento giratorio coordinado. Un vuelo sincronizado en donde el ascenso y el descenso es constante.
Conforme el show avanza, los acróbatas interactúan con el público, motivados por la música. En momentos de intensidad clave, tiran desde aire confeti, haciendo lucir de colores el cielo desde donde rotan con ritmo, entrelazando sus cuerpos para crear patrones de movimiento.
El Remate de Montejo estaba lleno de familias y una concurrencia variada. Parte del público permaneció sentado antes de iniciar el show y, conforme fue avanzando, los organizadores instaron a la gente a levantarse para aprovechar mejor la interacción con los acróbatas, que llegaban a descender de forma total entre la gente, desde donde volvían a elevarse por los aires cuando una nueva piza musical estaba por comenzar.
El show Muaré dio por terminado con una intensa lluvia de nieve que los acróbatas realizaron desde el cielo. Llenando los cuerpos de los asistentes en una tenue capa blanca, en medio de la calurosa primavera.
Muaré Experiencie tuvo dos representaciones, una a las 21 horas y otra a las 23:30.
En el Museo de Antropología del Palacio Cantón, se inauguró la exposición Ek’Balam Polifónico, en la que se retrató diversos aspectos y figuras referentes al asentamiento maya, desde la Señora Sagrada, una gobernante que lideró una de las dinastías más poderosas de la región, madre del rey Ukit Kan Lek Tok, hasta un repaso por las primeras imágenes fotográficas hechas por Désiré Charnay, pasando por los arqueólogos que trabajaron en la recuperación de los edificios y los científicos especializados en catalogar este asentamiento como una de las urbes más importantes de su tiempo.
Otro de los eventos importantes en los museos cercanos, fue la inauguración de Tradición y Contrapunto. El legado gráfico de Fernando Castro Pacheco, que se llevó a cabo en el Centro Cultural que lleva el nombre del pintor yucateco. En esta exposición se hizo un repaso de varias de las facetas del muralista mexicano, como su paso por el Taller de Gráfica Popular y la producción de sus primeras obras, así como la continuidad de sus temas más importantes, como la reivindicación de histórica de la cultura maya, en un tiempo donde los valores revolucionarios estaban en efervescencia.
La exposición es una muestra del grabado con temática costumbrista y también con influencia de las vanguardias de principios de siglo XX, y la tradición del muralismo nacionalista, en auge en la gráfica de la Posrevolución en México. El tema del campesino, y de la convivencia del hombre y la mujer con la tierra, es uno de los tópicos esenciales de este periodo.
Fuera de los museos, el ambiente en restaurantes, cafés y bares del Paseo Montejo, era animado. Las propuestas eran variadas, lo que dejaba ver una amplia gama de opciones con las que ya cuenta el centro de Mérida.
Los artistas y artesanos tuvieron un lugar en las calles del Paseo Montejo, donde colocaron sus puestos y exhibieron sus productos al público. También los negocios de comida ambulante se vieron bastante beneficiados, y largas colas de gente abarrotaban los pequeños comercios de perros calientes, marquesitas o esquites.
La Noche Blanca es uno de los eventos culturales masivos más importantes de la capital del estado porque representa un gran impulso para el talento local, pero también suma artistas internacionales de gran alcance. En esta edición estuvieron presentes Colombia, Cuba, España e Inglaterra.
Edición Astrid Sánchez
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