Comercio informal: entre los riesgos del COVID-19 y un ambiente hostil

Los vendedores ambulantes enfrentan a diario diferentes dificultades: la pandemia del COVID-19 y el temor al contagio, el impacto de la crisis económica y los inspectores de mercados, de quienes viven “escapando”.

Sólo unos 800 de los más de 2 mil vendedores informales que integran el sindicado Benito Juárez laboran en algunas zonas del primer cuadro de Mérida o en los mercados, algunos de manera intermitente; los demás han optado por buscar otras fuentes de ingresos o trasladaron su actividad a sus casas.

Carlos Ojeda Estrada, líder de la agrupación que alberga vendedores ambulantes, locatarios fijos y semifijos, indicó que a pesar de que los vendedores se manifestaron en palacio municipal y las autoridades prometieron que los dejarían trabajar y que pronto podrían regresar a los mercados, aún cumplido, ya que los siguen “quitando” de las calles.

“A cada rato los policías e inspectores de mercados nos mueven, no nos dejan vender... ‘¡muévanse!’, nos dicen; están correteados”, manifestó. “Nos engañaron, dijeron que no nos iban a molestar”, agregó.

En el sindicato hay personas con alguna discapacidad que tenían en las calles su fuente de trabajo. Por ejemplo, Carlos Pech Ek, con discapacidad motriz, se instalaba con su motocicleta adaptada en una de las calles cercanas al Parque Eulogio Rosado, pero hasta ahora no ha hallado otro espacio.

Además, con la implementación del Plan de Mejora a la Movilidad Urbana para el Centro Histórico de Mérida, los que fueron sus espacios ahora están ocupados por macetas o conos, lo que también complica su labor.

Ojeda Estrada indicó que algunos se han acercado a los nuevos paraderos en busca de ventas, otros se arriesgan a que los retiren y venden en el primer cuadro; aunque se van cambiando frecuentemente. “Van a la esquina de los mercados, luego se mueven, así están girando...”, indicó.

Otros han optado por vender frutas, verduras o ropa en las puertas de sus casas.

Comentó, hasta el momento han logrado colocar a 10 mujeres mayas, conocidas como “palanganeras”, en los pasillos del mercado Lucas de Gálvez, para que vendan tortillas, verduras y otros productos, pero hacen falta otras 11 que necesitan regresar a trabajar.

Economía desigual propicia el comercio informal

Gabriel Rodríguez Cedillo, académico de la Facultad de, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), comentó que existe un desequilibrio y desigualdad en la economía de Yucatán: prevalecen los bajos salarios, entre otras precariedades, por lo que siempre va existir el comercio informal y éste coexistirá con el formal.

Mientras no mejoren las condiciones laborales, salarios, prestaciones y demás derechos para el trabajador, el comercio informal será la alternativa más viable para obtener mejores recursos.

Esto, agregó, es algo que se ha presentado desde antes de la pandemia, pero por la emergencia sanitaria posiblemente la situación haya aumentado, pues muchos se han quedado sin trabajo, pero ambos sectores son impactados: lo resiente más el comercio formal, porque tiene que pagar sueldos, prestaciones y otros servicios.

Sin embargo, indicó que no hay que culpar a nadie de la lenta recuperación económica, pues esto se debe a mecánicas del mercado y en una economía como la yucateca, donde las condiciones de desigualdad están presentes, es más palpable.

Opinó que los gobiernos deben apoyar a todos los sectores durante la contingencia, “algo que debieron hacer desde antes”, a los informales con apoyos económicos, y a los negocios con condonación de algunos pagos, en especial de impuestos.

Hay que ser solidarios y empáticos y recordar que no todos se encuentran en la misma situación económica; hay quienes han tenido el poder adquisitivo y económico como para poder enfrentar eventualidades y otros que tienen que vivir al día, concluyó.

Michel Salum Francis, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco Servytur) de Mérida, indicó que el comercio informal representa un obstáculo para la reactivación económica del estado. En su opinión, durante esta emergencia sanitaria ha aumentado, sobre todo las ventas por las redes sociales, lo que representa una competencia desleal para los comercios establecidos.

Si bien, por la pandemia al estar todo cerrado, los ambulantes dejaron de ir, cuando empezó a darse la reactivación de actividades y servicios, regresaron.

El líder empresarial indicó que uno de los acuerdos firmados con las autoridades para la reapertura económica fue disminuir la presencia del ambulante, lo cual no se ha cumplido. “Esto está dañando de manera importante a la difícil reactivación de los negocios, porque la gente no va al Centro como quisiéramos”, indicó.

Hay poca demanda de clientes, agregó, pero además tenemos que “compartir” con los informales, pero éste no paga renta, impuestos, servicios de luz, ni Seguro Social, “lo que ocasiona que las empresas no se puedan recuperar de una manera adecuada para frenar los despidos”, subrayó.

Por lo tanto, pidió a las autoridades ayudar a controlar la situación, porque sí está golpeando a la reactivación que “de por si va lenta”; también hizo un llamado a la gente para comprar en los negocios formales, los cuales garantizan productos de calidad, y al mismo tiempo contribuyen a que se conserven los empleos.

Edición: Ana Ordaz