'No hay mucho que celebrar' en el Día de los Pueblos Indígenas: académicos

Este 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, y a decir de los académicos peninsulares que se reunieron virtualmente para abordar el tema, no hay mucho que celebrar. “Es momento de alzar la voz”, aclararon los investigadores en el marco del programa Encuentros y Visiones organizado por la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta).

La moderación corrió a cargo de la directora de Patrimonio en dicha institución, Elisa Chavarrea Chim; y contó con la participación del director del Centro Estatal de Capacitación, Investigación y Difusión Humanística de Yucatán (Cecidhy), Fidencio Briceño Chel; el cronista de Felipe Carrillo Puerto -en Quintana Roo-, Carlos Chablé Mendoza; y la investigadora de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC), Cessia Chuc Uc.

“No hay mucho que celebrar”

“No me gusta el término celebración, porque no hay mucho que celebrar. Menos este año”, aseveró Briceño Chel al ser cuestionado sobre la efeméride.

El académico expuso que, si bien hay que hablar de visibilizar a los pueblos indígenas, es preciso mostrar sus procesos de resiliencia y resistencia, que constantemente se readecúan a las condiciones y se oponen a otros que buscan desaparecerlos.

El lingüista reconoció que la fecha permite hablar sobre lo que se ha logrado. Recordó que la declaración de la ONU relativa a los derechos de los pueblos indígenas -en 2007- establece que estos puedan velar por sus tradiciones y trabajar en conjunto para desarrollarse en acorde a sus aspiraciones.

Por su parte, Cessia Chuc, de Campeche, reiteró que “no podemos hablar de fiesta” pues las comunidades han presentado un importante rezago, lo que preocupa al sector académico por la falta de escritura y lectura en sus lenguas originarias.

“Es un derecho que se ha negado a todas las lenguas de México, y si bien ha habido leyes, siento que aún nos falta mucho”, opinó.

Memorias en lenguas originarias

Para Chuc Uc, la manera en la que los pueblos necesitan perpetuar su memoria, saberes y filosofía debe ser en la lengua originaria, ya que considera que ahí radica el patrimonio intangible y el sustrato más profundo de la esencia de la identidad.

“Hacen falta acciones concretas para que los pueblos mayas podamos empezar a capacitar a que escriban sus historias en idiomas originarios y que tengan derecho a leer en su propia lengua materna”, advirtió.

Carlos Chablé secundó las opiniones de sus colegas y añadió que el confinamiento forzado viola los derechos de los pueblos indígenas. Pese a esto, se dijo optimista, pues -por lo menos en Quintana Roo- consideró que puede hablarse de un renacimiento lingüístico y cultural.

“Tenemos creedores de arte y cultura, una buena cantidad de jóvenes desenvolviéndose en la música y literatura que nos permiten decir que aún queda memoria, y existe una fuerte identidad que nos proyecta hacia las nuevas condiciones del mundo”, acotó.

Chablé Mendoza aclaró que las actividades de los creadores mayas no han dejado de estar presentes, a pesar de la contingencia sanitaria y el confinamiento, aunque recalcó que queda mucho por hacer en ese rubro.

Espacios digitales adecuados

En cuanto al trabajo en comunidades, Fidencio Briceño subrayó la importancia de trabajar con las buenas prácticas y sensibilización. Con la nueva normalidad, también llegó el mundo digital y aceptó que algunos le temen, pero “ya no queda de otra”.

“En este nuevo esquema los recursos digitales serán muy importantes como espacios que jóvenes -y no tan jóvenes- están tomando, lo que conlleva a la necesidad de reeducarnos, aunque esto no significa que se deje de hacer en nuestras propias lenguas”, adelantó.

“El uso de los espacios virtuales tendría que ser en lenguas originarias, como parte de la institucionalización y los derechos lingüísticos que es necesario que poner ahora en práctica”, sentenció.

En ese sentido, la maestra Cessia remarcó la necesidad de un análisis más profundo de la riqueza del idioma maya, de la complejidad de la creación de la palabra para dignificar la lengua y así “sacarla del confinamiento doméstico”.

El cronista Chablé Mendoza aconsejó que esto no debe quedarse en los medios virtuales, sino es preciso continuar con la agenda pendiente de la lucha por los derechos lingüísticos, para que sean respetados por todas las instancias de gobierno.

Dignidad, unidad y orgullo

Sobre el futuro de las luchas de los pueblos indígenas -mayas en este caso- Briceño Chel recalcó que su agenda debe prevalecer. Es de suma importancia debido a que las condiciones actuales requieren un fortalecimiento de los temas de seguridad, salud y educación.

“Hay que repensar cómo seguir educando sin olvidar nuestros propios derechos”.

Celebró el hecho de que las comunidades se apropien de nuevos espacios, sin embargo, lamentó que se deje a un lado el trabajo de la milpa y el solar. Para él, es vital hallar un balance sin poner en riesgo su propia identidad.

Cessia Chablé urgió a una alianza peninsular, ya que, de dividirse el territorio, indudablemente se debilitará. Los pueblos deben seguir avanzando para demostrar su fortaleza, y que ese orgullo y dignidad se impregne en su trabajo y el de las nuevas generaciones.

“Que los niños y jóvenes mayas no sientan vergüenza de hablar la lengua, sino la necesidad de revitalizarla. Que se exija a los tres órdenes de gobierno el cumplimiento de las leyes que se han creado para este propósito, pensando en los pueblos originarios”.

Chablé Mendoza exhortó a continuar el proceso de resistencia y a desarrollar iniciativas alineadas a la agenda de las comunidades, pues es parte de su renacimiento. Esa es la mejor forma de celebrar este día, fortaleciendo su resistencia en este nuevo contexto. Resistir a la epidemia y sobrevivir unidos, como pueblo.

Edición: Emilio Gómez