Diego Maradona alcanzó el punto cumbre de su carrera como futbolista en México, donde con una actuación épica llevó al título mundial a Argentina en 1986.
Hace dos años, también en el país, en Yucatán, tuvo otro logro importante, ahora como entrenador, al llevar a los Dorados de Sinaloa a la liguilla de la entonces Liga de Ascenso, tras un triunfo de 1-0 ante los Venados, en el Carlos Iturralde Rivero.
Rodrigo Corona Gaspar escribió en La Jornada Maya que “el Carlos Iturralde necesitó la visita de El D10S (el viernes 2 de noviembre de 2018, cuando se disputó el partido) para registrar más del 50 por ciento de su capacidad. Para ver al campeón del mundo en México 86 asistieron 9 mil 754 personas”. Había expectación, agregó, no tanto por los Venados, que si perdían o empataban quedaban eliminados por segundo semestre en fila, sino por ver a los impresionantes Dorados de “El Diego”, quienes con una victoria clasificaban a la Liguilla del Apertura 2018”. A Maradona se le vio tranquilo, salió dos veces del banquillo en todo el juego. Al terminar la primera parte fue al círculo central con el árbitro para protestar sobre una jugada, y al término del encuentro firmó algunos artículos para la gente”, apuntó el periodista.
“Con los medios de comunicación se notó distinto, perdido ante las preguntas de la prensa invitándole a que diera algunas palabras para los yucatecos, con voz ronca y pareciendo que le faltaba el aire, sólo atinó a decir, ‘mis respetos hacia su país’”.
Los Dorados, a los que Maradona hizo resurgir desde el banquillo, publicaron ayer en redes sociales: “Te amaremos siempre, Jefe”.
Edición: Ana Ordaz
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