Cerveceros, desprotegidos ante la extensión de la Ley Seca en Yucatán

La noticia de la extensión de la Ley Seca cayó “como un balde de agua fría” para quienes dependen de la venta de alcohol. Ha pasado más de un mes desde el segundo decreto y miles de trabajadores yucatecos ya resienten los embates de la prohibición. Concesionarios, restauranteros y cantineros fueron privados de la oportunidad de llevar el sustento diario a sus hogares; y difícilmente pueden unirse para protestar en contra de esta medida.

Joel Hernández trabajó gran parte de su vida en una refaccionaria, con miras a poder algún día ser “su propio jefe”. El esquema de trabajo de los Six lo sedujo de tal modo que ahorró parte de su salario durante años para convertirse en lo que la Heineken-Moctezuma denomina “micro empresarios”.

En el rumbo de la colonia Esperanza abrió el expendio, por asignación de la compañía; y los últimos tres años los ha dedicado a atender el establecimiento. La inversión inicial rondó los 30 mil pesos y cada que vende cerveza, le corresponde una comisión por parte del consorcio.

Él no se manifestó el sábado, pues teme por sus intereses. Celebró que los concesionarios se reúnan para exigir al gobierno del estado el levantamiento de la controversial Ley Seca, aunque decidió no correr el riesgo de “hacer enojar” a sus empleadores.

Sucede que a estos “micro empresarios” las compañías les venden la idea de poseer un negocio propio, con el pretexto -consideró- de no brindarles seguridad social y otros beneficios que tendrían como empleados; aunque los inspectores de la Heineken-Moctezuma visitan su local constantemente para cerciorarse que todo marche bien.

De otro modo, existen protocolos para sancionar comportamientos inadecuados, acorde a su esquema de trabajo, lo que los convierte en empleados de las cerveceras. Ellos no pueden decidir el precio de los productos; ni la manera de publicitarlos. Todo depende de las empresas.

En ese sentido, los expendios de cerveza no corren el riesgo de bajar sus cortinas de manera definitiva, pues son de la Heineken Moctezuma y de Grupo Modelo. Ellos pagan la renta; la luz y el internet. Los que más sufren por la Ley Seca son sus concesionarios que tuvieron que prescindir de los 600 pesos diarios que les procuraba la venta.

A decir de Joel, la manifestación del fin de semana en la Plaza Grande de Mérida fungió como termómetro para medir el control que estas compañías tienen sobre sus “micro empresarios”, pues varios de ellos aclararon de manera tajante que el movimiento era contra las medidas del gobierno del estado y no las cerveceras.

“Es latente el temor que sienten porque existen sanciones por parte de la empresa. Son miles los afectados por esta medida, no únicamente las 50 personas que acudieron, pero temen represalias por parte de las compañías”, explicó.

El emprendedor urgió al gremio cervecero a unirse, ya que desde hace varios años no existe un organismo que los agrupe para exigir sus derechos; y el esquema de trabajo deja pocas posibilidades de que esto suceda.

“Cantineros, restauranteros y concesionarios deberíamos estar unidos para protestar en contra de esta medida que afecta severamente nuestra economía. Tenemos familia, y al igual que otros giros, deberíamos estar exigiendo nuestro derecho a trabajar con todo lo que marca la ley”, sentenció.

Una buena parte del precio de la cerveza corresponde a los impuestos. Es un hecho que la Ley Seca ha detonado el clandestinaje y varios mayoristas -con sus bodegas llenas- han sacado provecho de la prohibición, vendiendo el producto hasta al triple de su valor comercial.

Llama la atención que, ante la medida, las compañías cerveceras que operan en Yucatán hayan brillado por su ausencia. Se desconoce si han gestionado algún apoyo con el gobierno del estado, o de algún modo han abogado por la difícil situación por la que pasan sus empleados y quienes dependen en gran medida de sus cervezas.

“Yucatán ocupa el primer lugar en casos de intoxicación por alcohol, acorde al Boletín Epidemiológico del gobierno federal. En Facebook y WhatsApp el clandestinaje está a la orden del día y las autoridades lo saben. ¿Por qué buscan perjudicar a los expendios establecidos con su Ley Seca?, pagamos impuestos y tenemos derecho a trabajar”, concluyó.

Edición: Elsa Torres